Europasión: Goles no son buenas razones
La UEFA ha sido pionera en proponer criterios de desempate en procura de otorgar mayor competitividad al juego. Por ejemplo, desde los años sesenta introdujo el criterio de gol doble de visita en eliminatorias a doble partido, el cual, luego de un largo debate, fue finalmente adoptado por la Conmebol para la Copa Libertadores en la última década. Así, se minimizan las definiciones de penales, consideradas por buen sector del mundo fútbol como lo más injusto que tiene este juego.
Así, en la misma línea, ya en la última década se instaló en la Eurocopa y las Eliminatorias europeas al Mundial el criterio de desempate por resultado entre dos equipos en caso de igualdad de puntaje en una serie, por encima de la diferencia de gol, usualmente empleada en el resto del mundo. Si bien esta última teóricamente promueve la mayor eficiencia equilibrada entre ofensiva y defensiva, pues premia a los clubes que anotan más goles y se dejan encajar menos, también es verdad que puede acabar generando sesgos si un rival no involucrado en la definición de la serie -un equipo débil que queda último, por ejemplo- tuvo una pésima tarde puntual y fue goleado inmisericordemente.
El caso palpable ocurrió entre Grecia y Rusia en el Grupo A, igualados en el segundo lugar con 4 puntos. Los rusos tenían mejor diferencia de gol (+3 contra 0 de los griegos) merced a su goleada sobre República Checa -que irónicamente acabó sumando más puntos que todos, 6 en total-. Sin embargo, en el enfrentamiento que lo definió todo, en la última jornada, Grecia ganó 1-0 y, por el resultado entre ambos, culminó como clasificada y relegó al anfitrión del Mundial 2018.
¿Qué es más justo? Pues no existe sistema perfecto, pero el criterio por enfrentamiento directo tiene una ventaja: permite discernir face to face cuál de los dos equipos en liza es mejor. A la vez, reduce las polémicas y eleva la competitividad, pues a la vez transforma dichos partidos en pequeñas finales, sobre todo si coinciden con la jornada decisiva como en el caso de Grecia y Rusia. Y, al fin y al cabo, convierte la lucha absoluta de los equipos igualados en una pelea relativa entre ambos en la que al final del día solo importan ellos dos y nada más que ellos dos.
¿Grecia es mejor que Rusia? Pregúntenle a Karagounis. Nadie más, gracias a la UEFA, tiene la respuesta.
Foto: AP
