150 años del primer partido de fútbol en Sudamérica: El redondo sur del mundo

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Daniel Orrego | @dorrego1411 Redactor |
Hace exactamente 150 años, el 20 de junio de 1867, se desarrolló el primer partido de football en Sudamérica. Argentina, en ese entonces, tenía una colonia de inmigrantes británicos establecida en el país que intentaba promover sus propias costumbres. Con muchos ingleses que habían llegado a trabajar en bancos o en agencias de comercio exterior, se empezaron a fundar clubes donde compartían aficiones comunes. Así, se fundó el Buenos Ayres Football Club, el 9 de mayo de ese año.
Pocos días después de su fundación, sus miembros decidieron pactar el primer encuentro, en el que participarían ellos mismos. El 25 de mayo, día especial para el país por ser el aniversario de la Revolución que permitió su independencia, se presentaron en el campo acordado, pero no pudieron llevar a cabo su plan ya que una lluvia torrencial había caído en la ciudad y el terreno estaba inundado por todos lados. Aprovechando que el feriado de Corpus Christi estaba muy cerca, reprogramaron la fecha para casi un mes luego: para el 20 de junio.
From football to fútbol
Hernán tenía solo 25 años cuando presenció por primera vez un partido de fútbol, o football como era denominado en ese tiempo. Había sido invitado por Thomas Hogg, uno de los fundadores del Buenos Ayres Football Club, a pasar una tarde con él y un grupo de colegas ingleses, y acudió con la única intención de probar el whisky que le habían prometido. Le comentaron que se disputaría un encuentro entre el Buenos Ayres Cricket Club, lugar donde lo habían convocado, y la institución fundada por Thomas y un grupo de sus compatriotas.
El día llegó y las personas se congregaron en las instalaciones del Buenos Aires Cricket Club, lugar donde se desarrollaría el evento. The Standard, uno de los periódicos en circulación de la época, publicó un anuncio para informar sobre este acontecimiento. El público estaba formado por una mezcla de ingleses y argentinos. Los primeros tenían la oportunidad de ver un deporte que estaba ganando popularidad en su país natal. Los segundos tenían curiosidad de ver algo distinto a lo que conocían hasta el momento: el cricket, que llegó también como parte del intercambio cultural.
Lo primero que vio Hernán al acercarse al campo fue dieciséis jugadores vestidos de la misma manera, lo único que los diferenciaba era una boina de un color disitinto: ocho compartían el color rojo en sus cabezas; y el resto, el blanco. A las 12:30 empezó lo que parecía una carrera de hombres locos detrás de un balón. Se pasaban la pelota con las manos y con los pies, intentando llevarla de un lado a otro de la cancha que había sido delimitada con banderas y cada vez que la pelota se colaba por el centro de los palos que habían colocado a los extremos estallaban en gritos de júbilo.
Veintidós jugadores habían confirmado su participación. Al final, los asistentes pudieron ver solo dieciséis jugadores, todos vestidos con el mismo color de camisa, divididos en dos equipos diferenciados por el color de las boinas que utilizaban. Walter Heald y Thomas Hogg, capitanes de ambos equipos, lideraron el encuentro durante las dos horas a lo largo de las cuales se extendió. Ambos se dieron un apretón de manos, completamente extenuados por el ejercicio efectuado, y coordinaron la revancha para una próxima ocasión.
Dos horas después, y con Hernán todavía sumido en un estado de confusión, se acabó el partido. El equipo rojo, capitaneado por su amigo Thomas Hogg, venció al blanco por 4-0. Hernán se acercó para felicitarlos y vio que todos estaban completamente exhaustos pero felices. Lo que él no sabía es que ese 20 de junio de 1867 había nacido un deporte que cambiaría con el paso de los años pero que crecería exponencialmente en popularidad. Las costumbres que intentaron replicar en Sudamérica este grupo de ingleses traerían una experiencia apasionada que se sigue viviendo hasta hoy en este continente de un modo más apasionado que en cualquier otro.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
