Once Ideal: Nunca nos fallan

Día a día, semana a semana, y mes a mes, los dirigentes del fútbol peruano van moldeando las aberraciones que, hacia diciembre, rellenen el clásico resumen de fin de año. Como gestas futbolísticas no hay, no queda más que plegarse al recuerdo de los hechos más delirantes que rodaron junto al balón. Para no atizar más el ánimo, se ha preferido obviar las fotos de rigor que acompañan los artículos de esta sección; con estos protagonistas, es más sano así.
Esta es la selecta lista de escándalos que rodearon 2008. Cualquier parecido con el ayer, es pura coincidencia.
11. El “aliancismo de corazón”
Se necesitaría de un largo etcétera para enumerar los sinsentidos blanquiazules de este 2008. Pero el corpus del papelón radica en un presidente que se la pasó en licencia y otro interino que no convocó a elecciones, tachó listas, recurrió a arbitrajes que luego no aceptó (haciendo huir a la ONPE) y lloró en hombros de José Soto la salvación del descenso por apenas un punto. La joyaza: los dirigentes íntimos buscando en el aeropuerto a Juan Jayo, desaforado por indisciplina, para inducirlo a desentenderse del contrato que firmó con José Gálvez y reincorporarse a “su casa”.
10. Espíritu totalitario
Sin el menor rubor, la Federación derogó y tiró al tacho la norma que penaba con pérdida de puntos el atraso en los sueldos, incitando la anarquía. Tal vacío legal derivó en dramas extremos, como el vivido por los jugadores de Boys. De paso, la Federación se congraciaba con aquellas instituciones proclives al cabeceo y devolvía favores a viejos amigos, como Municipal y Total Clean, que pudieron arrancar la Segunda 2008 pese a conservar deudas casi fosilizadas (y prolongarlas a lo largo del certamen). El segundo de los mencionados, incluso, regresó a Primera con una vuelta inédita, en la que su presidente, Félix Enciso, brilló por su ausencia.
9. Se le salió un Pedemonte
El plantel de Boys lloró miserias en todo el año y despertó innumerables gestos de solidaridad. La caótica situación de años pasados se intensificó con las gestiones de Matos y Velásquez, pero la perla declarativa se la llevó el tesorero Alejandro Pedemonte: “Si los jugadores necesitan dinero, que hagan taxi como lo haría cualquier otro”. La frase resume las múltiples causas que llevaron al naufragio rosado.
8. Yo no fui, fue teté
La Copa Perú regaló una importante cuota de escándalo gracias al Municipal de Acoria. El elenco huancavelicano fue acusado de suplantar a los jugadores Joel Flores y Ángel Canchaya bajo los nombres de Walter Escobar Egoávil y Javier Palomino Cahuana en un partido ante el Municipal de Huamanga en la Etapa Regional. Se daba por descontado que este último definiría con el Deportivo UNICA de Ica el pase a la Etapa Nacional, ya que el Acoria había sido inicialmente desclasificado por la Comisión de Justicia de la FPF. Insólitamente, esta rectificó su posición y, pese a reconocer la suplantación, decidió castigar solo a los jugadores y no a la institución. Acoria fue después eliminado por el Sport Huancayo, gracias a la justicia kármica.
7. Alfredismo reloaded
Si algo iba a recuperar Universitario con la salida de Alfredo González, se pensaba, era la elegancia. Pero la actual dirigencia crema se empeñó en hacerle la competencia al hoy conductor de La Tribuna de Alfredo. Además de los revividos delirios de persecución, del pésimo manejo financiero y las obscenas manifestaciones a favor de Burga, sobresalieron los improperios lanzados contra la San Martín y una supuesta “echada” para dejarlos fuera del séptimo lugar. Lo cierto es que, si los cremas hubieran ganado sus últimos dos partidos, habrían disputado la ansiada final al margen de cualquier otro resultado. Su culposo silencio posterior, sin disculpas ofrecidas, le dio la razón a los albos.
6. A comer pastel, a comer lechón…
La incursión eliminatoria en Montevideo no solo dejó como papelón el 6-0 encajado ante Uruguay. La vergüenza también la pusieron los invitados de cortesía en la delegación: algunos presidentes de las federaciones departamentales fueron convidados a disfrutar de la camaradería de los seleccionados. La anécdota cuenta que se tomaron fotos con los jugadores y gozaron de una cena en la que primó el buffet desbordante y el plato rebalsado. Algunos seleccionados, con la picardía que no muestran en la cancha, aprovecharon la escena para la chacota, cantándoles el ‘Happy Birthday’ a estos bendecidos por la suerte. De más está decir que no era cumpleaños de nadie y que cualquier principio de autoridad quedó por los suelos.
5. Híjole
Juvenal pretendió crear un clima familiar y desató una guerra. En Cienciano estuvieron los Navarro, los Bazalar y los Uribe. Fueron demasiados lazos afectivos y terminaron desestabilizando al grupo. Franco Navarro (padre) consideró una deslealtad que Julio César Uribe negociara su incorporación con Juvenal Silva cuando él seguía en el puesto. Luego, el ‘Diamante’ revivió una vieja disputa con Juan Carlos Bazalar y lo mandó a la congeladora. Bazalar Jr. y Navarro Jr. también desaparecieron del mapa cusqueño, mientras que Julio Edson se ganó un puesto fijo en el once titular. De paso, una bronca de este último con Francisco Bazán “coincidió” con la pérdida de la titularidad del arquero. Como colofón, Juvenal Silva, que jamás pudo manejar un entorno de enemistades, odios y protecciones, cerró la campaña con un anuncio que sonó a burla: de ahora en adelante, será mejor que Cienciano no tenga a familiares en un mismo plantel.
4. Como un juego
Al asumir la presidencia de Sporting Cristal, Freddy Nossar parecía estar estrenando juguete nuevo. Con cara de “mira lo que me he comprado”, se paseaba ubicuo por entrenamientos, estadios y sets de televisión. Sus ambiciones desbordantes y cierto desconocimiento de aspectos claves (como que los partidos duran noventa minutos) tejieron dudas sobre su idoneidad; sobre todo, si marcaría una pauta a seguir en torno al manejo como sociedad anónima. La pelea con Mario Manzur, que incluso habría llegado a los golpes, apresuraron su renuncia. Se frustró la compra de acciones y el poder de decisión en el club rimense volvió a manos de la cervecería.
3. Por las nubes
Cuarenta minutos demoró el arribo de San Martín a Huaraz porque el aeropuerto de Anta estaba cerrado por refacciones. Los santos vencieron 0-1 a Áncash. La ‘Amenaza’ pidió los puntos. La CJ de la ADFP se los dio. La de la FPF se lo devolvió a San Martín. El quit de la discusión estuvo en si los santos estaban enterados o no del cierre del aeropuerto. Se demostró que no, pues el acceso a dicha información era restringido. Lo curioso fue la efervescencia con la que Mallqui defendió su posición: con una fuerza que no utilizó para evitar la demolición del ‘Rosas Pampa’ ni para defender la localía ante Palmeiras por la Sudamericana.
2. Taladró el título
El show de diciembre lo puso el presidente de Torino, José Vitonera. Tras perder en la segunda fecha de la Finalísima ante Huancayo (2-0), el mandamás talareño acusó a su técnico (Jorge Zúñiga) y a tres jugadores (Hidalgo, García y Tordoya) de haber recibido un soborno por parte de los huancaínos. Lo que no contaba Vitonera era que se toparía con uno de los acusados (Edie Hidalgo) afuera del camarín, desatándose una guerra verbal frente a micrófonos. Nunca antes un dirigente había generado tal efecto desestabilizador: desconcentró a su plantel (al que, por cierto, ya tenía impago) de cara al partido decisivo ante CNI, en el que resignaron sus opciones de ascenso con un empate 1-1. Vitonera, como era de esperarse, no presentó pruebas ni indicios. Mucho menos disculpas.
1. Puntos suspensivos
El caradurismo de Burga y el penoso desempeño del Estado (no solo del IPD) pusieron al fútbol peruano al borde de la desafiliación. Impulsado por la politiquería, se prefirió el cargamontón en lugar de atacar los puntos precisos de la gestión irregular del actual presidente de la FPF. Los ánimos se polarizaron, se perdieron las perspectivas y muchos se plegaron a uno u otro bando, a sabiendas que a ninguno le asistía la razón. Fue un año tenso que se cerró con una conciliación que, si bien evitó ser desafiliados, fortaleció el mandato de Burga y, por tanto, robusteció también la serie de despropósitos que han puesto a nuestro fútbol al borde del abismo. Al menos, material no faltará para engrosar la lista de escándalos del año que viene.
