Europasión: Le iba a llegar la hora
En la historia de los deportes ha habido procesos lentos pero muy sostenidos. La evolución natural de estos tiene que ver con la ruptura, muchas veces, de paradigmas. Y así como una vez a finales del siglo XIX hubo un Papa (Pio X) que condenó el uso de la bicicleta por proporcionar a los hombres un medio de locomoción bipedal distinto del que la creación les había atribuido, también el fútbol, deporte que vive de la polémica como pocos, tendrá que darle indefectiblemente paso a la tecnología.
No es que hoy en el fútbol haya más cobros escandalosos que antes: pasa que son más evidentes. No es que hoy el hincha sea más exigente que antes; pasa que estamos en la sociedad del Homo Videns, aquella en la que, como dijo Giovanni Sartori, hay que ver para creer -basta preguntarle a Vladimiro Montesinos qué punto de quiebre le significaron los videos que mostraron lo que todo el mundo ya sabía-.
El peso de la imagen en el mundo actual, este de nativos digitales, le iba a terminar ganando la polémica sí o sí a la polémica. Al café de lunes por la tarde para discutir a voz en cuello si lo que el árbitro principal, el cuarto árbitro o el quinto y el sexto árbitros -que a estas alturas de la Euro nadie sabe para qué diantres sirven- han señalado es correcto o no. Tenía que suceder.
¿Va a poder sobrevivir la industria del fútbol del día después a la desaparición de su activo más grande, léase las jugadas polémicas?
A lo mejor sí porque la industria del día después ya no funciona en un mundo en el que todo es aquí y ahora. A lo mejor sí porque no puede ser que Irlanda vuelva a quedarse fuera de un Mundial por un gol con la mano. A lo mejor sí porque no es dable que un anfitrión como Ucrania vuelva a irse vejado de un torneo en su propia casa por un gol evidente que, de manera escandalosa, no le es concedido.
A lo mejor había que atreverse, como ahora apuesta Mr. Blatter. A lo mejor comenzamos a conocer un nuevo fútbol sin polémicas, y quién sabe si a lo mejor nos acabemos aburriendo. Gajes de la tecnología.
Foto: AP
