Santos - Cienciano 2003: La cabeza bendita

* Antes de comenzar a leer el relato, es necesario aclarar que los autores de la nota no son pesimistas ni la intención de estos es minimizar la hazaña del Cienciano. Sin embargo, por el bien del artículo es imprescindible abordar la situación por el lado menos amable. En esta sección ya se especuló con el final positivo de una historia trágica -derrota de Cristal ante Cruzeiro en la final de la Libertadores-y ahora toca la tarea -no la más agradable de todas- de hacer lo contrario con una epopeya del fútbol peruano.
La gesta de Cienciano en la Sudamericana 2003 estuvo llena de jugadas impensadas, goles de último minuto, etcétera. ¿Por qué DeChalaca.com elige, entonces, al cabezazo de Alex como eje de la casualidad antes que el gol de último minuto ante Cristal que clasificó a Cienciano al torneo continental o el tiro libre de Lugo que pasó por un hueco imposible? La edición del diario Líbero del día siguiente del partido puede responder a esa pregunta: las fotos de portada son de archivo. ¿Y eso que tiene que ver? Que demuestra la poca fe que se tenía en el Perú para este partido, al punto de que un medio de alta circulación no tuviera ningún enviado especial en Brasil para cubrir el encuentro. Es en aquel partido, pues, donde se genera el punto de quiebre; donde se comienza a creer en Cienciano.
La jugada parecía una de aquellas que terminan en las manos del arquero o despejadas por los zagueros. Transcurridos 70’ el cero se acomodaba en el marcador de los equipos. Un tiro libre para Cienciano a más de 40 metros del área. Juan Carlos Bazalar fue el encargado de sacar un centro largo –larguísimo- que comenzó a caer con parsimonia ante la mirada pasiva de tanto defensores como atacantes. Entonces llegó lo impensado. Alex se elevó, sin oposición alguna, e hizo el movimiento correcto con el cuello para sacar el balón de su área. Sin embargo la pelota se deslizó pícaramente por su calva cabeza y se introdujo en el ángulo izquierdo del arco defendido por Fabio Santos.
Aquel momento parecía surreal. Cienciano era, en aquella época un equipo conformado en su mayoría de jugadores con largos años de experiencia, reciclados de varios equipos del Perú, como Ibáñez, Morán, Holsen, Maldonado, Carty etcétera. Y su rival era nada menos que el Santos de Brasil. Un cuadro que marcó y quería marcar hitos en el comienzo de la década bajo la conducción de Robinho, Diego, Alex; ahora figuras indiscutibles en Europa. La misión cusqueña en tierras garotas era no caer goleado –jugadores, técnico, prensa y demás lo veían así-. Pero aquel 16 de octubre, la fortuna iba a estar de su lado.
El resto es historia conocida, empató Robinho con un golazo y selló la paridad a uno en Brasil. Luego llegarían la gesta en Cusco, el golazo de Maldonado en Colombia y “Upa upa upapá”, Cienciano era campeón de la Copa Sudamericana. Dejando de lado la hermosa realidad, es momento de especular con la ficción y -con pura subjetividad- tratar de descifrar que habría pasado si aquella milagrosa pelota no hubiera ingresado.
El cabezazo que pudo ser
La pelota cae lentamente en dirección al arco de Fabio Santos, Alex se eleva un metro por encima de todos y con un frentazo la despeja. El balón termina otra vez en los pies de Bazalar, quien manda otro centro que llega tranquilamente en las manos del guardavalla brasileño. Cienciano aguanta todo lo que puede pero finalmente llega el baldazo de agua fría, Robinho se luce y, en gran jugada individual, abre el marcador a los 77’ y desata la locura en el Urbano Caldeira.
La revancha se juega en el Cusco y la atención de millones de peruanos esta fija en el llamado 'Ombligo del Mundo'. El equipo rojo lucha y logra una excelente victoria por 2-1 sobre Santos. Sin embargo, en el momento de los penales, los nervios le fallan al equipo de Ternero y son los brasileños los que terminan festejando en el Garcilaso. Las tribunas se quedan silenciosas y la tristeza invade a los aficionados. A pesar de la derrota, los hinchas se retiran del estadio orgullosos del coraje de su equipo y asegurando que “no cualquiera le gana al Santos”.
Mientras tanto, el terreno de juego es una postal de desamparo. Morán llora -esta vez de tristeza- y no encuentra consuelo en ninguno de sus compañeros ni es alzado en hombros. Ibañez se queda recostado sobre su palo pensando en “aquella pelota” que no pudo atajar. Carty piensa en los goles que falló y Ternero se queda helado en su sitio, sabiendo que esta era su oportunidad de hacerse un nombre.
La Sudamericana sigue transcurriendo y Santos se lleva la semifinal sin problemas ante Atlético Nacional y en la final contra River demuestra todo su poderío derrotando sin atenuantes al conjunto argentino para llevarse la Copa. Vila Belmiro es una locura: lo que su equipo había perdido a mitad de año ante Boca en la Libertadores lo gana ante el cuadro millonario, e inscribe su nombre en la historia de la Copa Sudamericana.
La tristeza del después
Si es que lo narrado anteriormente hubiera acontecido, probablemente la vida de los 22 jugadores y los técnicos habría tomado otro rumbo. Carty no sería el goleador vigente que es hoy día y tras unos pocos años más de carrera se habría retirado sin mucha bulla en un equipo del interior; jamás habría inmortalizado en la retina del aficionado, por cierto, el famoso ‘Baile del Avestruz’. Igualmente, Juan Carlos Bazalar no pretendería seguir jugando pasados los 40 años y difícilmente habría cumplido su sueño de jugar al lado de su hijo.
Carlos Lobatón no sería la pieza importante que es hoy en Cristal y su buen juego habría pasado desapercibido por los equipos “grandes”. No existiría México para Julio García y su juego pasearía por equipos chicos sin llegar a identificarse con ninguno. El Almería jamás escucharía de Santiago Acasiete y el central, probablemente, se quedaría en algún equipo de la capital durante varios años como estandarte. Las llaves del Nissan nunca llegarían a las manos de Lugo, ni mucho menos el llamado a la selección paraguaya.
La eliminación no solo habría afectado a los jugadores. Casi con seguridad, Freddy Ternero nunca habría tomado el mando de la selección peruana y San Martín de Porres perdería un alcalde y el Perú un escritor -aunque nadie se queja de esto último seguramente-. Juvenal Silva difícilmente habría llegado a la Federación y habría sido improbable que hubiera alcanzado una curul en el Congreso. Quizá no tendría tanto respaldo como dirigente y su cargo podría haber estado en peligro.
Pero más allá de lo que uno puede especular o no, existen consecuencias que uno puede inferir con seguridad. La evolución de Cienciano como equipo importante dentro del medio local no habría avanzado a pasos agigantados. El equipo cusqueño no se convertiría, probablemente, en uno de los animadores del torneo como lo ha venido siendo durante los últimos años y seguiría siendo un equipo provinciano fuerte, pero sin alcanzar el rótulo de “grande” que hoy se le endilga. Además, la huelga de jugadores que aquel año 2003 suspendió vergonzosamente el campeonato local difícilmente habría pasado tan desapercibida para la historia, puesto que el aficionado no habría tenido en la epopeya de Cienciano un distractor mediático para poner en segundo plano la caótica organización del fútbol local.
Sin embargo, lo más afectados serían los personajes ajenos a esta hazaña. El grupo Do-Re-Mi no se habría dado a conocer al mundo vernacular con su popular canción y no saldría en las pantallas de Fox Sports para toda América. La maca supuestamtente milagrosa no habría tenido tanto protagonismo y la uña de gato no habría multiplicado sus ventas. Todos perdían con la derrota.
El lado feliz lo habrían vivido los brasileños. A pesar de que la mayoría de aquel equipo vive tiempos de bonanza en Europa, su vida podría haber cambiado igualmente. El salto de Robinho a Europa habría sido más rápido, con el respaldo que un título continental podría haberle otorgado: quizá no al Madrid, sino acaso a otro equipo grande y más paciente. Diego no se demoraría tantos años en llegar a un club como Juventus. Alex no tendría que pasar por el proceso de jugar en Holanda para llegar a un grande europeo y tanto Elano como Renato andarían en conjuntos de mayor jerarquía actualmente. Por su parte, Emerson Leao tendría una carrera más feliz como técnico y podría haber agarrado otra vez la selección brasileña.
La realidad tan bella
Al final, queda la tranquilidad de que ninguno de estos casos se dio. Alex efectivamente cabeceó de manera defectuosa el balón y este se convirtió en el gol que le anotó Cienciano al Santos. Los cusqueños campeonaron la Sudamericana y lograron la hazaña más grande del fútbol peruano a nivel de clubes. Raras veces la realidad es mejor de lo que uno puede imaginarse, y -por suerte- este es uno de esos atípicos casos.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos y recortes: revistas El Gráfico Perú y Caretas, diario Líbero
Video: Fox Sports

Equipo grande es aquel que tiene a todo un pais pendiente de él, quien despierta pasiones inigualables y quien esta dentro del corazon del pueblo, eso no se compra con titulos por mas espectaculares q sean..en esen sentido aqui en el PERU solo es grande ALIANZA LIMA mas nahhhh
Corazon del pueblo? Hay montones de montones de gente del pueblo que no son hinchas de Alianza. No vengan con cosas no-fundamentadas.
Estan fenomenales!!
Jhonny Béjar.
Existen casos parecidos en el mundo, de equipos que nunca se alzaron con el torneo doméstico pero si brillaron en competencias internacionales, verbigracia el Arsenal de Sarandi argentino (campeon Sudamericana 2007) o el Zaragoza espanol (campeon UEFA 64 y Recopa 95).
La diferencia es que los dos ultimos clubes mencionados no tienen la exclusividad, en sus respectivos paises, de los titulos internacionales, paternidad que si ostenta el club del Cuzco aqui y que da pie a discusiones bizantinas de saber si entra o no en la categoria de "grande" del futbol patrio.
Depende de la definicion que se da de "grande" personalmente dificilmente puedo aceptar que un club que jamas fue campeon nacional pueda pertenecer a esa categoria.
Saludo el esfuerzo intelectual de los redactores de la nota en el sentido que siempre es mas dificil hacer un "Virtual Replay" de una "success story" como la del Cienciano que, desafortunadamente, solo quedara como un epifenomeno, un "accidente feliz" de nuestro futbol tan huérfano de alegrias internacionales.
Alianza, U, Cristal, Cienciano, Boys, Muni...?
¿A Cienciano le alcanza con las copas para ser grande? Creo que no, si no el Once Caldas serÃa grande en Colombia. Cienciano también tiene una localÃa espectacular (una de las pocas provincias en que AL, U y SC son visitantes) y creo que eso es lo que le hace grande...