Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comConocido como el 'Caballero del Deporte', José Soriano fue uno de los mejores -sino el mejor- arqueros peruanos de la historia. Destacó por sus aptitudes, pero también por sus actitudes. Acá, algunos detalles desconocidos de la carrera de este verdadero caballero.

 

José Eusebio Soriano Barco nació el 19 de abril de 1917 en Chiclayo, la ciudad de la amistad. Ya desde el origen, se le puede ir entendiendo el carácter amable, pero también luchador, que mostró en su corta pero exitosa carrera profesional. Hasta el momento final, don José se mostró rebelde ante la adversidad: luego de sufrir un lamentable accidente doméstico que le produjo una fractura de cadera, estuvo internado durante varios días hasta que no pudo más y falleció en el Sanatorio de la Trinidad en la ciudad de Buenos Aires el martes 22 de marzo del presente año.

Lo conocemos, señor

En la imagen, José Soriano aparece junto a Domingos Da Guia, uno de los futbolistas brasileños más representativos de toda su historia (Recorte: revista Equipo)Su historia es conocida, aunque menos de lo que se merece este coloso del deporte peruano. Fue un adelantado a su tiempo. El primer arquero líbero. Él sobraba entre los dos centrales de River y era el encargado de anular al que entraba por el medio. Nunca jugó en la Primera División peruana, sino que llegó a Lima con la selección de Chiclayo en el año 1937. En dicho torneo empezó a hacerse conocido por sus buenas actuaciones, como la que tuvo cuando enfrentó al Lanús de Argentina. En dicho encuentro, a pesar de caer por 1-3, José Soriano tuvo una destacada actuación. En 1940 pasó al Alfonso Ugarte de Chiclín, donde se quedó hasta el año 1942. Hasta entonces, nunca había participado de un campeonato porque su equipo, el popular 'Diablos Rojos', solo jugaba amistosos. Pero en esos amistosos, Soriano se hizo notar, sobre todo al enfrentar a Universitario y a Alianza Lima.

Luego de eso viajó a México como refuerzo del Mariscal Sucre y su notable performance en diez partidos, hizo que se convenciera a sí mismo de que podía llegar lejos en el deporte -tenía por entonces más de veinte años y entendía al fútbol solo como un pasatiempo-.  Por estos partidos es llamado a defender la selección nacional en el Sudamericano de ese mismo año que se disputó en Uruguay. En dicho torneo, de siete participantes, Perú quedó quinto y con diez goles en contra en seis partidos. Sin embargo, Soriano volvió a lucir sus cualidades en el arco, especialmente en el encuentro en que se cayó frente a Argentina por 3-1.

Formación de River Plate campeón del fútbol argentino en 1945. Además de José Soriano, aquel equipo millonario contaba con monstruos como Ángel Labruna, Félix Loustau, Néstor Rossi y Adolfo Pedernera (Foto: taringa.net)De ese país llegaron a hacerle propuestas para que se vuelva profesional. Aceptó la oferta que le presentó el Banfield y se quedó en el 'Taladro' hasta 1943. Al año siguiente pasó a River Plate, donde se volvió capitán de 'La Máquina' -ese legendario equipo 'Millonario'- y salió campeón en 1945. La capitanía la ganó por el respeto que le tenían sus compañeros, que eran Ángel Labruna, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Néstor ‘Pipo’ Rossi, entre otros, nada menos. Recién en 1947 pasó a Atlanta, equipo en el que se retiró ese mismo año. En la temporada siguiente, se dio el lujo de descartar una tras otra las ofertas que llegaban del 'Dorado colombiano' a la par que fundaba la Agremiación de Futbolistas Argentinos. Es que siempre defendió con valentía sus derechos, pero también los ajenos.

Lo presentamos, Caballero

Soriano junto al 'Maestro' Pedernera, uno de sus grandes amigos con el que se fue a jugar, en una muestra de lealtad, al Atlanta, equipo en el que colgó los botines (Recorte: revista Equipo)Esa es la parte menos conocida del 'Caballero del Deporte' y el porqué de este apelativo que no tenía nada de gratuito. Desde que llegó a River Plate dio muestras de su grandeza de espíritu, como cuando le dijo a sus compañeros que su sueldo era seis veces mayor al que ellos cobraban. Es que él consideraba justo que todos ganaran lo mismo por hacer el mismo trabajo. Y eso que don José no cobraba prima. Más atrás en el tiempo, se demostró a sí mismo la fortaleza interior que tenía. Cuando recién llegó a Banfield, enfrentó a Lanús en una cancha pequeña, donde las tribunas quedaban muy cerca de la cancha. Soriano, sin experiencia previa en Primera y sin haber jugado nunca un campeonato, chocó con la agresiva realidad que se vivía en las tribunas argentinas de aquel entonces. Los insultos bajaron de las gradas y le dieron directo en la autoestima. Por supuesto que tuvo un partido terrible y se quería regresar. Nadie puede andar solo en la vida, tuvo la suerte de que los dirigentes de Banfield fueron buenos tipos y lo convencieron de que siguiera peleando. Se quedó y se comió un gol muy inocente en el inicio del siguiente partido que jugó frente a Racing. Pero lejos de desmoralizarse, don José creyó que era el momento de surgir y de demostrar sus verdaderas capacidades. Empezó a acostumbrarse a su nueva vida, sacó a relucir toda la capacidad que lo encumbró como uno de los mejores de su puesto en la historia y le dio vuelta a su singular adversidad.

Otra muestra de la grandeza de Soriano fue la decisión de ir a Banfield. Luego de destacar en el Sudamericano de Uruguay, lo buscaron de Boca Juniors, de Peñarol y de Nacional. A ellos les dijo que no porque no quería dejar su tierra ni a su gente. Entonces, ¿por qué fue a Banfield? Él mismo lo explicó alguna vez: porque el señor que le habló le pareció “más buena gente”. Además, don José no sabía de fútbol en el mundo, no tenía idea de qué clubes eran grandes y cuáles no en el extranjero, así que le daba lo mismo ir a Banfield o a Boca, siempre que le pagaran lo que pedía. Y a decir de él mismo, pedía bastante. Vaya que se lo merecía, por buen arquero y mejor persona.

¿Una más? A punto estuvo de no ser portero. Ocurre que cuando era niño, don José jugaba de ‘centrojás’. Le gustaba eso de cuidar las espaldas de quienes se iban al ataque y apoyar a los compañeros que se fajaban en la defensa. A él siempre le gustó el fútbol. Mucho. Y disfrutaba como pocos de aquella posición. Hasta que un día tuvo un accidente, o dicho bien, provocó uno. Cuando estaba en segundo de secundaria, en un partido chocó con su mejor amigo, sin mala intención, pero le fracturó la pierna. Soriano no soportó haberle causado daño y, por más que amaba jugar al fútbol, no quiso seguir practicándolo. Pasó un año para retornar a las canchas tras la incansable insistencia de sus compañeros de equipo. Pero no volvió al mediocampo, sino que empezó a cuadrarse bajo los tres palos. Su propia hidalguía lo llevó al lugar que lo haría famoso.

Hasta siempre, don José

Se fue de River porque a su amigo Adolfo Pedernera lo vendieron a Atlanta sin habérselo consultado. Era el capitán del equipo y se fue con él a jugar al club 'Bohemio', que lamentablemente resultó un Dream Team trunco que juntó a varias figuras pero se fue a la baja. Claro que José Soriano se lesionó ese año y no jugó mucho. Se fue en silencio, de acuerdo con sus códigos, respetando al compañero, y no volvió a jugar más. Así se fue un grande del fútbol, así nos dejó y así queremos recordarlo, Caballero.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Estadio
Foto: taringa.net

Comentarios ( 4)add
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escrito por Roco , March 24, 2011
Muy buena nota.
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escrito por Hector , March 24, 2011
Gracias por la nota!
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escrito por Julio Soriano , April 21, 2011
Gracias por lo escrito. Muy buena la nota. Ilustrativa y mostrando de varias pinceladas apropiadas, lo grande que fué Don José.
Saludos Cordiales
Julio Cesar Soriano
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escrito por carlos atalaya sanata maria , October 23, 2011
naci en la coperativa azucarera cayalty tengo 40 años mi abuelo me comento sobre el gran jose soriano como gran arquero del recordado baldomero aspillaga deseareia que ustedes confirmaran el lugar exacto donde nacio el gran arquero gracias
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