Polonia - Perú 1982: Un polaco necesario

Dentro del sentir futbolero del aficionado peruano, la gran mayoría coincide de forma unánime que la mejor selección peruana de fútbol de todos los tiempos fue la de los inicios de los ochenta, que clasificó sin discusión al Mundial de España y en cuya gira hacia Europa, antes del certamen FIFA, derrochó calidad y juego exquisito, como la recordada -hasta hoy- victoria en el Parque de los Príncipes contra Francia, partido bisagra que etiquetó a nuestro equipo como serio aspirante a llegar a semifinales.
Sin embargo, en el Mundial aquel delirio se derrumbó cual castillo de naipes con una goleada inesperada que propinó Polonia en la última fecha, lo que mandó a la blanquirroja derechito a territorio peruano al ser eliminada en Primera Ronda. Por tal razón, en esta sección que acostumbra DeChalaca.com con la caprichosa frase del “qué habría pasado si…”, conviene trasladarse a 1982 para conjeturar en el imaginario colectivo sobre las consecuencias que pudo haber tenido una clasificación a cuartos de final.
Un polaco por la culata
Al momento del sorteo mundialista, Perú cayó en el Grupo A, cuyo cabeza de serie fue Italia, mientras completaban la llave Polonia y una desconocida Camerún, que para la prensa peruana era la cenicienta del grupo. Con la escuadra azzurra como bolo fijo para avanzar de instancia, la pelea por el otro cupo debía dirimirse contra Polonia, que ya nos había ganado en Argentina 1978.
Perú comenzó su participación en suelo ibérico con un empate a cero frente a Camerún; luego repartió puntos con la Italia de Dino Zoff a un gol por lado, encuentro en que el conjunto incaico ofreció su mejor nivel. Así, llegó a la última jornada con dos puntos y un gol anotado y recibido para medirse contra Polonia, que también llegaba con igual puntaje pero sin anotar tanto alguno. En el estadio de Riazor, en La Coruña, bajo el arbitraje del mexicano Mario Rubio, ambas selecciones entraron al gramado para los respectivos himnos y disputar por la clasificación durante los 90’.
Tim envió el siguiente once: Quiroga; Duarte, Salguero, Díaz, Olaechea; Velásquez, Cueto, Cubillas, Leguía; Oblitas y La Rosa, un claro 4-4-2 en el que Germán Leguía fungía en la novedosa posición de puntero mentiroso, mientras Uribe y Barbadillo esperaban en el banquillo. Por otra parte, entre los referentes polacos figuraban Boniek, Smolarek y Lato, goleador en Alemania 1974. Con el pitazo inicial, se notaron las diferencias entre el disciplinado trabajo atlético de los europeos frente al toque cadencioso peruano. Los primeros 10’ Polonia apeló al dinamismo físico para arremeter el arco de Quiroga, mientras Perú se hundía en el letargo de la imprecisión que se reflejaba del medio para arriba (Velásquez, Leguía, Cueto, Oblitas y Cubillas); pese a ello, la primera más clara fue para la bicolor a través de un tiro libre a quemarropa que Rubén Díaz estrelló en el larguero. Después, Polonia asustó en menos de 5’ cuando Quiroga evitó remates a boca de jarro de Smolarek y Jalocha, además del gol anulado de Boniek sobre los 17’, aunque la blanquirroja respondió con sendas contras mediante La Rosa y un remate de Cueto que pasó cerca cuando el reloj marcaba los 19’. Ahí nomás Boniek nuevamente remeció el travesaño y, a los 42’, la valla incaica se salvó de un remate de Buncol que chocó en el poste. Con todo, el 0-0 no era un mal resultado tras lo visto en la primera etapa, pese a que se apreció a una oncena peruana algo sorprendida por lo fácil que fue superada por las bandas, sector por el que llegaron las mayores acciones de riesgo polaco.
Ya en la complementaria, todos sabemos lo que pasó: La Rosa tuvo una oportunidad para abrir el score pero su tiro fue atajado, Tim sacó a Cubillas y Oblitas para el ingreso de Uribe y Barbadillo, respectivamente, y a los 55’ un Velásquez errático en el pase generó el primer gol en contra, lo que derivó en una seguidilla de anotaciones en menos de 21’. Smolarek, Lato, Boniek, Buncol y Ciolek apabullaron al equipo que se diluyó en el terreno, a excepción de la moral deportiva para ir hacia adelante; dicho impulso generó un palo de Uribe y el último tanto peruano en mundiales decretado por La Rosa, quien anotó el del honor sobre los 83’.
Paseo por la península
Lo real y concreto es que la selección se fue goleada y ya han pasado treinta años de aquel trago amargo; no obstante, ¿qué habría sucedido si en la segunda fracción los nuestros no cometían errores que costaron por lo menos tres de los cinco tantos polacos? Desde luego, los dos primeros goles fueron producto de una desatención de Velásquez y Leguía, respectivamente, así como el último gol fue un error de Cueto, dejando mal parado a la primera línea defensiva. Entonces, de no haber cometido esas fallas, lo más probable es que el cotejo habría seguido en cero porque Polonia no tenía cómo desnudar el bloque defensivo, que no tuvo la culpa de las gruesas equivocaciones de la zona medular. Es más, si ese remate del ‘Panadero’ Díaz al inicio era gol, la historia se convertía favorable para Perú, y si se cuentan los palos transformados en gol, tendenciosamente, bien podría sugerirse hasta un imaginario 2-2, que sumado al gol de La Rosa se cristalizaría en un 3-2 que nos habría dado el boleto a cuartos.
En consecuencia, la victoria traía consigo un giro de 360 grados para las aspiraciones peruanas por varias razones: porque se lograba el primer puesto tras el empate de Italia y Camerún, lo que nos depositaba en el Grupo 1 de la Segunda Fase junto a Bélgica y la Unión Soviética, rivales tampoco imposibles de vencer. Con nuestro fútbol en alza y yendo de menos a más, se lograba la punta del grupo, instalándonos entre los cuatro mejores del torneo. La semifinal se habría jugado otra vez contra una Italia que venía de eliminar a los dos grandes sudamericanos, y tal vez ahí se habría detenido el sueño de llegar a la final. De hecho, se habría jugado por el tercer lugar ante una desmotivada Francia y, capaz sin exagerar, hasta se la habría ganado para, así, lograr nuestra mejor ubicación en mundiales con la medalla de bronce.
Héroes de leyenda
De haberse cumplido tamaña actuación, se colmaban las expectativas de los especialistas, que consideraban a Perú entre los semifinalistas; los jugadores serían recibidos como próceres en el aeropuerto Jorge Chávez, y la crítica deportiva habría catalogado al plantel como el mejor de la historia. Se sepultaba cualquier rumor sobre los presuntos resentimientos en la interna tras la presencia de Cubillas como el diez del equipo en desmedro de Uribe, y quizá el ‘Nene’ con un par de goles más habría alcanzado en el podio histórico de los mundiales a Gerd Müller. Otros compañeros tras su gran rendimiento habrían tenido jugosos contratos en el exterior con los clubes top de Sudamérica y Europa (Velásquez, Cueto y La Rosa que militaban en tierras cafeteras habrían trascendido en los equipos más populares de Argentina o Brasil, mientras Barbadillo y Uribe habrían jugado en los equipos grandes del Calcio), y quién sabe si a raíz de esta grandiosa campaña se habría potenciado nuestro campeonato local, manteniendo el formato de siempre sin tener que haber engendrado esa monstruosa criatura llamada “Torneos Regionales” que hizo su aparición en 1984.
Con el tercer puesto, a su vez, se habría dejado una valla alta para las posteriores generaciones, puesto que muchos de los mundialistas del 82 pasaban al retiro; quizá Tim se mantenía en el cargo para el proceso rumbo a México 1986 y -Dios hubiese querido- se empezaba a trabajar seriamente en el fútbol peruano, acatando las recomendaciones del ‘Informe Tim’ que el brasileño entregó una vez concluido el Mundial. Perú sería mirado con otros ojos en el continente, y a nivel dirigencial se hubiese tenido más peso en la toma de decisiones de la Conmebol.
No obstante, todo ello se desvanece con la dura cachetada que nos suele dar la realidad, esa que nos enrostra que desde 1982 no vamos al Mundial y que en la actualidad nos recuerda el por qué somos los últimos de Sudamérica.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Ovación; Video: Usuario Juanmag84

ya olvidemos el pasado que pudo ser, Perù fue eliminado y punto
y lo demuestra la copa libertadores que jugaron ese año
dieron pena, y solo tenian 2 jugadores seleccionables asi que no nos engañemos que con ese equipo tendriamos mas chances de ir a un mundial
En lugar de vivir del pasado apoyen al futbol para que mejore
El que luego clubes como alipio ponce y otros hayan fraguado resultados, que se haya incorporado torneos hibridos y convenidos como las intermedias zonales (mas que todo para impedir que el Alianza Lima descendiera) no le quitan mérito a lo bueno logrado.
Desde esa temporada de los regionales a hoy, son mucho menos el número de departamentos que tienen clubes en primera división.
Obvio que el futbol al ser deporte debe merituar los resultados deportivos antes que cualquier cosa, pero lo optimo seria que existiera un sistema en el cual si no es en primera o segunda profesional, sea en tercera profesional que deaprtamentos como madre de dios, amazonas, tumbes mismo, huancavelica, pasco, ucayali, vuelvan a tener representantes de la zona disputando mejores sitiales dentro del contexto del futbol nacional. Si el deporte no va servir para integrar y darle mayor presencia a todas las zonas de nuestro pais, y se torna, como es, de un grupo reducido y minoritario, no se cumple este noble y social fin.
Ademas, cuanto mas reducido es el número de equipos en primera, menos oportunidad que los jovenes valores puedan darse a conocer. Lamentablemente si hay coincidencias con la no clasificación a mundiales con sistemas como los regionales, no podemos ligeramente echarle la responsabilidad exclusiva a estos, cuando todos sabemos que los malos del futbol peruano pasan mas el tema dirigencial.
Saludos