Foto: Fifa.com / Reuters

A pesar de no haber recibido mucha cobertura en el país ni el resto de Sudamérica, en China culminó en días pasados la competición de la Copa Mundial femenina de fútbol. La copa fue alzada por las chicas de la selección alemana tras imponerse 2-0 sobre Brasil. Así, las teutonas se consagraron campeonas por segunda vez en la historia del certamen.

Comenzando la década de los noventa, la FIFA decidió que las mujeres también necesitaban una forma de expresarse en el deporte rey. Desde entonces hasta el momento, solo se han jugado cinco mundiales femeninos.

Las estadounidenses fueron las primeras campeonas del mundo, invictas en todos sus partidos en 1993 (Foto: FIFA.com)La primera edición fue disputada en 1991 en China y el torneo se realizó con 12 equipos; se proclamó campeón Estados Unidos, un país en el que las mujeres siempre han estado más relacionadas con el soccer que los varones. Luego del gran impacto inicial y la buena audiencia se determinó que se jugara el mundial cada cuatro años. El siguiente campeonato se desarrolló en Suecia en 1995 y la campeona sería la selección noruega. Las escandinavas derrotaron en la final a Alemania por un marcador de 2-0, y contaron en sus filas con la jugadora más valiosa del certamen, Hege Riise. Lo particular de este torneo fue que la FIFA introdujo en forma experimental, por primera vez, el concepto de tiempo muerto en el fútbol. Esta norma permitía a cada equipo pedir una interrupción de dos minutos en cada periodo, aunque solo se utilizó aproximadamente el 30% de las opciones disponibles -por algo no prosperó en el tiempo-. Únicamente se podía hacer uso de la facultad antes de efectuar un saque de banda o de puerta, o después de recibir un gol.

En 1999, el anfitrión respetaría la casa. Vendría otra vez la alegría para Estados Unidos. Inolvidable momento del Mundial 1999: la celebración de Brandi Chastain tras convertirle el penal decisivo a China (Foto: enquirer.com)Con un juego después de 120 minutos de partido (incluidos los 30 minutos de prórroga), la defensa de la selección estadounidense Brandi Chastain ejecutaría el quinto lanzamiento penal de su equipo en la final. Curiosamente, era la segunda vez que una final de la Copa Mundial celebrada en el estadio Rose Bowl terminaba en tanda de penales tras un empate 0-0. En la final masculina de la Copa Mundial en Estados Unidos 1994, Brasil se impuso a Italia exactamente de la misma forma. Otra anécdota inolvidable de aquella definición desde los 12 pasos fue que tras anotar el penal decisivo, la estadounidense Brandi Chastain se quitó la camiseta para celebrar dejando a la vista de la afición mundial su brassier, lo cual posteriormente le permitió lanzar un libro pródigo en ventas titulado It's no about the bra. Hay quienes dicen que tal suceso resultó un mejor impulso para la difusión del soccer en los Estados Unidos que el Mundial masculino de 1994.

Las alemanas ya habían alzado la copa cuatro años antes en EE.UU. (Foto: Fifa.com)En 2003 el anfitrión otra vez fue Estados Unidos, que quería repetir el plato pero se relegó al cuarto puesto. La copa se las llevaron las chicas de Alemania, tras vencer en la final con gol de oro a la selección de Suecia. Destacó en ese Mundial la alemana Bettina Weigmann junto a otras jugadoras más veteranas, como la estadounidense Mia Hamm, de 31 años, y la china Sun Wen, de 30 años. También tuvieron buen desempeño otras más jóvenes, como la canadiense de 16 años Kara Lang y la brasileña Marta de 17 años que en ese entonces ya empezaba a destacar.

Y en el mundial del presente año, la alegría vendría otra vez para las mujeres teutonas. La selección alemana se convirtió en China en el primer equipo capaz de revalidar su título en el Mundial femenino. Fue el equipo más goleador del torneo, con 21 tantos. En el bando alemán, además del título, Birgit Prinz y Nadine Angerer atesoraron el Balón de Plata. Alemania empezó la competición apabullando a la selección argentina por 11-0, la victoria más amplia en esta categoría (y la derrota más abultada); dos futbolistas, Birgit Prinz y Sandra Smisek, consiguieron tres goles, algo que únicamente había ocurrido una vez; y Prinz alcanzó y superó después a la estadounidense Michelle Akers en la tabla de máximas anotadoras, con 12 tantos. Esta mujer tiene un amplio palmarés lleno de medallas, no solo como campeona mundial sino también como bronce olímpico y oro en el Campeonato Europeo. Además, tuvo el honor de haber sido elegida en tres ocasiones consecutivas jugadora mundial de la FIFA.

Momento justo en que la guardameta Nadine Angerer salva el penal ejecutado por Marta en la final del Mundial femenino (Foto: FIFA.com / Reuters)Luego de la goleada sobre Argentina, las alemanas igualaron a cero goles con Inglaterra y en último partido de la fase de grupos clasificaron a la siguiente ronda venciendo a Japón por 2-0. En cuartos de final derrotaron a Corea del Norte por 3-0, y en semifinales repitieron el mismo marcador del pasado encuentro venciendo a Noruega. En la final, las europeas se medirían con Brasil, que desentonaría completamente y caería por 2-0. Las sudamericanas no estuvieron a la altura a pesar de haber inquietado algunas veces el arco de la portera alemana Nadine Angerer, quien evitó que Marta, la figura verdeamarelha, concretara un gol vía penal.      

A pesar de la derrota, Marta se llevó el Balón de Oro y la Bota de Oro ofrecidas por Adidas tras consagrarse como la mejor jugadora y máxima goleadora de la competición con siete tantos. Pero, en general, los resultados subrayan cierto predominio de las europeas sobre las sudamericanas en este torneo. ¿Cuestión de biotipo? Los próximos mundiales femeninos ofrecerán la respuesta.

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