Holanda... y chau
El paso de Rumania por la Eurocopa fue más corto de lo esperado. Cuando tenía todas las variables de su lado, cayó sin atenuantes ante una Holanda llena de suplentes por 2-0 y se despidió del torneo. Los hijos de Drácula se colgaron del arco esperando el contragolpe con Mutu y pagaron caro su conservador planteamiento cuando lo tenían todo servido.
Fotos: EMPICS
Se dice que en el fútbol uno debe respetar su identidad de juego. Morir en la suya, como sostienen los filósofos del balón. Probablemente Victor Piturca sea uno de ellos, porque hoy no renunció al enfermizo esquema defensivo de jornadas anteriores e incluso lo mantuvo con dos goles abajo y la eliminación casi concretada. Ocasiones apenas con Mutu y algunos más que no alcanzaron ni para descontar.
NARANJA EXPRIMIDA
Marco van Basten, sabiéndose clasificado, mandó al ruedo apenas a un par de titulares, pero con el mismo esquema. En tanto, Rumania hizo lo propio con sus mejores elementos. Fue un inicio cerrado en el inicio debido a las grandes preocupaciones tácticas del seleccionado rumano.
La ‘Naranja Mecánica’ jugaba a placer, con Robben bien abierto por izquierda y Van Persie insinuando peligro con sus incursiones al área, como cuando intentó un cabezazo a los 19’. Cinco minutos después llegó la noticia desde Zürich: Italia se había puesto adelante con gol de Pirlo. Ahora Rumania estaba en la obligación de salir a buscar el triunfo. Solo Piturca era consciente de ello, pero no realizó modificación alguna, y lo más que se acercó la tricolor fue un remate de Mutu que pasó muy cerca del palo izquierdo de Stekelenburg.
Holanda creaba juego y Rumania destruía. Era un viene y va naranja hacia el arco de Lobont, que pudo ser vencido en dos oportunidades poco antes del descanso si Huntelaar y Robben andaban más finos en la definición. Un remate impreciso de Codrea cerraría el telón de la primera mitad, que acusaba de testaruda la labor del estratega rumano.
GOLES CON KLAASE
Lo esperado: Piturca enviaría a su once dispuesto de la misma manera. Serían apenas 9 los minutos de espera para Klaas Jan Huntelaar, el delantero del Ajax que se la había comido solito en la primera mitad; tras una jugada confusa, mandó al fondo el balón tras centro de Afellay y taconazo del todoterreno Engelaar.
Era el primer mazazo para la Tricolorii, que lejos de reaccionar fieramente, repitió el viejo libreto. Mutu de punta y la banda derecha como enlace con el sacrificado Banel Nicolita y la eficacia de Cosmin Contra. Todos ellos lo más destacado del equipo de Drácula -probablemente por el gusto de aplicar una patológica táctica del muciélago- junto a Codrea, mientras estuvo en el campo.
En plena etapa complementaria el partido cayó en un marasmo, como si ambos equipos estuvieran clasificados y jugando por compromiso. Las variantes se realizaron en Rumania nombre por nombre, sin mejora alguna en la elaboración de juego, encargada a un Nicolita exhausto y trajinado, y que fue reemplazado por ello. Con el segundo italiano sobre Francia, Berna atestiguó la resignación tácita del once amarillo. Y más aún con la sentencia de Robin van Persie poco antes del final.
Frustración en algunos, resignación en otros, impactante tranquilidad en Mutu. Así acabó la historia de la Rumania de Piturca. Capaz de hacer temblar a los últimos campeón y subcampeón del mundo, pero temerosa en el partido en que menos debía estarlo, con ese temor a perderlo todo tan solo por arriesgar más en ataque. No se pierde lo que no se tiene.
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