Rojo de venganza
Tras 120 minutos de intenso juego y un marcador en blanco que no pudo romperse, España dejó atrás históricos estigmas de maleficios y malas rachas. Venció a Italia por penales y superó la traumática barrera de cuartos de final que tantas veces le había deparado finales tristes. La 'Furia' rugió en Viena y ahora espera a Rusia para seguir descubriendo si esta vez le toca.
¿Cuántas maldiciones de cuartos de final rompió España?
Fotos: EMPICS
España versus Italia. España versus Italia y los fantasmas de España. España versus Italia y los fantasmas de España y la historia. No era un simple encuentro de fútbol que determinaría el último clasificado para las semifinales de la Euro 2008.
Italia intentaría seguir demostrando que es un equipo que suele pisar fuerte en este tipo de competencias, y que siempre suele ir de menos a más. España jugaría para demostrar que ahora sí; que no está hecha de simples buenos jugadores que suelen perder los partidos importantes, y que por fin tras muchos años podría llegar a instancias finales de torneos de a de veras.
ORQUESTA SIN DIRECTOR
La ausencia de Pirlo en el mediocampo italiano fue más notoria de lo que se esperaba. Para los cánones defensivos, Italia tiene, tuvo y tendrá los jugadores perfectos para salir de apuros. Ya sea Buffon, Chiellini (notable la labor del zaguero de la Juventus), Grosso (una ofensa que esté jugando en el fútbol francés, habiendo tan pocos marcadores izquierdos de sus cualidades), Ambrosini y un largo etcétera. Ese oficio es harto conocido por los italianos.
Sin embargo, Roberto Donadoni confió la labor creativa para esta Euro únicamente al talento de Andrea Pirlo. Aquel volante que empezó a deslumbrar en las Olimpiadas de Sydney es la referencia ofensiva de la ‘Nazionale’. Las ideas del técnico italiano eran poco claras, y los encargados de suplir la ausencia del eje de la medular italiana no daban la talla. No había quien hiciera pases en profundidad, no había quien cobrara con criterio los tiros libres para siquiera intentar por esa vía desnivelar las acciones.
Así, sin ideas, y con empuje de los volantes y principalmente Grosso, los azzurri buscaban el arco contrario cada vez que le quitaban la pelota a España. Aunque a diferencia del Mundial de Alemania, Luca Toni estuvo, como en todo el torneo actual, bastante torpe con la pelota. Donadoni nunca arriesgó y demoró en los cambios; tanto Camoranesi como Alex Del Piero debieron ingresar varios minutos antes.
DOMINIO QUE COSECHÓ FRUTOS
Luis Aragonés mantuvo su estilo de juego: mandó a los mismos once que habían logrado ganarle a Rusia y Suecia, pero siempre mantuvo el respeto por el cuadro rival. La ‘Furia’ buscó llegar con peligro sobre el arco italiano. Hubo intentos, pasaron cerca, Buffon como todo el torneo estuvo impecable. Villa, Torres, Senna: muchas opciones de gol conjuradas durante todo el encuentro.
Con un ataque tan desbalanceado del equipo italiano, la defensa española tomaba en casi todas los intentos ofensivos italianos las marcas y sorteaba el peligro. Apenas un remate de volea de Camoranesi y un cabezazo de Di Natale fueron motivo para hacer sentir al capitán español, Iker Casillas. Los cambios del entrenador español eran hombre por hombre; el planteamiento se respetaba, aunque con poca eficacia de cara al gol en comparación al dominio del balón de su equipo. El tiempo fue pasando, y las piernas en ambos equipos se iban gastando. Sin mucho más por jugar se llegó a la tanda de los penales.
Y desde los 12 pasos, la suerte estuvo del lado español. Solo falló el penal ejecutado por el ‘Pichichi’ de la Liga, David Güiza. Los italianos tuvieron peor fortuna: los remates de De Rossi y Di Natale fueron atajados por Casillas. Para el equipo campeón del mundo, se acabó el torneo. Cuando el volante del Arsenal inglés, Fabregas, anotó el penal definitivo, se determinó que el recambio en Italia probablemente se dé mas rápido de lo que se podía suponer. Con o sin Donadoni, los cambios vendrán.
España pudo dejar atrás décadas de frustraciones: triunfos morales, burlas continentales y logros enanos. Quién sabe si este es el torneo que necesitaba. Quién sabe si Rusia sea el rival de perlas para seguir sumando ilusiones.
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