Fotos: U. Católica, Platense (páginas oficiales)

Los “compadres” decidieron reforzar sus delanteras para el Torneo Clausura con dos hombres procedentes del sur: Juan Ignacio Acosta, argentino (derecha), para los íntimos, y Luis Núñez, chileno (izquierda), en el caso de los cremas. Las nacionalidades de ambos traen recuerdos diversos a las delanteras de ambas camisetas.

La producción de Roberto Silva (hoy en la Universidad de San Martín de Porres) en el Torneo Apertura no convenció a la directiva de Alianza Lima, que decidió no renovarle el contrato y enfocó su interés en contratar a un atacante del exterior para que le haga compañía (o para que pelee el puesto) al estelar Flavio Maestri, de 34 años.

Carlos Carpio, gerente deportivo del club blanquiazul, viajó hasta Buenos Aires para convencer al elegido: Juan Ignacio Acosta Cabrera. El representante del goleador de Platense en la División de Ascenso le dijo a su patrocinado que haga maletas y se mude a Lima. “Es un atacante con mucha presencia en el área y definidor por excelencia. Domina casi a la perfección los dos perfiles y el juego aéreo”, dijo Carpio cuando trajo al artillero a Lima. El uruguayo Diego Aguirre, entrenador de los íntimos, quedó conforme con su arribo. “Necesitábamos un atacante con ese perfil. Solo teníamos a Flavio (Maestri). Los demás van por fuera (refiriéndose a Johan Sotil, a Renzo Benavides y a Reimond Manco)”, dijo el charrúa. Acosta tiene 22 años y solo ha jugado en Platense en su carrera deportiva.

La historia de los delanteros argentinos en Alianza no despierta necesariamente muy buenas remembranzas. El primero de ellos fue Mario Bianchini, quien había llegado al país en 1989 para jugar en principio por Universitario pero fue seducido por los íntimos: tras una racha goleadora inicial, se apagó y terminó migrando a Alianza Atlético al año siguiente. Luego, en 1992, llegó a Matute Alejandro Glaría, quien hizo un solo gol y dejó el país a las pocas semanas atemorizado por las bombas de Sendero Luminoso; años después sería goleador en México. Para 1993, se repitió la historia de “transfuguismo” de Bianchini con Gustavo de Lucca: se presentó una mañana con la camiseta de Universitario y al día siguiente estaba entrenando en el Alejandro Villanueva. No obstante, su cartel de goleador en el fútbol chileno no se condijo con su rendimiento y fue cesado tras la eliminación de Alianza de la Copa Libertadores de aquel año.

Otras historias gauchas en las áreas de Matute son más recientes. Facundo Gareca pasó casi desapercibido en 1998, si no hubiera sido por su gol de tiro libre en un clásico al apenas haber pisado el campo y otros dos tantos frente al Barcelona ecuatoriano por la Copa Merconorte. En 2000, Héctor Sánchez -que había jugado en Sporting Cristal- y Claudio Spontón formaron la delantera en el Torneo Apertura, en una de las campañas íntimas más discretas de los últimos años. Por último, se recuerda a Rodrigo ‘Potro’ Astudillo, quien lució algunas cosas interesantes pero se perdió en la nefasta temporada blanquiazul del año 2005.

 

 

Spontón y Sánchez, un festejo que casi no pudo verse en Matute (Foto: Once) 

 

Por otro lado, Luis Núñez, ex delantero de la Universidad Católica de Chile, es el nuevo jale de Universitario de Deportes. De 27 años, es un ex internacional chileno que ha jugado en Jacksonville Cyclones (Estados Unidos), Magallanes, Unión San Felipe y el cuadro cruzado. Autor de 11 goles en el pasado Torneo Apertura chileno, Núñez dejó ese club debido a que la directiva blanquiazul no hizo muchos esfuerzos por retenerlo. Es un delantero que se mueve por todo el frente del ataque y que suele hacer un promedio de 10 goles por temporada, según recientes registros. El flamante delantero crema quedó fuera a última hora de la delegación que Nelson Acosta, ex seleccionador sureño, llevó a la Copa América de Venezuela.

El último chileno en defender a Universitario había sido el atacante Fernando Vergara, quien en el 2001 apenas hizo un gol en Ate y hoy trabaja como comentarista en Santiago de Chile. Mucho mejor había sido en 1992 la historia de Juan Carlos Letelier, el primer mapochino en integrar el ataque crema en la historia: fue principal figura del equipo que obtuvo el título de aquel año bajo la batuta de Iván Brzic, aunque dos temporadas luego perdió parte de la idolatría que generó en Odriozola al volver al país para fichar por Sporting Cristal.  

Nota: Este artículo fue aclarado.

 

 

Letelier y Vergara, dos historias distinas con la crema (Fotos: Estadio, El Gráfico Perú)

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