Laurent Blanc ha devuelto a Francia el afán táctico y deja en el olvido los oscuros tiempos de Domenech.

 

Con Laurent Blanc en el banco francés la selección gala se acerca más a lo que su técnico fue en sus tiempos como jugador (Foto: Reuters)Hay que ser claros: esta Francia 2012 no es, ni por asomo, la de los Zidane y los Djorkaeff. Tampoco es la de Zidane solito de 2006, principalmente porque no tiene a Zidane. Pero tiene algo con la que esa última no contaba: un entrenador decente.

Raymond Domenech y sus tendencias astrológicas han quedado, felizmente, en el olvido para les bleus. Con Laurent Blanc los jugadores no son convocados por sus signos zodiacales, pero eso incluso no es tan importante como otras cosas. Por ejemplo, como que Francia haya recobrado un orden táctico que había quedado demasiado sujeto a la inspiración, y cuya carencia el día después de Zidane -el inspirado por divinidad- devino en rotundos fracasos galos en la Euro 2008 y el Mundial 2010.

Así, con Blanc Francia está proponiendo un 4-3-2-1 con volante en "V" -el famoso esquema del Perú de Markarián en la Copa América- que le da al equipo un aire obreril que no le viene nada mal. Alou Diarra es el que atraca al centro; dos jugadores que en sus clubes son más de labores de filigrana, como Cabaye y Nasri, hacen trabajo más bien sucio en el mediocampo al trasladar la pelota. Malouda o Ménez por un lado y Ribéry por el otro son los encargados de correr las bandas para buscar, en punta, a Benzema, que gracias a su buen momento es suficiente esperanza de gol.

Es esta, pues, una Francia trabajadora. Así, chambeando, sacó un empate con Inglaterra -que ciertamente no era la favorita, pero es Inglaterra- y un importante triunfo contra el local Ucrania conseguido en 3 minutos que le va sumando. No es una Francia, pues, que luce; pero inspira más confianza que una que solo se basaba en la inspiración. Proyecta una idea táctica y no la proyección de un telescopio.

Como colofón, recordar que Francia fue campeona del mundo -con Blanc en el campo- jugando con cinco volantes y un solo punta. Desde que Zidane se fue, probó en búsqueda de un genio que lo reemplace como enganche. Pasaron el propio Ribéry, Giuly, Gourcouff... Esta Francia de Blanc juega con cinco volantes, pero sin enganche. Por lo tanto, trabaja más. Por lo tanto, juega mejor.

Foto: Reuters

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