Banquete y leyenda

Se llamaba la Copa del Pacífico y era un trofeo que consagraba la rivalidad histórica entre Perú y Chile. Su disputa fue efímera, pero, para nuestra selección, fue parte de una de sus jornadas más gloriosas: ocurrió el 28 de julio de 1953, en el 132° aniversario de la república.
¿De Mago a Mago?
Los amistosos fueron dos: se programaron para el 26 y 28 de julio, ambos en el estadio Nacional de Lima. Perú era dirigido por Juan El Mago Valdivieso (y no por el argentino Ángel Fernández-Roca, como consignan erróneamente algunas publicaciones). Chile no era un cuadro cualquiera: dirigido por el húngaro Franz Platko, su selección era uno de los paradigmas del fútbol táctico y tenía como figuras al puntero derecho Atilio Cremaschi, al goleador Jorge Robledo y al mítico y veterano arquero Sergio Livingstone. Se alojaron en el Hotel Maury.
Nuestra selección, en tanto, concentraba en el Círcolo Italiano. Dormían en un pabellón, con literas de dos pisos. Tenían duchas con agua caliente y lavatorios como gran lujo. Su rutina empezaba a las 8 de la mañana, con exámenes médicos; desayunaban a las 9 (tazas de café con leche y muchos panes). Luego, jugaban bochas, al sapo, ping pong o billar. Escuchaban música, desatando la polémica entre los hinchas de los Embajadores Criollos y los de los Troveros Criollos. Almorzaban a la una y luego hacían siesta obligatoria. A las 3 y media recién comenzaban los entrenamientos. Después, al final de la tarde, se duchaban y daban un paseo por las instalaciones, departiendo con los socios del Círcolo.
El primer choque, el domingo 26, dejó sinsabores: Chile nos derrotó 1-2 y La Crónica criticó a la blanquirroja por su malabaresco exhibicionismo.
Saliendo del coma
La revancha estuvo pactada para Fiestas Patrias, el martes 28 de julio. Nuestro fútbol debe salir del coma, editorializaba La Crónica; acusaba, asimismo, a la profesionalización (1951) del declive del fútbol peruano, sin augurar que los años cincuenta serían uno de los más notables de la selección, pese a no clasificar al mundial de Suecia 58.
Sin gran respaldo, Perú formó aquella tarde con Clemente Velásquez en la puerta; Enrique Velásquez y Guillermo Delgado en defensa; Joe Calderón, Dagoberto Lavalle y Cornelio Heredia al medio; Luis Navarrete, Roberto Tito Drago, Félix Castillo, Alberto Toto Terry y José Da Giau en delantera. Da Giau era goleador de Centro Iqueño y fue convocado a última hora. El árbitro fue el inglés Charles Dean, de dilatada trayectoria en nuestro medio.
El gol llegó pronto: a los 7, Toto entró por izquierda, dribleó a Rojas y remató al palo opuesto de Livingstone. Otra circunstancia nos favoreció de inmediato: a los 10, Mr. Dean expulsó al chileno Enrique Hormazábal. No obstante, el primer tiempo no movió más el score.
Festín con nota 20
La explosión peruana ocurrió en los veinte primeros minutos del complemento. El 2-0 cayó a los 50: De Giau centró el balón, Castillo abrió las piernas para que el balón pasara y este llegó donde Heredia, que remató fuerte y esquinado.
El tercero fue dos minutos más tarde: Terry y Navarrete combinaron, Toto disparó rasante y Livingstone bloqueó mal; el rebote lo tomó Tito Drago, quien sacó un remate que rozó al zaguero Roldán y se introdujo en valla chilena.
Y el cuarto llegó tres minutos después, a los 55: Terry, desmarcado, cabeceó fuerte tras un córner servido por Navarrete.
La cereza de la torta fue a los 66: Terry le sombreó un balón a Livingstone y, cuando la pelota llegaba donde Drago, el arquero se arrojó sobre él y lo derribó. Mr. Dean cobró penal. Heredia remató fuerte y cerró la cuenta.
Goleada voraz
Los últimos minutos sirvieron solo para los oles, pero el sexto no llegó. En muestra de la bipolaridad que reina en nuestra prensa (tanto como la gitanería en nuestros jugadores), La Crónica tituló: Regalo de Fiestas: 5-0 a Chile, añadiendo que ayer no solo afloró el artista en la cancha, sino que hubo jugadores con habilidad y emoción.
Óscar Paz, periodista del diario, aseguraba que un colega chileno le había indicado, antes del encuentro, que ustedes deben tener paciencia; en Chile, pasaron quince años de transición hasta dominar las tácticas. Paz defendía que los cinco goles en contra evidenciaban el fracaso de los sistemas defensivos.
Por diferencia de goles, la Copa del Pacífico se quedó en Lima y el resultado gestó uno de los espacios más legendario de nuestro balompié: con ese score fue bautizado el restaurante 5-0 del estadio Nacional.
Para este viernes 22, aunque el apetito peruano sea voraz, nos conformamos con el 1-0. Aunque si llega la goleada, sobrarán restaurantes para bautizar.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica

Me hubiera gustado un poco mas de precision porque mencionas a Chile como un avanzado en la tactica de ese entonces.
Aparte de eso, mencionar que Cremaschi era Interior Derecho (ya veterano) y el Puntero Derecho era Cua Cua Hormazabal (expulsado tempranamente) y de lejos el mejor jugador chileno de esa decada.
Peru formo con un 3-2-5:
C.Velasquez - E.Velasquez, Delgado, Calderon - Lavalle, Heredia - Navarrete, Terry, Drago, F.Castillo, Da Guia.
Hay que mencionar que Felix Castillo ya no jugaba de 10 en ese tiempo, pero lo probaron ahi en ese partido. Tito Drago no jugaba de Centrodelantero desde la epoca de los "Tres Gatitos" y Terry solia jugar de Interior Izquierdo. Luego en otros partidos se probo a Terry como Centrodelantero.
Saludos