Néstor Mordini: La década del gladiador
Néstor Orlando Mordini Quiladrán nació un 2 de marzo de 1966 en Córdoba, Argentina. Allí inicio su romance con las redes jugando para equipos de la provincia, como el General Paz Juniors, Belgrano y Alas Argentinas. Era un entero desconocido cuando en 1990 llegó al Perú para jugar en el Melgar junto a otros dos argentinos: sus coterráneos Gustavo Olmos (volante) y Edgardo Parmiggiani (delantero).
Su corpulenta silueta esbozaba a un gran atleta: su 1.88 m. de altura y sus 84 kilos de peso eran armas letales dentro del área. Con esos argumentos, el nombre de Mordini fue despertando poco a poco la expectativa del pueblo mistiano. Su debut tuvo lugar en el entonces estadio Modelo de Tacna ante el Bolognesi en la segunda fecha del Regional Sur: el partido se saldó con un 0-0 que no hacía presagiar lo que ocurriría después.
En el dominio dominó
Tres fechas mas tuvieron que pasar para que el delantero argentino anotara su primer gol en el Perú y comenzara a demostrar el porqué de su contratación. Cual presagio, Mordini conquistó su primer tanto en el Cusco, en el mismo Garcilaso donde años luego alcanzaría nombradía. Su semblante de gladiador estaba hecho para conquistar el imperio y ante Cienciano puso uno de los dos goles con los que Melgar le empató al cuadro local.
Mordini comenzó a convertirse en el justiciero del equipo cusqueño del Cienciano. Ese mismo año el ‘Dominó’ le propinó al ‘Papá’ la mayor goleada en el historial del clásico enfrentamiento entre ambos clubes. Un histórico 7-0 en el estadio del barrio IV Centenario, con lo que obtenía a falta de dos fechas el título del I Regional Sur. Aquel era un gran Melgar, en el cual aparecían como figuras los legendarios Genaro Neyra, Juvenal Briceño, el ‘Huevo’ César Adriazola y Ernesto ‘Palito’ Vera, “apaleó” al conjunto visitante, y en el score se hicieron presentes los tres argentinos del equipo.
Aquella histórica jornada empezó con un gol de Neyra y otro de Briceño. A los 42’, apareció el goleador: se encontró con un balón cedido por el golero cusqueño Víctor Laura (padre de Carlos, actual golero de Atlético Minero) tras un centro de Neyra y la mandó adentro sin chistar. Ya en el segundo tiempo, Mordini demostraría que no solo sabía hacer goles sino también generarlos: luchó forzadamente un balón para que su gran amigo Olmos, que ya había anotado el cuarto, pusiera también el quinto. Y a los 67’ volvió por sus fueros: recibió un centro de Alberto Sánchez y la mandó adentro de cabeza. La tarde acabó con un nuevo tanto del goleador: a los 87’ venció a Laura de potente remate y selló un 7-0 inolvidable.
Esa tarde Melgar dio la vuelta olímpica en la cara de su gran rival sureño y se consagró campeón invicto (al final hizo 46 goles en 14 partidos). Pero allí no quedaron las travesuras del cordobés ante los rojos: en el II Regional, Melgar volvió a aplastar a Cienciano, ahora por 6-2 con dos nuevos goles de Mordini. Demasiado para el orgullo cusqueño.
Paz para el imperio
El año 1991, Cienciano se cansó de recibir “regalitos argentinos” y contrató sin miramientos a los tres gauchos que le habían hecho la vida insoportable el torneo anterior. Mordini se mudó al Cusco junto con Olmos y Parmiggiani, y se adaptó al club de manera inmediata.
Entre los tres permitieron que al club imperial mejorar sustancialmente su campaña del campeonato precedente, para que obtuviera el segundo lugar en los dos Regionales del año y lograra permanecer en la máxima categoría ante la reducción a 16 equipos para el Descentralizado ‘92. Aunque debe anotarse un detalle: Mordini no le devolvería la “cortesía” al Melgar con los colores rojos sino hasta el año siguiente, cuando le anotó dos veces.
Para el Descentralizado, Parmiggiani retornó a Melgar y Mordini se quedó solo con Olmos en Cienciano. Pero ello no obstaría para que 1992 se convirtiera en la mejor temporada para el atacante cordobés. Fue el año en el que hizo mayor cantidad de goles en el Perú: de hecho, logró ser el goleador del campeonato al igualar con Marquinho en 18 goles el galardón de máximo anotador.
Aquel año, Mordini logró hacer cinco tantos en la liguilla final, incluidos dos dobletes a Alianza Lima y al Sipesa. Es particularmente recordado su par de goles ante los íntimos (uno en cada tiempo), para sellar un triunfo cusqueño por 0-2 en el Nacional de Lima que causó que los hinchas aliancistas apostados en Sur, por única vez en la historia, se voltearan y le dieran la espalda al equipo mirando hacia la tribuna, ante lo mal que estaba jugando su equipo en la cancha.
Trota-Perú
La espada del gladiador aún seguía desenvainada -algo extraño ante tantos argentinos que llegaron al Perú sin mantener una regularidad- y para el año 1993 ancló en Sport Boys. En el cuadro rosado jugó dos temporadas, la primera con mucho mayor suceso, ya que en la siguiente el equipo del puerto luchó la baja todo el año y Mordini solo pudo anotar dos goles, ambos en la primera mitad del torneo.
En la siguiente temporada, el goleador regresó a su patria tras cinco campañas en el Perú. Se enroló en su antiguo club, el General Paz Juniors, y jugó allí todo el año ‘95. Pero algo en esta tierra lo jalaba y 1996 lo llevó a la cálida Sullana para jugar por Alianza Atlético de Sullana. Allí tuvo en varios partidos la ocasión de compartir la delantera con otro argentino de sus mismas características -y de quien de algún modo fue predecesor-: Sergio ‘Checho’ Ibarra.
El siguiente año, Mordini se asentó en la última región que le faltaba conocer en el Perú: la amazonía, donde jugó para La Loretana de Pucallpa. Con los del Oriente no lució mucho por el juego defensivo que mostraba partido a partido el técnico Henry Perales, quien solía ubicar al cordobés de punta de lanza retrasado para formar con la dupla brasileña Gilmar y Barbosa el juego ofensivo.
Con 32 años, en 1998 -y ya sin la velocidad de años anteriores, pero manteniendo su clásica potencia-, el goleador firmó por el Deportivo Pesquero que dirigía Ramón Mifflin. En Chimbote llegó para formar dupla con Andrés ‘Balán’ Gonzales y anotó tres goles en la primera rueda del Apertura. Pero un llamado lo llevaría al otro lado del mundo de un momento a otro.
Gladiador de la legión extranjera
Mordini se mudó hasta la China como parte de un éxodo de jugadores que militaron en ese balompié por esos años (Miguel Miranda, Wilfredo Begazo, Frank Palomino y el propio ‘Balán’ Gonzales), defendió las sedas del Kumming Club y posteriormente ancló en el Shenyang Sealions.
Ya con ganas de descansar y cerrar una prolífica carrera, regresó a Argentina para enrolarse al Estudiantes de Río Cuarto y después en el Alas Argentinas. Pero el Perú, que ya era su segunda patria, lo llamaría una vez más: a mediados de 2000, recibió una propuesta del Deportivo UPAO. Quizá no era el mismo de antes y hasta pareció que cerraría por primera vez una campaña sin marcar goles, pero esas cosas no eran para él. Apareció para pegar en una única ocasión: pero esa fue la ocasión más importante para el UPAO.
El cuadro trujillano se jugaba la permanencia en la categoría en cotejo de revalidación ante el Aviación FAP, equipo que había campeonado en el certamen de Segunda División. Aquella tarde del miércoles 13 de diciembre de 2000, por esas cosas que tiene nuestro fútbol, ambos clubes salieron a la cancha con camisetas del mismo color (blanco) y los trujillanos debieron jugar con chalecos amarillos. Ello no obstó para que Mordini apareciera en el momento más tenso del partido, cuando el 1-0 parecía insuficiente, para colocar el segundo gol a los 76’ y decantar el partido hacia la permanencia del UPAO, que finalmente se impuso por 3-1.
Ese partido puso punto final a una larga década para un delantero que aprendió a amar la patria que le dio la oportunidad de desarrollarse en lo que más le gustaba: el gol. Una década que Mordini sin duda alguna vivió intensamente: gritó en total 88 veces en arcos peruanos. Suficientes para que, sin necesidad de la pompa de haber estado en Alianza o Universitario, sea recordado como un goleador de aquellos.
Fotos y recortes: revistas Estadio, Don Balón Perú y El Gráfico Perú; diario Líbero; página Hermanos Rodríguez Llerena
escrito por manuel , October 31, 2008
escrito por melgarnews , November 08, 2008
siempre voy a estar contigo,
aunque hay tombos que no dejan de joder...
todavia estas llorando,
asno no era para tanto,
solo te comiste 7 aquella vez
escrito por Rojinegro , November 09, 2008
escrito por Mario , March 14, 2009
escrito por beto , May 16, 2009
escrito por jesus argamonte quispe , April 26, 2010
wena nestor mordini... gran delantero... saludos ,y qe pronto estee dirigiendo aca por peru...en cualquier parte del pais
saludos para huamanga ayacucho...
escrito por Antonio Sanchez , September 15, 2010
escrito por Mel Arenas Gomez , October 29, 2010
escrito por fer , November 02, 2010
escrito por fer , March 11, 2011
escrito por soledad ontivero , July 21, 2011
escrito por Aye Ceballos , July 08, 2012
escrito por Alicia Mordini , October 02, 2012
escrito por jose alvarez cordeiro , August 18, 2015
escrito por José Jesús , December 09, 2015
PD. Haz fuerza con nosotros. Estamos a un partido de la final, después de 34 años. Vamos a ver qué pasa, hay un buen grupo.