Polonia - República Checa: Anfitrión, a su casa
El capo: Hizo el milagro
Polonia partió como favorita para el encuentro, y se presumía sería, con el apoyo de su público, fácil vencedora del partido. Mucho falló, sobre todo en el primer tiempo, y fue ahí donde se equivocó porque bastó con meter una para que todo el planteamiento se le venga abajo. Por eso, Petr Jiracek merece el título de capo: no se puede argumentar que se mandó un partidazo, que jugó como nadie y fue el comandante del equipo, pero sí hizo lo que se necesitó para que su equipo prevalezca por encima del rival: definió bien la que tuvo y cerró un 0-1 más que suficiente para pasar de ronda.
El jugadón: Al estilo DeChalaca
Como viene haciendo esta página web desde que inició sus actividades hace casi cinco años, Polonia casi sorprende antes de lo esperado con una jugada de oro. No se habían cumplido ni cien segundos desde que empezó a rodar la pelota y Dariusz Dudka se dio con un centro que le quedó perfecto para hacerla de chalaca. Ante la mirada de Cech, la pelota pasó muy cerca del parante izquierdo y casi anota una verdadera joya.
La clave: Lo que te ganan los partidos
El equipo polaco fue superior al checo, sobre todo en el primer tiempo. De eso no cabe duda, pero en el fútbol no siempre prima la superioridad o el favoritismo. A veces hasta el equipo más disparejo puede llevarse los puntos por un simple motivo: empujar la pelota tras la línea del arco. Polonia jugó bien esta Euro 2012 –mejor que República Checa-, pero siempre le faltó lo más fundamental en este deporte: goles. El juego polaco no vino acompañado de efectividad, y por ello que Jiracek se haya sacado a un defensa en el área rival y definido fuera de las posibilidades de Tyton vale muchísimo más que mil jugadas cuasi perfectas y estéticas que acaban en nada, como pasó más de una vez con Polonia.
La joya: A veces los más feos son los más bonitos
No nos vamos a cansar de resaltar el gol. Fue el único; el importante. Esa pieza clave que hace que a veces el que más merecía pasar se quede con las manos vacías por falta de tino en los últimos metros. República Checa aprovechó un buen contragolpe y ejecutó la sentencia de la manera correcta. Y vaya que fue un lindo gol. Pase, pase, enganche, gol. No se necesita más.
El tapadón: El equipo empieza atrás
De nada sirve un equipo bueno en ataque pero endeble en defensa. Así, un arquero de nivel es la pieza fundamental de todo equipo, el que te salva cuando nadie más puede hacerlo. Pero a veces este no está, y cuando todo parece perdido, una patita salvadora aparece de la nada y se las juega de multifuncional para sacar la bola que el arquero no pudo. Menos de treinta segundos antes de que Craig Thomson pite el final, un centro al corazón del área checa salió del fondo polaco seguido por Blaszczykowski, quien definió ante la salida de Cech y, cuando la pelota ya estaba por entrar sin arquero ni nadie que la saque, apareció una milagrosa pierna defensora que reventó la pelota ante la agonía de todos los hinchas locales que ahogaron el grito del gol. A veces, la mejor tapada no tiene que ser del arquero.
El duelo: De arco a arco
No tuvieron que cruzarse ni causarse daño el uno al otro para que consignen un duelo. Sin embargo, los dos pilares de los equipos eran los llamados a sacar la cara por su equipo cuando nadie más fuera capaz de hacerlo. Dicho y hecho, los arqueros dijeron presente en una tarde que estaba para que se luzcan. Los dos respondieron bien, sobre todo Tyton que empezó el torneo en la banca y se consolidó con el penal que tapó después de ingresar el primer partido por la expulsión de Szczesny. Sin embargo, el único arco que se abrió fue el suyo por lo que, a pesar de que tuvo mejores intervenciones que Cech, perdió el duelo al quedarse con el último puesto del Grupo A.
El estadio: Apagón en casa
En la ciudad de Breslavia, un hermosísimo marco esperaba ver a su país, en su primera actuación en un certamen de este nivel, derrotar a una selección complicada como República Checa y pasar a cuartos. Sin embargo, poco a poco se le fue apagando la luz al “local” –fue local geográfico, pero no para efectos del partido- hasta que vio todo negro con el gol de Jiracek a los 72’. Los hinchas checos –que no fueron pocos- también adornaron un cuadro espectacular de unas 40 mil almas, y fueron los que acabaron con la sonrisa dibujada en el rostro y el boleto a la siguiente ronda.
Kazuki Ito: No hay escocés malo
Craig Thomson tuvo una buena labor al dirigir un partido que se pretendía un poco chocante y de alta tensión. Salvo, tal vez, un pequeño error por aquí o por allá, el pito escocés manejó bien el andar del partido y sancionó cuando la situación lo ameritaba, así como también dejó jugar cuando había que hacerlo.
Fotos: AP
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