A colonizar otra época
Quince años y un día de diferencia. Ese es el plazo que ha transcurrido desde uno de los capítulos más duros en la historia de Sporting Cristal. Desde entonces, ciertamente, los rimenses ganaron algunos títulos y tuvieron a técnicos de gran renombre (Paulo Autuori, Edgardo Bauza), pero ningún proceso se acercó, a nivel futbolístico, emotivo e institucional, tanto a los noventa como el que emprende Roberto Mosquera desde enero de 2012.
La noche del miércoles 8 de abril de 1998, en cambio, fue el cierre de la etapa más gloriosa en la historia de Cristal, que incluyó un tricampeonato local (1994, 1995 y 1996) y un subcampeonato de Copa Libertadores (1997). El rival era también argentino: Colón de Santa Fe visitó Lima esa noche.
La ruptura de octubre del 97
Luego del subcampeonato en Copa Libertadores, Cristal entró en un previsible bajón futbolístico. En octubre de 1997, solo dos meses después de la final en Belo Horizonte, el equipo entró en un declive de rendimiento y los desencuentros entre el DT Sergio Markarián y los referentes ya no circulaban en voz baja. Los dirigentes celestes, ante el riesgo de perder la clasificación a la Libertadores del 98, optaron por cesar a Markarián tras una derrota clave (2-3) ante Alianza Lima; el plantel de jugadores no fue tocado.
El chileno Miguel Ángel Arrué llegó como parche y con una misión de corto plazo: ganar la liguilla por el subcampeonato y clasificar a la Copa. Lo consiguió y su contrato se extendió. Pero los malos resultados le pasaron factura y en marzo ya había sido despedido. Tras el interinato de Franco Navarro, el colombiano Luis ‘Chiqui’ García asumió la dirección técnica. Cristal perdió 3-1 ante River Plate en Buenos Aires y solo le quedaba una última chance para clasificar a octavos de final como tercero: vencer en Lima a Colón.
El drama de abril del 98
El choque con Colón fue uno de los traspiés más duros de la historia celeste. Esa noche, el ‘Chiqui’ García sorprendió de arranque, dejando fuera de la lista de dieciocho a un caudillo: el paraguayo Pedro Garay. Cristal alineó con Julio César Balerio en el arco; Julio ‘Coyote’ Rivera, Marcelo Asteggiano, Miguel Rebosio y Martín Vásquez en defensa; José ‘Hilacha’ Espinoza, Erick Torres, Jorge Soto y Javier Ferreira al medio; los brasileños Julinho y Nilson Esidio en ofensiva.
Todo parecía encaminarse a favor de los celestes cuando, a los 36’, el árbitro boliviano René Ortubé expulsó al defensor santafecino Luis Medero. Pero, lo cierto, es que la noche preparaba una pesadilla para los 21’576 espectadores que llegaron al estadio Nacional. A los 71’, en un contragolpe, Gustavo Sandoval lanzó una espectacular bolea desde fuera del área, en diagonal, que sobrepasó a un Balerio mal parado. Reinó el silencio. Cristal alcanzó el empate a los 85’, cuando Jorge Soto aprovechó un rebote y venció al arquero Leonardo Díaz. Pero no hubo tiempo para la esperanza: con el empate 1-1 se cerró el telón de la mejor época de Sporting Cristal. Por primera vez, después de ocho años, los rimenses quedaban eliminados en una primera fase de Copa Libertadores.
Grados de separación
El jueves 9 de abril, el presidente Alfonso Grados Carraro leyó una hoja donde se oficializaba el fin de una era: Julio César Balerio y Pedro Garay, dos caudillos extranjeros del club, dejaban la institución. Ambos habían cargado la imagen de haber sido cabecillas del cese de Markarián; esto, en realidad, nunca quedó aclarado, pues no habrían sido ellos los más enemistados con el DT charrúa.
Balerio ya había anunciado su intención de retirarse, pero que la oficialización fuera tan abrupta lo tomó desprevenido. Garay sí quedó boquiabierto con la noticia. Para algunos, ambos, y no Markarián, debieron haber salido en octubre del 97; el despido, por ende, fue una especie de autocrítica dirigencial por una decisión errada. La versión oficial fue el sambenito del recambio generacional, que incluyera a jóvenes promesas como Andrés Mendoza, Gustavo Vassallo, Amilton Prado, Ismael Alvarado, Carlos Zegarra y Leao Butrón, entre otros.
Balerio se marchó en silencio. Garay sí habló para defenderse con frases lapidarias: “A Balerio y a mí nos cargaron la eliminación para que los dirigentes no se sintieran tan culpables”, “Yo a Cristal le di todo, hasta mi nacionalidad; han actuado de una manera muy fea conmigo” y “Yo juro por el de ‘Arriba’ que nosotros no tuvimos que ver con la salida de Markarián, de Arrué ni de nadie” fueron algunas de sus palabras.
Ambos fueron fichados por Deportivo Pesquero para el Clausura 1999, pero Balerio finalmente desistió y no firmó contrato; Garay sí jugó aquel semestre en Chimbote, aunque a años luz de su nivel.
El futuro
Las salidas de Balerio y Garay cerraron el ciclo más glorioso en la historia de Cristal, que ya había dejado ir a Flavio Maestri y Roberto Palacios en el 96 y a Nolberto Solano a mitad del 97. Marcelo Asteggiano se fue a fines de aquel 98 y Julinho permaneció por un lustro más, aunque las lesiones le impidieron acercarse al rendimiento de antaño. Jorge Soto, respaldado por la excelente campaña del 97, dejó de ser un lateral tímido para convertirse en el volante todoterreno que lideró a los celestes durante los diez años que siguieron, excepto sus fugaces intervalos en el exterior.
El quiebre en Cristal fue tan traumático que, aun siendo protagonista y logrando títulos como los de 2002 y 2005, no volvió a acercarse, emocionalmente, a sus hinchas como en aquellos tiempos. El que más se acerca, precisamente, es el equipo que ahora comanda Roberto Mosquera. En una fecha especial, quince años y un día después, en el José Dellagiovanna de Victoria, Cristal podría abrir una nueva página en su historia.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revistas Once y Don Balón Perú; Video: Youtube / Usuario: FerSabalero
escrito por william , April 08, 2013
escrito por Carlos Quiroz , April 09, 2013
ARRIBA S.CRISTAL VOLVAMOS A SER UN EQUIPO FUERTE EN SUDAMÉRICA.
escrito por EL ETERNO , April 09, 2013