Real Madrid 1955-1960: Realeza de cinco dinastías
Real Madrid, recientemente elegido “El equipo del siglo”, vivió en los años '50 la que es posiblemente la etapa más gloriosa de su historia. Los merengues, con Di Stéfano a la cabeza, ganaron las cinco primeras Copas de Campeones de Europa, para convertirse así en el único equipo que la posee a perpetuidad en sus vitrinas.
Corría el año 1955 y maduraba la idea de organizar un campeonato que reuniera a los mejores equipos europeos. Don Santiago Bernabéu y los directores del periódico francés L’Equipe pensaron en grande y juntaron la “créme de la créme” del balompié europeo, el cual se encontraba dividido entre Gran Bretaña, Europa Occidental y Europa del Este.
Para la primera Copa de Campeones (a la que no necesariamente asistieron todos los campeones de las ligas caseras) aceptaron el desafío algunos grandes equipos como el PSV Eindhoven, Sporting de Lisboa, AC Milan, Partizán de Belgrado y, por supuesto, Real Madrid.
El Rey Arturo y su corte real
La realeza madrileña se presentaba a la conquista de Europa con toda su noble corte, tan espectacular como los ‘galácticos’ de años pasados, y tan depredadora como la armada invencible de Felipe II. Los merengues contaban con el cartel de haberse consagrado en la Copa Latina y llegaban con el que, para muchos, era considerado el mejor jugador de la época: Alfredo di Stéfano.
Detrás de la figura del argentino, estaban otros dignos representantes de la realeza como Juanito Alonso, portero muy seguro; Marquitos y Zárraga, que le daban gran solidez a la defensa; su capitán, Miguel Muñoz, que aportaba la cuota de mando y que se convertiría en el primer jugador en alzar la copa europea; y los excepcionales Héctor Rial -argentino que venía de ganar dos ligas uruguayas con el Nacional de Montevideo- y el velocísimo Paco Gento. En suma, una verdadera máquina, engranada por el entrenador José Villalonga.
Para el Madrid, la justa era un enigma. Por primera vez enfrentaría oficialmente a equipos británicos o de Europa del Este. De hecho, la Copa los tomó por sorpresa: si bien superaron la primera eliminatoria al ganar por 2-0 al Servette (anotando su capitán Muñoz el primer gol madrileño en esta competición), sufrirían su primer susto contra el Partizán de Belgrado, uno de los principales exponentes futbolísticos del este. En plena Navidad de 1956, en el estadio Chamartín de Madrid, a los yugoslavos les anularon dos goles cuando el marcador estaba empatado a cero. Sin embargo, los merengues acabaron resolviendo el encuentro con un cómodo 4-0.
En la vuelta, no obstante, se dio el primer revés de los madrileños: cayeron 3-0 en Belgrado, pero no fue suficiente para dejarlos fuera de la competencia. En la semifinal, se midieron con el Milan, al que superaron con mayor dificultad.
En la final tuvieron que medirse con un rival que esperaba revancha: el año anterior, el Stade Reims había caído en la final de la Copa Latina de París ante los españoles. En el mismo escenario se disputó la primera final de la Copa de Campeones. Real Madrid remontó dos veces el marcador (2-0 y 3-2) para acabar superando por 3-4 a los galos (ver video 1).
El título no se hereda, se gana
En 1957, el Madrid participó en la Copa de Campeones pese a no ser el campeón de la Liga Española (la cual perdió a manos del Athletic de Bilbao). Sin embargo, ya tenía ganado el derecho de participar en su condición de campeón europeo. Para esta edición, apareció invitado un equipo de lujo: el Manchester United. Real Madrid, por su parte, estrenaba una nueva arma letal: Raymond Kopa.
En cuartos de final, Manchester batió al Athletic para encontrarse en semifinales con los albos, quienes habían disputado la eliminatoria más dura. Frente al Rapid de Viena vencieron 4-2 en Madrid y cayeron 3-1 en Austria, ganando el desempate disputado en el Santiago Bernabéu (2-0). Ante los ingleses, que contaban en sus filas con Bobby Charlton, Tommy Taylor, Duncan Edwards y Dennis Viollet (goleador del certamen), vencieron 3-1 como locales y lograron un histórico empate (2-2) a domicilio tras haberse puesto en ventaja 0-2.
Como premio al ganador de la edición anterior, la gran final se disputó en el Santiago Bernabéu. En su recinto, Madrid se impuso por 2-0 a la Fiorentina y consiguió el bicampeonato (ver video 2). Unas semanas después se llevó también la Copa Latina, con lo cual los merengues se consolidaban como el equipo más poderoso de Europa.
En 1958 continuó la real dinastía. A los herederos del trono se les unieron el uruguayo José Santamaría y el portero argentino Rogelio Delgado; sin embargo, el gestor de los campeonatos ganados, Villalonga, dimitió como entrenador, llegando en su reemplazo Luis Carniglia. Sin contemplaciones, el Madrid se deshizo de todos los que desfilaron por sus pasarelas, incluyendo una goleada espectacular de 8-0 sobre el Sevilla (subcampeón liguero). La final la disputó ante el Milán de 'Pepe' Schiaffino. El tiempo reglamentario concluyó 2-2, por lo que fue necesaria la prórroga. A los 107’ Gento aprovechó su velocidad para poner el definitivo 3-2: el gol del tricampeonato (ver video 3).
Más copas, solo en la taberna
Para el siguiente, los merengues incorporaron a una nueva estrella: el húngaro Ferénc Puskas, que llegó para formar junto a Di Stéfano, Kopa y Gento la que, para muchos, es la más grande delantera de todos los tiempos. En esta edición el Juventus italiano caía por 7-0 ante los austríacos del Wiener Sport Club, quedando fuera de la competencia, mientras que el Madrid conocía las torturas del infierno turco, del cual sacó un empate 1-1 ante el Besiktas. La sonada victoria de los austríacos del Wiener no inspiró ni el más mínimo resquemor en tienda madridista. En cuartos de final, devolvieron los siete goles encajados a la ‘Vieja Señora’ con un irrefutable 7-1 en el Bernabéu.
La semifinal tuvo al clásico de Madrid como plato fuerte. El enfrentamiento fratricida ante el Atlético se decidió en tres cotejos tras las victorias de ambos conjuntos como locales (la eliminatoria pudo ser para los ‘colchoneros’ de no haber sido por un penal errado por Vavá en su visita al Bernabéu). El desempate fue en Zaragoza y lo ganó el Madrid por 2-1 con goles de Di Stéfano y Puskas; descontó Enrique Collar.
Una nueva final esperaba al Madrid, esta vez en Stuttgart. Nuevamente se le puso enfrente un viejo conocido, el Stade Reims. No obstante, los maestros no habían dejado de serlo, y los pupilos no habían aprendido aún lo suficiente. Una nueva derrota del Reims le dio al Madrid un nuevo campeonato (ver video 4).
Monarquía absoluta
En 1960, la Copa de Europa ya se llamaba Real Madrid. Era su dueño absoluto, en cuatro años no se había movido de sus vitrinas. Contaba, además, con el refuerzo del astro Luis del Sol, y con un nuevo técnico: su ex capitán Miguel Muñoz.
Este certamen fue marcado decisivamente por el enfrentamiento en semifinales ante su encarnizado rival: los azulgranas del Barcelona, en cuya plantilla destacaban Ramallets, Eulogio Martínez, Zoltan Czibor, Evaristo de Macedo, Luisito Suárez, Ladislao Kubala y Sandor Kocsis. Además, el Barça había ganado la Copa de Ferias y derrotado a los merengues en la Liga. Pero como Europa era del Madrid, los merengues también se deshicieron del Barza con sendos 3-1 en la capital española y en Barcelona. La final lo enfrentó al Eintracht Frankfurt, al cual le pintó la cara con un 7-3 en Glasgow, con cuatro goles de Puskas y tres de Di Stéfano (ver video 5).
El pentacampeonato obtenido por el Madrid (que le dio el derecho de conservar un ejemplar de la ‘orejona’ en casa) fue determinante para su futura consideración de 'Equipo del Siglo'. Que logró una hazaña inigualable en la naciente Champions League. Que contó con un equipo de lujo, más real que galáctico. Y que fue un cabal representante de la dinastía madridista.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos: madrid1960.com, flickr.com, ecosdelbalon.com
Videos: YouTube / Usuario: kimetlopez
escrito por Augusto Giuffra Palomino , September 28, 2008