Óscar 'Severiano' Ramos: El gusto del primer café

Pocos saben que el primer jugador colombiano que militó en el balompié nacional llegó al país en 1955. Y menos aún saben que se llamaba Óscar Ramos, puesto que 'Severiano', tal cual lo recordarán memoriosos hinchas de Sport Boys, era en realidad su sobrenombre. Pero lo que ningún rosado debería dejar de tener presente es que este caleño, nacido en 1930, fue pieza clave en el título conseguido por los rosados en 1958.
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A Ramos le decían 'Severiano' por su gran admiración a Severiano Lugo, mítico jugador colombiano de los años '30. La costumbre de apodar jugadores con nombres de pila de otros era típica de la Colombia de la época: un caso similar es el del 'Tano' Bártoli, quien realmente se llama Vito Andrés y no, como muchos suponen, 'Sabino', que es el apodo que le fue endilgado cuando jugaba en el fútbol cafetero.
'Severiano' comenzó a mover la pelota en el River Plate de Cali a los 18 años para pasar al año siguiente al Deportivo Cali, club donde jugaban los peruanos Máximo Lobatón y Luis 'Tigrillo' Salazar. Al año siguiente, Ramos tuvo como compañera a una verdadera selección peruana, pues junto a Lobatón y Salazar integraron la nómina verde otros ocho connacionales: Victor Pasalacqua, Guillermo Marchena, Antonio García, Eliseo Morales, Manuel María Drago, Valeriano López, Guillermo Barbadillo y Máximo 'Vides' Mosquera. Ese equipo es recordado en Cali como uno de los mejores de la historia del club. De hecho, obtuvo el subcampeonato en igualdad de puntaje con el campeón Millonarios -de Alfredo di Stéfano-, principalmente gracias a los goles del 'Tanque de Casma' Valeriano López.
Luego del subtítulo, Ramos pasó a las filas del Nacional de Medellín y posteriormente jugó en el otro grande de Cali, el América de los peruanos Félix Castillo, Rigoberto Felandro y sus ex compañeros Pasalacqua y Morales. Posteriormente, se convirtió en uno de los primeros jugadores caleños en migrar al exterior, al fichar por el Litoral de Caracas para la temporada 1953. Volvió a América y en 1955, con 25 años de edad, ancló en el puerto rosado.
Se manejan dos versiones respecto de su venida: una es que lo recomendó Máximo 'Vides' Mosquera, quien ya había pegado la vuelta a Alianza Lima. Y otra es que la recomendación decisiva fue del argentino 'Pancho' Villegas, quien era DT del Atlético Chalaco y lo había visto jugar en Colombia, por lo que habría sugerido su nombre al dirigente rosado Manuel Cantuarias. Como fuere, lo cierto es que para entonces, 'Severiano' se convirtió en el primer futbolista colombiano en llegar al país.
Ramos de rosa
El nuevo volante rosado se descubrió como buen manejador de la pierna diestra. Su fuerte no era la marca, sino la creatividad: contaba con muy buen toque y entregaba capitales asistencias, aunque marcaba pocos goles (de hecho, se dice que fueron solo cinco los que anotó a lo largo de toda su carrera). Con esas credenciales, se ganó la admiración de la hinchada del puerto.
Tras tres temporadas en las que Ramos se mantuvo como habitual titular en el esquema rosado, llegó 1958, un nuevo año de gloria para el Sport Boys. La campaña comenzó bajo el comando técnico del griego Dan Georgiades, con un equipo que contaba con figuras como Fernando Cárpena, Diego Agurto, Isaac 'Paco' Andrade, Alfonso Urdániga y el uruguayo Alberto Galeano, que brillaban junto a jóvenes como Luis Bolívar y Teodoro Boularte. 'Severiano' aportaba la cuota de experiencia en el mediocampo, junto a Vega o Boluarte, quienes alternaban la posición de half izquierdo.
Al final de la primera rueda, el equipo se ubicaba puntero, y en ese momento vencía el contrato de Georgiades. El helénico elevó sus pretensiones económicas y ello, sumado a que su relación con el plantel no era de las mejores, llevó a la directiva rosada a optar por nombrar a su asistente Marcos Calderón como nuevo técnico. Se comenzaba así a gestar la leyenda del 'Oso', el técnico más ganador de la historia del fútbol peruano, quien mantuvo a Boys en la punta en la fase regular y lo puso en la Liguilla, en la que los puntos obtenidos se mantenían. Pero en esa instancia, Boys sufrió serios reveses ante la 'U' y el sorprendente Mariscal Castilla -donde hacía sus pinitos Alberto Gallardo-, y llegó al último encuentro con un punto menos que su tradicional rival Atlético Chalaco, que con solo un empate en el partido final festejaría el campeonato.
El último encuentro fue todo un clásico. Los rosados saltaron al campo volcados al ataque, y Marcos Calderón, como cabulero que era, incluyó a Boularte como delantero en vez del habitual titular Briceño, ya que el primero había anotado un gol decisivo en la fase regular del torneo. Chalaco supo mantener el cero durante casi todo el partido, pero en la última jugada del partido los rosados lograron quebrar la portería del paraguayo Adolfo Riquelme. Un contragolpe originado por un rechazo de Calenzani llega a los pies de Urdániga; este cedió a 'Severiano' Ramos, quien con un magistral toque de taco habilitó a Boularte, quien batió al meta paraguayo y causó la alegría de medio Callao y la pena de la otra mitad.
Aquel sería el quinto campeonato para los rosados y el primero y único para Ramos en toda su carrera. Tras el título, Boys hizo una gira a Colombia donde participó Ramos como una de sus principales atracciones, y al año siguiente se despidió para siempre de las sedas rosadas en un partido en Lima ante el Santos de Pelé, que la 'Misilera' perdió 1-4.
Últimos sorbos
'Severiano' volvió a su querida Colombia para defender al Quindío, equipo con el que se retiró jugando su último encuentro ante el equipo que lo vió crecer en el fútbol: el Deportivo Cali, con una derrota 2-4. Pero siguió ligado al fútbol, ya que en el Perú se había formado como técnico y preparador físico en la escuela de don Alfonso Huapaya. Como entrenador dirigió, entre otros, al Millonarios de Bogotá y a la selección colombiana que participó en los Panamericanos de Winnipeg, en 1967.
Una afección cardiaca se lo llevó en 1991, pero dejó el recuerdo de que los alumnos aprenden de los maestros; cuando el 'Dorado' hacía que los futbolistas peruanos dictaran cátedra en Colombia, él aprovechó esas enseñanzas para ser pionero en recorrer el camino contrario. Ahora, con un balompié curtido, el fútbol colombiano debe su madurez a profesionales como 'Severiano', que comenzaron a difundirlo en el exterior.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos: futboldesiempre.com; dimayor.com.co; libro '¡Vamos Boys!', Teodoro Salazar Canaval

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