Tenía que llegar el día de Zlatan
Zlatan Ibrahimovic dejó atrás los fantasmas que lo perseguían con su selección y fue al fin el temible delantero que es con la camiseta del Inter de Milán.
Foto: EMPICS
Zlatan
Ibrahimovic es sueco, aunque el origen de su nombre sea bosnio. Y es que este
delantero escandinavo nació en la ciudad de Malmoe el 3 de octubre de 1981, pero sus progenitores son
de Bosnia y Croacia, ex repúblicas de la desintegrada Yugoslavia.
Al más puro estilo de Claudio Pizarro, al jugador del Inter de Milán lo perseguía una sequía de 14 partidos sin marcar con la selección de su país. La rompió en la mejor circunstancia: en el estreno de la Euro ante Grecia. Fue, además, vital al participar en la jugada del segundo tanto, que consagró la victoria de los conducidos por Lars Lagerback.
Ibrahimovic -que alguna vez tuvo la opción de ser seleccionado croata- empezó su carrera en el Malmoe y luego pasó por el Ajax de Holanda y la Juventus de Italia antes de recalar en el Inter de Milán. Es, de hecho, uno de los atacantes más peligrosos que hay en el mundo, pues le saca provecho, sobre todo, al juego aéreo: mide 1.97 metros. Pero antes de que les marcara a los helénicos, la prensa y la afición sueca cuestionaban la presencia de Ibrahimovic como titular inamovible debido a su bajo rendimiento con la camiseta amarilla, más allá de sus credenciales internacionales. Sin embargo, Lagerback creyó en el atacante y este no lo defraudó en el momento más importante
Ahora todos esperan que el gol anotado en el arco de Nikopolidis sea el inicio de una racha positiva, y no un hecho aislado. El goleador tiene la palabra.
