José Ramírez: El silbato de Paquirri

José Francisco Ramírez Calle fue bautizado como Paquirri por su segundo nombre y no tanto en honor al famoso torero español. Nació en 1944 y fue promovido como juez de Primera División en 1970, tal vez en la mejor época de nuestro arbitraje. Los memoriosos lo recuerdan, seguramente, por su prematura calvicie y sus bigotes de charro.
Si bien no fue uno de los árbitros de vanguardia de su tiempo, como sí lo fueron Arturo Yamasaki, Edison Pérez Núñez o Enrique Labó, su vigencia con el silbato fue mayor que la de los tres: 23 años en Primera División, quince de ellos como FIFA (entre 1976 y 1991).
Un golpe al corazón
La trayectoria de Paquirri, como la de casi todos los jueces, no estuvo libre de críticas, polémicas e incidentes. Pero el momento más difícil, y sin duda atípico, le ocurrió el 29 de marzo de 1981, cuando, por la cuarta fecha del Regional Metropolitano, se enfrentaban Universitario y Sporting Cristal ante una asistencia que hoy resultaría insólita para un duelo entre cremas y celestes: 621 personas en las graderías del Nacional.
El encuentro se desarrollaba con normalidad hasta la primera media hora: la U ganaba 1-0 con gol de Eduardo Rey Muñoz. Sin embargo, en aquel momento del partido, el árbitro comenzó a sentir una opresión en el pecho, que al principio atribuyó a un problema de gases. A los 37, el uruguayo Leonardo Rumbo puso el 2-0 para los cremas y las cosas se pusieron peor: Ramírez tardó en señalar el centro del campo y su silbato apenas se escuchó al marcar la conquista.
Tres minutos más tarde, el dolor ya se hizo insoportable. El árbitro, con rostro de angustia, dejó el campo y le cedió la posta al juez de línea Leonardo Ramírez, cuya posición fue cubierta por el cuarto oficial. Con la presión por las nubes, Paquirri llegó hasta el camarín y tuvo que apoyarse en la puerta para no desplomarse. Fue atendido por el doctor Jorge Alva y, de inmediato, lo llevaron en ambulancia hasta el Hospital del Empleado (hoy Rebagliatti). El partido continuó y terminó con victoria crema por 3-1.
En el hospital, el electrocardiograma determinó un infarto coronario y el árbitro, de solo 36 años, tuvo que quedarse internado veinte días bajo observación; luego se le ordenó un descanso médico de un mes. Ramírez, además de árbitro, trabajaba en el área de control de calidad de la compañía de golosinas Field.
Paquirri estuvo alejado de los silbatos por más de un año, pero finalmente pudo reponerse y volver al fútbol.
El tramo final
El último lustro de su trayectoria fue el mejor de Paquirri Ramírez: en ese lapso, dirigió cinco de los siete clásicos de su carrera (incluido uno por Libertadores, el 0-0 de 1988) y comenzó a ser programado, a nivel internacional, con mayor frecuencia. En las Eliminatorias a Italia 90, condujo el Paraguay-Ecuador en Asunción (2-1). Además, fue designado para dos Copa América: Brasil 1989 (dirigió el Argentina 0 - Ecuador 0 y el Uruguay 3 - Chile 0) y Chile 1991 (Brasil 2 - Colombia 0 y Brasil 2 - Bolivia 1).
A nivel local, en tanto, fue designado como juez de la final del Descentralizado 1989, que Unión Huaral le ganó 1-0 a Sporting Cristal en Matute. También es recordada su actuación en el clásico de definición del Regional II de 1990, cuando anuló tres goles: dos a la U (Roberto Martínez y Oswaldo Araujo) y uno a Alianza (René Pinto).
A fines de 1991, por edad, tuvo que colgar la insignia FIFA. El 15 de diciembre de ese año, Ramírez recibió un homenaje junto a Sergio Leiblinger antes del doblete que cerraba la liguilla del Regional II. Leiblinger fue designado para dirigir el preliminar, que terminó con triunfo de Sporting Cristal por 2-1 sobre Defensor Lima; Paquirri condujo el empate 1-1 entre Universitario y Sport Boys, expulsando al Puma José Luis Carranza, a quien Iván Brzic siempre culpó por dejar con uno menos a la U en aquel choque decisivo (los rosados igualaron agónicamente con gol de Martín Duffóo y le hicieron perder el campeonato a los cremas).
Sin embargo, a diferencia de Leiblinger, Ramírez no se retiró y tuvo cuerda para un par de años más. El 31 de marzo de 1993, 23 años después de su debut en Primera, arbitró su último choque oficial: fue en el estadio Nacional, en el triunfo de Sport Boys por 0-1 sobre Deportivo Municipal con gol de Néstor Mordini.
El 14 de septiembre de 2010 no pudo esquivar la muerte como lo había hecho en 1981. Su partida fue silenciosa y apenas difundida por los medios.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diarios La Crónica y El Comercio, revistas Ovación y Estadio
