Henry Perales: Espíritu amazónico
Trujillano de nacimiento, pero plenamente identificado con Iquitos, donde su nombre es sinónimo de goles y tardes históricas. Con la divisa de CNI, Henry Perales se convirtió en ídolo en los años '70 y hasta llegó a jugar en Alianza Lima y la selección nacional, para luego darle la gloria a la selva como técnico en la Copa Perú.
Víctor Henry Perales Vargas, contrariamente de lo que se piensa por su afinidad con Iquitos, nació en Trujillo un 30 de marzo de 1947 y se inició jugando a la pelota en Lima. En 1967 ingresó a jugar como extremo izquierdo en las filas del Defensor Arica y al cabo de dos años pasó al Centro Iqueño. En 1970 volvió al cuadro celeste, que esa temporada disputó la Copa Libertadores, con Perales como honroso suplente de Andrés Zegarra, Carlos 'Pinocho' Urrunaga y José Sierra en la delantera. No obstante, él llegó a alinear como titular en dos cotejos: ante Universitario (empate 1-1 en Lima) y América de Ecuador (derrota 0-1, también en la capital).
Otros cuadros de la metrópoli lo tendrían entre sus filas antes de jugar por el CNI. El ADO del Callao fue su casa en 1971 y Deportivo Municipal lo albergó al año siguiente. Y en 1973, llegó por fin al club que lo vió despegar y que después él mismo haría grande y popular.
Travesía interocéanica
Perales se unió al Colegio Nacional de Iquitos en 1973, año en que los albos lograron ingresar a la máxima categoría. En su temporada de estreno en Primera, CNI sorprendió, ya que se ubicó en el grupo de los seis primeros que jugaron la Liguilla final por el campeonato, en la que finalmente quedó ultimo y sin clasificar.
Tres años después, llegó el reconocimiento a sus buenas actuaciones al ser llamado a la selección para jugar algunos amistosos. Entre ellos, se dio el lujo de enfrentar por la Copa Mariscal Castilla a la selección Argentina en dos ocasiones -en Buenos Aires, incluso, se le anuló discutidamente un gol-, 
y luego en Montevideo a Uruguay, donde forzó una recordada atajada del barbudo golero Rodolfo Rodríguez con un tiro cruzado.
Paralelamente, Perales encontraba en el Oriente otros importantes jugadores y compañeros con quienes compartir roles. Otorino Sartor en el arco (con quien ya había militado en el Defensor Arica); Pedro Cajo, Israel Quijandría, Bartolo Tijero y Juan Rubianes en la defensa; Rufino Bernales, Alfonso Marañón y Guillermo Rengifo en la volante y Juan Del Águila y, especialmente, Bernabé Navarro en la delantera conformaban la estructura del equipo. Todos dirigidos por Alejandro 'El Cholo' Heredia, esbozaban el cuadro que alcanzaría su clímax en la campaña del 77’.
Bendita boa
En 1977, CNI se ubicó en el grupo A del Regional, junto al Alianza Lima -que sería posteriormente campeón nacional esa temporada- para transformarse en su sombra. A lo largo del año, los de La Victoria no pudieron vencer a los loretanos. El primer encuentro entre ambos se jugó en Iquitos, con empate 3-3; un hat-trick de Perales selló una brillante actuación de los albos. El partido de vuelta, en el que Perales volvió a anotar, se saldó con empate 2-2 en Matute. Así, el cuadro de la selva consiguió el segundo lugar detrás de los íntimos, con un punto menos.
En el Descentralizado, la rivalidad entre íntimos y albos se había acrecentado dado que CNI era el único equipo al que Alianza no había logrado vencer. Faltando dos fechas para el final del torneo, ambos peleaban por el primer lugar con Melgar de Arequipa, los loretanos volvieron a verse las caras con los blanquiazules una vez más en Iquitos: un gol de Bernabé Navarro dejó el 1-0 final con el que los de la capital perdieron la opción al primer lugar. De cara a la fecha final, CNI debía enfrentar al Cienciano en el estadio Garcilaso, y Henry Perales puso el gol para el 0-1 final, que, por diferencia de goles, ubicó al cuadro loretano como primero en el Descentralizado.
Maldita boa
El logro anterior, sin embargo, no otorgaba ningún título o pase a Copa Libertadores: todo se decidiría en la Liguilla final. En ella, CNI se cayó (incluso, llegó a perder un encuentro ante Cristal por 8-1) y perdió la opción de jugar el certamen continental, pues los cupos quedaron destinados a Alianza como campeón y a Cristal como subcampeón. No obstante los loretanos sostuvieron su invicto en la capital ante Alianza Lima: el 1-1 final (con un nuevo gol de Perales) en la Liguilla fue el último resultado negativo de los blanquiazules antes de obtener cuatro triunfos consecutivos que le darían el título nacional.
En todo caso, tantos goles le hizo Henry Perales al Alianza que al año siguiente el cuadro íntimo lo incorporó al plantel que a la postre lograría el bicampeonato de la mano de Juan Eduardo Hohberg. 
Sin embargo, tuvo que resignarse a la banca detrás de Hugo Sotil, Guillermo La Rosa y Freddy Ravello. Aunque sí logró ser convocado a la preselección que se preparaba para el Mundial de Argentina, participando únicamente en un amistoso contra San Lorenzo. Así, al año siguiente dejó Matute y regresó a su querido CNI, donde se retiró en 1981.
Hecho para celebrar
Si la faceta de jugador fue productiva para Perales, la de técnico lo fue aún más. Se convirtió en una especie de guía para los equipos selváticos en la Copa Perú, que le deben sus mayores logros. 
De hecho, los dos títulos logrados por cuadros de la Amazonía se dieron bajo su batuta: Hungaritos Agustinos de Iquitos (1985) y La Loretana de Pucallpa (1995) lo tuvieron en el banco. En el primer caso liderando aquel grupo en el que brilló 'Payasito' Calvo y que derrotó en una recordada final por goleada al Tejidos La Unión de Jesús María. En el segundo, con aquel grupo en el que brillaba Leonardo Uehara y que una noche de enero dio el batacazo en el Nacional derrotando al Huracán de Arequipa para desplazar a este y al favorito Marsa de Tayabamba del cetro del certamen.
Además, Perales tuvo otra recordada campaña con un club selvático en la Copa: el Capitán Clavero de Iquitos, con el que llegó a jugar la Finalísima de 1987, única disputada en el estadio Mansiche de Trujillo y en la que sucumbió en el cotejo decisivo ante el local Libertad. De aquella tarde se recuerda especialmente la “activa participación” de Perales en la bronca que se generó ante el mal arbitraje de César Pagano.
Lo que nunca pudo hacer Perales es ganar la Copa con su querido CNI, aunque sí llegó a dirigirlo en la máxima categoría. La última ocasión fue en 1992, año que en la selva tiene un mal sabor de boca pues después de un increíble arranque en el que el equipo peleó los primeros lugares, se fue en caída libre hasta el descenso. No obstante, Perales subsistió en su cargo todo el año, luego del cual CNI no pegaría la vuelta hasta la presente temporada.
En todo caso, su nombre ha extendido su legado y ahora su hijo, también llamado Henry, se dedica a la dirección técnica en Puerto Rico. En la margen del Amazonas, no obstante, Henry Perales es sinónimo del ídolo que, con goles y como reza el himno del CNI, con resolución y mucho valor salía a luchar, por el honor y el bienestar.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos y recortes: revista Ovación
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y nehemias mera? urge un especial de este crack
Entonces son varios los fallecidos contemporáneos: CrÃtico Zevallos, Anselmo Soto, el Ratón RodrÃguez, la Muca Rubén Medina, Mathey, y otros que no recuerdo, pero que apenas han jugado en la década del 70 y 80 en los Descentralizados de aquellos tiempos. Lógico, sin mencionar al Alianza Lima de la tragedia del 87.
HENRY PERALES
Con este dato, la trayectoria de Perales está completa.
Mi padre que en paz descanse se llamo JUAN ESTEBAN AMAYA RISCO naturalde trujillo y siempre me decia que Henry era su sobrino porque con su padre se habian criado desde niños en la ciudad de la eterna Primavera y
como chalaco que soy del barrio de Bellavista y tambien pelotero de la Seleccion de mi añorado colegio Jose Santos
Chocano del callao (71-72-73)y Isabel La Catolica como tambien el Grumete Medina equipo de primera amateur del
Callao lotenia chequeo a mi primo y si algun dia lee estas lineas mis respetos por dejar en alto la sangre trujillana y
tambien la buena formacion que debe haber tenido de su progenitor .
Solo les pido mil disculpas si me extendi en mis comentarios pero como sabemos los antiguos cuando nos tocan
la epoca del 70 sentimos una nostalgia total un abrazo a HENRY PERALES a su hermano Lucho que si tuve el gusto
de conocerlo en su casa de San Miguel y que sigan estas historias que nos hacen sentir todavia jovenes .
GRACIAS
1968 Deportes Arica
1969 Deportes Arica
1970 Deportes Arica
1971 ADO
1972 Deportivo Municipal
1973 CNI Iquitos
1974 CNI Iquitos
1975 CNI Iquitos
1976 CNI Iquitos
1977 CNI Iquitos
1978 Alianza
1979 ?
1980 ?
1981 Atlético Chalaco
1982 CNI Iquitos
espero recibir contestacion tuya
Nuestros padres nos contaron cuando fue futbolista y nosotros lo vimos en videos y en los registros gráficos e impresos de los años 70 y parte de los 80. Además, cuando fue entrenador de futbol de varios equipos de la capital y de provincias, Henry 'Chejo' Perales fue un gran deportista y mejor persona, pero con el paso de los años su salud se vio resquebrajada y hoy más que nunca necesita de sus amigos.
El 'Chejo' Perales radica desde siempre en la ciudad de Iquitos, donde hizo familia con una paisana nuestra, y sus hijos son loretanos. Pero su situación de salud es delicada y para costear su tratamiento de la enfermedad que lo aqueja sus familiares están organizando para hoy sábado un almuerzo y pollada en su vivienda del pasaje Bolognesi 162, altura cuadra 16 de calle Bolognesi, a espaldas del hostal Amarilis.
La afición loretana recuerda a Henry Perales como un gran deportista muy atrevido, veloz, con un dribling espectacular y rudo en la marca; es decir, muchas caracterÃsticas en sus dotes de futbolista. Algunas personas que lo vieron jugar con la camiseta del glorioso CNI cuentan tantas anécdotas como el correteo que le hizo a estadio lleno del Max AgustÃn a Oswaldo 'Cachito' RamÃrez, quien huyó despavorido.
Ese partido del CNI – Cristal tenÃa doble atractivo, puesto que medio equipo del Cristal era la selección peruana campeona de la Copa América, y como el equipo albo le volteó el partido hubo algunos roces; es decir, unas y tantas. Pero lo cierto es que hoy el “Chejo†Perales los espera a todos para contribuir en la mejora de su salud.
