Casa con vida
Gracias al gol de penal de último minuto del veterano Ivica Vastic, Austria puede respirar aún en el torneo y no pasar de protagonista a espectador. El conjunto rojo se esforzó durante todo el partido por quebrar la titánica defensa de una Polonia, que, con el resultado a favor, dependía de ella misma para clasificar. El 1-1 fue un resultado justo para ambos.
Fotos: EMPICS
Gran necesidad de vencer y un terrible miedo a no perder giraba entre los aficionados de Austria y Polonia que peleaban directamente por uno de los dos cupos a los cuartos de final. Los equipos entraron al césped del Ernst-Happel de Viena con muchas modificaciones respecto al debut ante la obligación de la victoria.
Desde el
pitazo inicial, el cuadro rojo hizo pesar su condición de dueño de casa y
presionó por el gol tempranero que les diera la tranquilidad. Una andanada de
ataques se desencadenó ante la valla de Artur Boruc, quien supo conjurar el
peligro y apagar el fuego inicial que sofocaba a los polacos. Ivanschitz y -sobre
todo- Harnik perdieron groseramente grandes ocasiones de abrir el marcador estando
solos ante la salida del portero polaco.
ESPÍRITU GUERREIRO
Las más terribles pesadillas austriacas se harían realidad a la media hora de juego. Roger Guerreiro, un brasileño nacido en Sao Paulo y nacionalizado polaco a pedido del actual entrenador Leo Beenhakker, añadió el balón en la portería de Mächo tras una buena gambeta y centro de Saganowski, en la única posibilidad clara que hasta entonces había tenido Polonia.
La dueña de
casa empezaba a tremar. Los hinchas austriacos no daban crédito a la nefasta
visión de su selección perdiendo 1-0 y eliminada del torneo que organizan. Con
esa presión extra sobre las espaldas, los dirigidos por Hickersberger
insistieron en el ataque, pero de manera desordenada.
CON EL ÚLTIMO AIRE
Polonia
planteó el segundo tiempo con la filosofía de mantener la ventaja, mientras los
intentos austríacos seguían infructuosos. Pero tanto va el cántaro al agua que
se termina por romperse: ante incontables intentos por batir al portero Boruc,
quien veía crecer su figura atajada tras atajada, Austria logra una paridad
merecida en el epílogo del partido. 
Un centro al corazón del área y un forcejeo
dudoso de Wasilewski con Prodl otorgaron un penal al conjunto rojo
El nerviosismo había capturado más que nunca el ambiente en Viena. Austria tenía en los pies la posibilidad de guardar esperanzas de clasificación y el indicado para cargar con ese peso había de ser nadie menos que el más experimentado. Ivica Vastic, reciclado a última hora para esta Eurocopa y con sus más de 38 años a cuestas, se paró frente al balón. Remate seco a media altura, puño en alto: en el tercer minuto del tiempo adicional, Austria estaba viva.
Ahora los anfitriones deberán definir sus chances contra quienes históricamente siempre les dieron una mano: sus vecinos alemanes, aunque tras la derrota de estos ante Croacia el reto pinte harto difícil.
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