Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comFBC Melgar cumple 100 años y en ellos Lima siempre estuvo presente cuando le tocó celebrar un episodio importante. Uno de los primeros fue el de 1919, la primera vez que viajó a la capital cuando los partidos de foot-ball se disputaban bajo condiciones impensadas en estos tiempos.

 

Foot-Ball Club Melgar es patrimonio futbolístico de Arequipa, pero los grandes momentos que los rojinegros han tenido en su historia siempre se han dado en Lima. Solo hay que repasar en qué ciudad ganó la Copa Perú de 1971, o en qué ciudad obtuvo en 1981 su hasta ahora único título en la Primera División.

Fue también la capital del Perú a la que Melgar salió por primera vez de gira, cuando en 1919 dejó el terruño para presentar sus credenciales en tres partidos.

Carta a la mar

Corría el mes de noviembre cuando en los medios se anunció el arribo a Lima del “team Melgar” de Arequipa para disputar algunos partidos a iniciativa de Augusto Brondi, fundador y presidente del Association FBC, uno de los cuadros más fuertes que por entonces dominaba el escenario futbolístico limeño y que una década después pasó a ser el Ciclista Lima (como club de fútbol) que hasta 1996 jugó en Primera División.

El Association, como muchos otros equipos que buscaban rivales, cursó cartas hacia la ‘Ciudad Blanca’ para ponerse en contacto con los dirigentes del Melgar y ver la opción de que éstos emprendieran el viaje hacia la capital. La respuesta vino de la mano de su capitán Salomón Ramírez que junto a dos delegados adelantaron el viaje a Lima y se pusieron de acuerdo sobre los detalles de la invitación y el pacto de dos encuentros.
Esta es la delegación de FBC Melgar que en 1919 viajó a Lima para demostrar qué podían hacer sobre una cancha (Recorte: diario La Crónica)
Para esto Brondi logró el apoyo de la Municipalidad limeña que ayudó con parte de los gastos. Así, el domingo 23, y a bordo del vapor Ebro, el equipo de Melgar se dio a la mar en una travesía que duró tres días. Tras su arribo al Callao y tras una breve recepción por parte de los directivos de algunos equipos como los del Atlético Chalaco, el Progreso, el Jorge Chávez Nº1 y de la Liga Peruana de Football, lo primero que hicieron los arequipeños, con su vicepresidente Luis Gallegos al frente, fue aclarar una información que los sindicaba como los “campeones de Arequipa” de 1918, título que en realidad correspondía al White Star.

Pese a ello, ya se había instalado la idea de que el choque entre el Association y el Melgar iba a ser una suerte de duelo entre las ciudades que representaban.

Entre tierra y palos

Luego de unos días de descanso el domingo 30 llegó el momento de ver a ese equipo cuyo juego resultaba desconocido para todos en la capital. El programa se desarrolló en la vieja cancha del Velódromo de Lima, en cuyo terreno actualmente se encuentra el parque Hernán Velarde, propiedad del Ciclista Lima (el club de ciclismo que la construyó en 1897) y que lucía un campo muy descuidado donde la tierra le ganaba la disputa al verde grass.

La cancha además presentaba un serio problema por su misma estructura, ya que al no haber sido diseñada para la práctica del fútbol, muchos aficionados podían estar muy cerca del terreno de juego, tanto que a veces terminaban por interferir en las acciones poniendo en riesgo la integridad de los jugadores. Pese a las dificultades el primer partido arrancó a las 15:55 de la tarde y el primer once de Melgar en Lima fue con L. Gómez de la Barra en el arco; Hilario Maturana y Vera Chávez; Alejandro Cuadros, M. Pérez y Remigio Ramírez; Manuel Ramírez, Bellido, Salomón Ramírez, E. Pizarro y H. Carpio.
El Association fue el gran protagonista del primer encuentro que en la cancha del Ciclista Lima sostuvieron contra el Melgar (Recorte: diario La Crónica)
El partido en si fue de amplio dominio por parte del Association que, sin embargo, encontró gran resistencia del fondo arequipeño y los cobros errados del árbitro, mister Charles Downey, ampliamante reclamados por los asistentes. Un claro ejemplo de ello fue lo que pasó durante el primer tiempo, cuando un córner mal sancionado a favor del cuadro limeño terminó siendo ejecutado hacia un lado por Augusto Coquelet en un acto de caballerosidad por la acción pues, “cuando el fallo está en duda, siempre se debe dar la razón a los contrarios”, ello según el cronista Full del diario La Crónica en una frase que ahora resulta de otra época.

El gol se hizo presente en esta mitad luego de un nuevo tiro de esquina que, ejecutado por Luis Carrillo, acabó en un centro de Luis Alfaro hacia la cabeza de Luis Muñoz que conectó para anotar el 1-0. En la segunda etapa lo que más destacó fue el continuo tropiezo del referee con la cancha, caídas que no hicieron más que añadir leña a su labor y que tras el pitazo final derivó en un acto violento cuando un desadaptado que observaba el juego se la emprendió contra Downey y -palo en mano- lo golpeó repetidas veces en el cuerpo hasta que la policía lo detuvo.

Revuelta final

El foot-ball no fue lo único que ocupó el tiempo del Melgar mientras estuvo en la capital, pues sus integrantes recibieron diversos agasajos entre partidos, como el que organizó la Liga Peruana en el ‘Jardín Progreso’ de la Alameda Grau. Y así llegó el día 7 de diciembre, fecha pactada para el segundo encuentro que esta vez cambió de escenario, pues las ya mencionadas malas condiciones de la cancha del Ciclista motivaron a que los equipos se trasladaran al campo de Santa Beatriz que regentaba la Federación de Estudiantes y que no era otro más que el espacio que ahora ocupa el estadio Nacional.
Así de arduo y concurrido fue el primer choque que Melgar afrontó en la capital, que aquí se defiende del cobro de una falta (Recorte: diario La Crónica)
Pese a que se anunció que el Presidente de la República, Augusto B. Leguía, iba a asistir al partido, éste no lo hizo y el balón comenzó a rodar muy tarde, recién a las 16:30. Luego de los golpes sufridos por Downey se tuvo que recurrir a otro árbitro pues éste se negó a dirigir otro compromiso. Así, se designó como juez al señor Berríos que durante la primeta mitad no tuvo mayor contratiempo, casi igual a lo que pasó en los arcos pues todo acabó sin goles.

El inicio de la parte final sí tuvo acción de inmediato pues a los 48’ un córner cobrado por Salomón Ramírez culminó en una pelotera dentro del área en la que una pierna, a la que ningún diario atinó a poner nombre, empujó el esférico para señalar el primer tanto de los rojinegros en la capital (o negro-rojos según la descripción de los cronistas).

Y aquí fue que se volvió a generar un problema con el árbitro pues el Association reclamó que la pelota no había ingresado, mientras que la impresión general fue que el balón sí traspuso la línea de gol pero que el público, que a esa altura del juego comenzó a meterse en la cancha y al mismo arco, había devuelto el mismo al campo. Cinco minutos pasaron para que todo se pusiera en orden, previa asistencia de los gendarmes asignados a imponer la calma.
Ya en la cancha de la Federación de Estudiantes, con la tribuna principal del Velódromo de fondo, Melgar pudo obtener su primer triunfo jugando en Lima (Recorte: diario La Crónica)
A los 60’ igualó la cuenta Leonidas Zúñiga con un fuerte remate que superó al portero (y también boxeador) Gómez de la Barra, mientras que el cierre del marcador llegó a los 80’ tras una combinación arequipeña que culminó en disparo esquinado de Manuel Ramírez para señalar el 1-2. De esta forma el Melgar pudo demostrar su valía en Lima, lo que le sirvió para ganar un trofeo donado por el diario La Crónica y para pactar un tercer encuentro no previsto, esta vez ante el Sportivo Tarapacá del Callao.

El choque se definió para jugarlo el sábado 13 a las 15:00 horas en la misma cancha de la Federación de Estudiantes. Esta vez los reportes en los diarios fueron exiguos y apenas si registran el marcador: un 2-2 tras el cual los chalacos ofrecieron una reunión en el local de la sociedad “Tacna, Arica y Tarapacá” y en el que Melgar recibió como premios unas medallas de plata y un objeto de arte.

Esa fue la despedida del FBC Melgar de Lima, una ciudad que desde entonces lo ató a los episodios más importantes en sus ahora 100 años de ilustre historia.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica


Comentarios ( 2)add
...
escrito por Ana María Cáceres Bellido , November 06, 2020
El nombre del jugador del Melgar mencionado sólo por el apellido, es Adrian Bellido.
...
escrito por Ana María Cáceres Bellido , November 06, 2020





Foot-Ball Club Melgar es patrimonio futbolístico de Arequipa, pero los grandes momentos que los rojinegros han tenido en su historia siempre se han dado en Lima. Solo hay que repasar en qué ciudad ganó la Copa Perú de 1971, o en qué ciudad obtuvo en 1981 su hasta ahora único título en la Primera División.

Fue también la capital del Perú a la que Melgar salió por primera vez de gira, cuando en 1919 dejó el terruño para presentar sus credenciales en tres partidos.

Carta a la mar
Corría el mes de noviembre cuando en los medios se anunció el arribo a Lima del “team Melgar” de Arequipa para disputar algunos partidos a iniciativa de Augusto Brondi, fundador y presidente del Association FBC, uno de los cuadros más fuertes que por entonces dominaba el escenario futbolístico limeño y que una década después pasó a ser el Ciclista Lima (como club de fútbol) que hasta 1996 jugó en Primera División.

El Association, como muchos otros equipos que buscaban rivales, cursó cartas hacia la ‘Ciudad Blanca’ para ponerse en contacto con los dirigentes del Melgar y ver la opción de que éstos emprendieran el viaje hacia la capital. La respuesta vino de la mano de su capitán Salomón Ramírez que junto a dos delegados adelantaron el viaje a Lima y se pusieron de acuerdo sobre los detalles de la invitación y el pacto de dos encuentros.
Esta es la delegación de FBC Melgar que en 1919 viajó a Lima para demostrar qué podían hacer sobre una cancha (Recorte: diario La Crónica)
Para esto Brondi logró el apoyo de la Municipalidad limeña que ayudó con parte de los gastos. Así, el domingo 23, y a bordo del vapor Ebro, el equipo de Melgar se dio a la mar en una travesía que duró tres días. Tras su arribo al Callao y tras una breve recepción por parte de los directivos de algunos equipos como los del Atlético Chalaco, el Progreso, el Jorge Chávez Nº1 y de la Liga Peruana de Football, lo primero que hicieron los arequipeños, con su vicepresidente Luis Gallegos al frente, fue aclarar una información que los sindicaba como los “campeones de Arequipa” de 1918, título que en realidad correspondía al White Star.

Pese a ello, ya se había instalado la idea de que el choque entre el Association y el Melgar iba a ser una suerte de duelo entre las ciudades que representaban.

Entre tierra y palos
Luego de unos días de descanso el domingo 30 llegó el momento de ver a ese equipo cuyo juego resultaba desconocido para todos en la capital. El programa se desarrolló en la vieja cancha del Velódromo de Lima, en cuyo terreno actualmente se encuentra el parque Hernán Velarde, propiedad del Ciclista Lima (el club de ciclismo que la construyó en 1897) y que lucía un campo muy descuidado donde la tierra le ganaba la disputa al verde grass.

La cancha además presentaba un serio problema por su misma estructura, ya que al no haber sido diseñada para la práctica del fútbol, muchos aficionados podían estar muy cerca del terreno de juego, tanto que a veces terminaban por interferir en las acciones poniendo en riesgo la integridad de los jugadores. Pese a las dificultades el primer partido arrancó a las 15:55 de la tarde y el primer once de Melgar en Lima fue con L. Gómez de la Barra en el arco; Hilario Maturana y Vera Chávez; Alejandro Cuadros, M. Pérez y Remigio Ramírez; Manuel Ramírez, Bellido, Salomón Ramírez, E. Pizarro y H. Carpio.
El Association fue el gran protagonista del primer encuentro que en la cancha del Ciclista Lima sostuvieron contra el Melgar (Recorte: diario La Crónica)
El partido en si fue de amplio dominio por parte del Association que, sin embargo, encontró gran resistencia del fondo arequipeño y los cobros errados del árbitro, mister Charles Downey, ampliamante reclamados por los asistentes. Un claro ejemplo de ello fue lo que pasó durante el primer tiempo, cuando un córner mal sancionado a favor del cuadro limeño terminó siendo ejecutado hacia un lado por Augusto Coquelet en un acto de caballerosidad por la acción pues, “cuando el fallo está en duda, siempre se debe dar la razón a los contrarios”, ello según el cronista Full del diario La Crónica en una frase que ahora resulta de otra época.

El gol se hizo presente en esta mitad luego de un nuevo tiro de esquina que, ejecutado por Luis Carrillo, acabó en un centro de Luis Alfaro hacia la cabeza de Luis Muñoz que conectó para anotar el 1-0. En la segunda etapa lo que más destacó fue el continuo tropiezo del referee con la cancha, caídas que no hicieron más que añadir leña a su labor y que tras el pitazo final derivó en un acto violento cuando un desadaptado que observaba el juego se la emprendió contra Downey y -palo en mano- lo golpeó repetidas veces en el cuerpo hasta que la policía lo detuvo.

Revuelta final
El foot-ball no fue lo único que ocupó el tiempo del Melgar mientras estuvo en la capital, pues sus integrantes recibieron diversos agasajos entre partidos, como el que organizó la Liga Peruana en el ‘Jardín Progreso’ de la Alameda Grau. Y así llegó el día 7 de diciembre, fecha pactada para el segundo encuentro que esta vez cambió de escenario, pues las ya mencionadas malas condiciones de la cancha del Ciclista motivaron a que los equipos se trasladaran al campo de Santa Beatriz que regentaba la Federación de Estudiantes y que no era otro más que el espacio que ahora ocupa el estadio Nacional.
Así de arduo y concurrido fue el primer choque que Melgar afrontó en la capital, que aquí se defiende del cobro de una falta (Recorte: diario La Crónica)
Pese a que se anunció que el Presidente de la República, Augusto B. Leguía, iba a asistir al partido, éste no lo hizo y el balón comenzó a rodar muy tarde, recién a las 16:30. Luego de los golpes sufridos por Downey se tuvo que recurrir a otro árbitro pues éste se negó a dirigir otro compromiso. Así, se designó como juez al señor Berríos que durante la primeta mitad no tuvo mayor contratiempo, casi igual a lo que pasó en los arcos pues todo acabó sin goles.

El inicio de la parte final sí tuvo acción de inmediato pues a los 48’ un córner cobrado por Salomón Ramírez culminó en una pelotera dentro del área en la que una pierna, a la que ningún diario atinó a poner nombre, empujó el esférico para señalar el primer tanto de los rojinegros en la capital (o negro-rojos según la descripción de los cronistas).

Y aquí fue que se volvió a generar un problema con el árbitro pues el Association reclamó que la pelota no había ingresado, mientras que la impresión general fue que el balón sí traspuso la línea de gol pero que el público, que a esa altura del juego comenzó a meterse en la cancha y al mismo arco, había devuelto el mismo al campo. Cinco minutos pasaron para que todo se pusiera en orden, previa asistencia de los gendarmes asignados a imponer la calma.
Ya en la cancha de la Federación de Estudiantes, con la tribuna principal del Velódromo de fondo, Melgar pudo obtener su primer triunfo jugando en Lima (Recorte: diario La Crónica)
A los 60’ igualó la cuenta Leonidas Zúñiga con un fuerte remate que superó al portero (y también boxeador) Gómez de la Barra, mientras que el cierre del marcador llegó a los 80’ tras una combinación arequipeña que culminó en disparo esquinado de Manuel Ramírez para señalar el 1-2. De esta forma el Melgar pudo demostrar su valía en Lima, lo que le sirvió para ganar un trofeo donado por el diario La Crónica y para pactar un tercer encuentro no previsto, esta vez ante el Sportivo Tarapacá del Callao.

El choque se definió para jugarlo el sábado 13 a las 15:00 horas en la misma cancha de la Federación de Estudiantes. Esta vez los reportes en los diarios fueron exiguos y apenas si registran el marcador: un 2-2 tras el cual los chalacos ofrecieron una reunión en el local de la sociedad “Tacna, Arica y Tarapacá” y en el que Melgar recibió como premios unas medallas de plata y un objeto de arte.

Esa fue la despedida del FBC Melgar de Lima, una ciudad que desde entonces lo ató a los episodios más importantes en sus ahora 100 años de ilustre historia
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