Brasil 4 - Italia 1
El partido fue...
ENTRETENIDO. Fue la fiesta de todos los mexicanos, emocionados por ver al Brasil de las enormes figuras poder consagrarse ante un Italia muy ordenado y que entendió que no iba a dominar el trámite. No obstante, el primer disparo fue de Luigi Riva para exigir un Félix en buen momento. Por su parte, si se trata de tocados por la gloria, ese es sin duda 'O Rei' Pelé, quien no tuvo un partido excepcional, pero sí bueno y determinante: con un impresionante salto se impuso a Tarcisio Burgnich para conectar el cabezazo y lograr el primero. No obstante, Italia no perdió la concentración y encontró en un error defensivo de Brasil el laborioso empate. Fue Roberto Boninsegna, quien con más garra que técnica le robó el balón a Clodoaldo y definió de zurda tras ganar en velocidad a los defensores del 'Scratch'. Viéndolo desde la tribuna, el equipo de Ferruccio Valcareggi podía estar conforme con la paridad.
¿Se puede estar conforme con un empate? Pues, valgan verdades, ese Brasil estuvo letal en ataque. Incluso con ocasiones perdidas, necesitó de un empujón anímico -y estadístico- para terminar muy cómodo, como finalmente sucedió tras el pitazo de Rudi Glöckner. El zurdazo de Gerson marcó un antes y un después, pues además de ser un golazo a los ojos del mundo, significó la estocada crucial para la final en el Azteca. Desde el minuto 67 prácticamente fue un soliloquio del 'Scratch', pues tomaba con tranquilidad el balón y llegaba con claro peligro sobre el arco de Enrico Albertosi. Jairzinho puso el tercero y Carlos Alberto el cuarto, este último de una calidad digna del campeón del mundo. Un monarca con todos los honores en una final que sí valdrá la pena recordar.
La Ficha
El Capo: No tiene rival
Burgnich no pudo y Mario Bertini tampoco. Roberto Rivelino estuvo intratable y si le faltó el gol en la final fue por mero capricho del destino que debía consagrar a Pelé. Quizás las líneas son inapropiadas para 'O Rei', pero esa corona tenía que ser prestada al '11' del 'Scratch' en la final. Gambeta, potencia y muy buena colocación para entrar en sociedades con Tostão.
Kazuki Ito: Le gusta el juego Rudi
Es probable que el ojo sudamericano de este redactor no entienda el rigor del alemán para permitir tanta patada, incluso en los años setenta. Sin embargo, con esa subjetividad, habrá que decir que desde la fuerte falta de Bertini sobre Jairzinho a los 4', Rudi Glöckner iba a dejar pegar. Así lo hizo, fue muy suave con las duras entradas en ambas escuadras, además de tolerar el codazo de Tostão a Rosato y la dura entrada de Domenghini sobre Pelé, ambas en el segundo tiempo. La final no se acordará de él, porque Brasil se llevó por encima a su rival.
Composición Fotográfica: Alexander Macazana / DeChalaca.com