Perú en la Copa América 1959: Una chalaca monumental

Si los setenta fueron años de éxito, los cincuenta fueron de ensueño: los más veteranos, con justicia, también sacan pecho por su década. Ciertamente, a mitad del siglo XX, Perú tenía un equipazo. Si no llegó a los mundiales, fue porque en el 50 y el 54 no disputó las Eliminatorias, porque en el 58 tuvo que eliminarse contra Brasil (campeón de Suecia 58) y porque en el 62, el éxodo de sus figuras, la desidia dirigencial y la débil reglamentación FIFA no permitieron que contara con sus estrellas en el repechaje contra Colombia.
Pocas historias quedan de esta época; apenas unos nombres dispersos, alguna hazaña y unas cuantas estadísticas que no fueron demasiado favorables. En el Sudamericano de 1959, en Buenos Aires, nuestras estrellas confluyeron: y aunque, en el balance, los resultados no fueron los mejores, dejaron dos partidazos para el recuerdo.
Como un avión
La delegación peruana viajó en los primeros días de marzo, liderada por el técnico húngaro Gyouri Orth, quien llevaba ya dos años en nuestro país. Hubo un inconveniente al subir al avión. Cuentan las crónicas que el defensor José Fernández se negó a abordarlo y llegó a sufrir un ataque de pánico. Los dirigentes tuvieron que llamar a su tío, el histórico goleador Teodoro ‘Lolo’ Fernández, quien lo guapeó por teléfono: “¡Acaso te olvidas que eres de la generación de los Fernández! ¡A cumplir como lo hicieron tus tíos! ¡Y no te olvides de que en los Sudamericanos hay que ser hombre!’”.
Perú recibió al afecto del público argentino. En parte, porque sus dos primeros choques fueron contra rivales tradicionales de los albicelestes: Brasil y Uruguay. Todo el campeonato se disputó en el Monumental de River.
El estreno de Perú fue el 10 de marzo, ante Brasil, y tenía sabor a revancha por la ajustada eliminación del mundial de Suecia. Coincidió con otro debut: Pelé, que llegaba con el cartel de estrella de Suecia 58, jugó esa noche por primera vez un encuentro en Sudamericanos. Además, anotó su primer gol en estas competencias.
Como una escoba
Contra Brasil, Orth mandó al campo la siguiente alineación: Rafael Asca en portería; Willy Fleming, Víctor ‘El Conejo’ Benítez, José Fernández en la zaga; Manuel Grimaldo y Juan De La Vega al medio; Óscar Gómez Sánchez, Miguel Loayza, Juan Joya, Alberto ‘Toto’ Terry y Juan Seminario en ofensiva. Desde luego, el más recorrido era Terry, quien sumaba treinta años, mientras que Loayza (19) se destacaba como la mayor promesa.
Perú comenzó perdiendo desde los 24’, con gol de ‘Didí’, tan verdugo nuestro cuando jugador como ídolo cuando técnico. Pelé se encargó de vencer a Asca, poner el segundo y dejar su primera huella en un Sudamericano.
El 2-0 parecía resuelto, pero la selección se rebeló ante la adversidad. Tal fue el ímpetu, que, en una acción, Joya se proyectó por izquierda a toda velocidad; para evitar que la pelota se fuera al saque de meta, se lanzó en una barrida fortísima que lo llevó hacia donde se encontraba un grupo de seis o siete fotógrafos, todos perfectamente enternados. Uno a uno, los hombres de prensa fueron derrumbándose ante la arremetida del popular ‘Negro el Once’.
Seminario, goleador piurano de 23 años, a quien ya le llovían las ofertas, logró el doblete memorable: a los 59’ y a los 77’, se encargó de facturar el histórico 2-2.
Como un relámpago
Perú debía enfrentar en su segundo partido a Uruguay, cuatro días más tarde. Una noche, se desató en Buenos Aires una de esas tormentas a las que Lima no está acostumbrada. Los jugadores estaban esperando en el hall a que los llamaran a cenar al comedor, en los exteriores del hotel; de pronto, comenzaron a oírse relámpagos. Salvo Asca, Dimas Zegarra (arquero suplente) y Fleming, ningún otro integrante de la selección quiso moverse: uno murmuró que se había desatado “un tiroteo en el cielo”.
Tal vez el relámpago tuvo algún sentido metafórico; tal vez aguardaba el brillo de la gran jugada de Miguelito Loayza contra los charrúas. Fue el 14 de marzo; Orth repitió el once. Uruguay se puso rápidamente en ventaja, a los 2’, con gol de Demarco. Dos minutos más tarde, tras un centro preciso de ‘Huaqui’ Gómez Sánchez y una salida floja del arquero Walter Taibo, Loayza hizo la ruleta soñada: su chalaca se clavó en un ángulo imposible y dejó un golazo para la leyenda: 1-1.
Fue una noche estupenda: Loayza marcó dos más y cerró un hat trick; Joya y ‘Huaqui’ pusieron su cuota personal para el 5-3. Perú se fue ovacionado de Núñez y comenzó a ocupar las primeras planas de la prensa albiceleste. Seminario, incluso, bromeó con el periodismo al comentar que todos sus compañeros “se están poniendo bonitos para bajar al comedor. Nos hemos vuelto populares y la gente nos quiere ver de cerca, pues ahora salimos en los periódicos”.
El cierre no fue el mejor. Perú perdió 3-1 contra Argentina en un choque vibrante, que incluyó un autogol del ‘Conejo’ Benítez. Luego, empató 1-1 contra Chile, con nuevo gol de Loayza, y un decepcionante 0-0 ante Bolivia; en su despedida, cayó 2-1 ante Paraguay, con lo cual quedó relegado al cuarto puesto, detrás de los guaraníes.
Aquella selección, sin embargo, dejó recuerdo en Argentina. En ese mismo 1959, Gómez Sánchez fue fichado por River Plate, que un año después contrató a Joya. Benítez llegó a Boca en 1960. Loayza, tras un periplo por Barcelona, recaló en Boca, Rosario Central, River y Huracán, y fue estrella del fútbol argentino en los años sesenta. Con una chalaca como carta de presentación.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: arkivperu.com; Recortes: diarios Clarín y La Nación

Si vemos que la selección peruana en sus dos primeros partidos empato con Brasil después de ir perdiendo por dos goles y superó a Uruguay por 5 a 3, pese a terminar el partido con diez hombres, con una sensacional actuación de Loayza, pareciera que estuviéramos anunciando una actuación sensacional de nuestro equipo bicolor. Sin embargo no fue asÃ: nuestro seleccionado perdió con Argentina y siguieron resultados intrascendentes ante Chile y Bolivia, y una derrota con Paraguay que nos puso en el cuarto lugar. ¿Por qué acordarnos entonces de este seleccionado? En primer lugar porque el fútbol que exhibió en los dos primeros partidos fue suficiente para dejar embelesada a toda la critica continental y poner en vitrina a la mayorÃa de los jugadores que la integraban. En segundo lugar, cumplido el torneo fueron comprados por el extranjero no solamente jugadores titulares sino también muchos suplentes. Veamos: de los titulares se fueron VÃctor Benites, Miguel Loayza, 'Huaqui' Gómez Sánchez al fútbol argentino; Juan Joya terminó en el Peñarol de Uruguay. Entre los suplentes, Claudio Lostanau, Jorge Lama, José Carrasco, anclaron en el fútbol mexicano, y Óscar Montavo en España. De ellos, Benites terminó triunfando en el fútbol europeo jugando en Italia, y Juan Joya obtuvo el tÃtulo intercontinental jugando por los aurinegros de Uruguay.
Ahora con la tecnologÃa debemos hacer público la historia del fútbol y del futbolista Peruano, eso va a servir para superar esa gitanerÃa.
Asà elevaremos nuestra autoestima para superar la "gitanerÃa" de nuestro fútbol.