Milos Dragoilovich: El señor de la guerra
Cuenta la historia que un buen día de 1948, en el Callao se apareció un grupo de inmigrantes yugoslavos dispuestos a tentar una mejor vida de la que en su Europa natal podían conseguir luego que la Segunda Guerra Mundial azotara gran parte del Viejo Continente. Entre ese grupo de extranjeros no faltó un futbolista sobre el que algún equipo peruano posara sus ojos. Ese fue el caso de Milos Dragoilovich Zlatich (Kragujevac, 21 de noviembre de 1927), quien impuso sus condiciones en el primer puerto para ganarle la mano a otros compatriotas suyos que corrieron igual suerte.
Patria querida
Los primeros años en la vida de Dragoilovich transcurrieron en su pueblo natal donde empezó a conocer el arte de patear un balón, pero con el tiempo, debió enrumbar hacia Belgrado, la capital de la entonces Yugoslavia, en la actual Serbia, ciudad en la que llegó a sumarse a las filas de un club de fútbol local para alternar el deporte con los estudios. Todo iba bien hasta que el terror de la guerra tocó, literalmente, a su puerta.
En una entrevista que un medio limeño le hizo durante su estancia en Perú, el mismo Milos narra sus experiencias en la guerra, esa que primero lo tuvo como sobreviviente de la masacre de Kragujevac en 1941 y de la que luego formó parte directa cuando se enroló en las fuerzas que buscaban defender a su país. Así estuvo hasta 1944, cuando por cuestiones políticas debió partir como exiliado con rumbo a Italia en la que empezó de cero aunque sin dejar de lado el fútbol, el cual continuó practicando en condición de amateur.
Al ser excluido de su Yugoslavia natal, Dragoilovich no pudo fichar por club alguno como futbolista profesional, ya que cuando solicitaba su pase internacional de su país solo retrucaban con una negativa por considerarlo un traidor. Con pocas expectativas en Italia, optó por tomar un nuevo rumbo, esta vez en el continente americano donde el Callao lo recibió con los brazos abiertos.
La vida en rosa
Ya en suelo peruano encontró un equipo al que sí se pudo sumar con todas las de la ley, ya que en el tercer intento por obtener su transferencia la FIFA le dio la razón al declararlo libre. Sport Boys fue ese club que lo contrató junto a otros jugadores yugoslavos que, sin embargo, no dieron la talla para mantenerse en el primer equipo. Tras una primera temporada en la que alternó partidos con el plantel principal y el de la Reserva, Dragoilovich mostró todo su potencial en 1949, año en el que la marcha de Valeriano López a ‘El Dorado’ le permitió tener espacio entre los titulares junto a nombres importantes como Marcos y Joe Calderón, Guillermo Barbadillo o los hermanos Pedro y Guillermo Valdivieso. Siempre como atacante, sea de interior o centro delantero, el punta yugoslavo se hizo de un nombre en nuestro país con la casaquilla rosada, por lo que para 1950 el fútbol colombiano le hizo una oferta que no rechazó.
Instalado en Colombia con el Cúcuta Deportivo, su nuevo equipo, Milos empezó el último periplo de su vida. Tras solo una temporada con ‘Los Motilones’, defendió a conjuntos de menor renombre como el Universidad de Bogotá y el Deportivo Samarios de Santa Marta, hasta que en 1955 recaló en el Santa Fe, club al que defendió por el gusto de hacerlo, ya que no cobró sueldo alguno en un momento en que ‘El Dorado’ se había vuelto opaco luego que los colombianos se reinsertaron en el ámbito mundial del fútbol.
Tras colgar los botines, de Dragoilovich se supo que se dedicó a negocios particulares en la tierra del café, incluso que en 2008 llegó a oficiar como traductor de Slobodan Zecevich, yugoslavo como él que dirigió ese año al Santa Fe. Y en Colombia también fue que le dijo adiós a este mundo, cuando el 14 de septiembre de 2011 falleció. En el Perú, de Milos Dragoilovich queda el recuerdo de su paso por nuestro fútbol como el primer futbolista europeo y el primer extranjero que vistió la rosada, esa que celebra un año más de existencia.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Equipo, Libro '¡Vamos Boys!', Teodoro Salazar Canaval
escrito por fabio leon naranjo. , July 27, 2012
escrito por Roberto Gando , July 27, 2012
Lindo homenaje para don Milos, un personaje de la resistencia , épocas que es mejor no recordar, pero con un alto sentido de Patria.
No sabÃa que en el Boys habÃa sido el primer extranjero, recuerden hermanos que allá jugó nuestro paisano Severiano Ramos.
Don Milos, como ustedes bién dicen murió en Bogotá, hincha enfermo de Santafé.
El primer tÃtulo de Perú en una copa América fué con el inglés Jack Greenweel,eterno técnico de Barcelona de España. Después de su periplo por canchas incas, dirigió a Santafé en sus albores, falleció también en Bogotá de un cardÃaco fulminante.
Ya hablamos de dos personajes comunes a nuestros 2 pueblos que hablaban un poco raro. Pero el tiempo los trajo a América y seguro que no perdieron el tiempo. También dejaron huella.
Pero insistamos con don Milos....... En Colombia como jugador : Cúcuta 6 partidos 2 goles. Magdalena o Samarios 10/4. Universidad Nacional 3/0.
Milos, siempre recordó a Juán Huapaya, me imagino que era el técnico rosado.
Antes de ser futbolista fué un patriota, por eso tuvo que salir de su patria, dejando atrás todo lo que amaba......
Muchachos de El Callao, la fieta la organizan los negros y la disfrutamos todos. Un abrazo pelaos y algún dÃa no muy lejano volveremos a ser lo que fuimos y lo que merecemos.
Un abrazo bien fuerte.