Pasados los sesenta años, Guus Hiddink está embarcado en una nueva aventura: ser el primer entrenador extranjero en la historia de la selección rusa.

Fotos: EMPICS

El perfil de un ganador (Foto: EMPICS)Su carácter itinerante lo ha distinguido como un verdadero seleccionador: no solo conoce de tácticas y estrategias, también logra adaptarse a países, coyunturas y equipos muy disímiles entre sí. Este es Guus Hiddink (Varsseveld, Holanda, 8 de noviembre de 1946) quien, entre otros laureles, conoce también un título de Champions (PSV, 1988) y una Intercontinental (Real Madrid, 1998). Con su país, en 1998, logró llegar a las semifinales del mundial francés -practicando, según muchos, el mejor fútbol de aquel certamen- a pesar de los múltiples conflictos internos, como la radical disputa entre los jugadores blancos y los negros de dicho seleccionado.

Con Corea del Sur en 2002 superó todas las expectativas: fue más que un digno anfitrión. Eliminó a Italia y España, y quedó entre los cuatro primeros del Mundial, generando una idolatría absoluta: actualmente, un estadio coreano lleva su nombre.

Con Australia, en Alemania 2006, no igualó dichos laureles, pero consiguió muchísimo más de lo esperado: no solo clasificó a los australianos a la máxima competición por segunda vez en su historia, sino que los llevó hasta octavos de final, donde fueron eliminados por Italia (a la postre campeón) con un penal dudoso en el último minuto.

En Rusia no cuenta con menos méritos: es el primer entrenador extranjero que dirige a dicha selección. La prensa rusa, muy reticente en un principio con su llegada, hoy habla del “milagro de Hiddink”. El holandés llegó en medio de un clima tenso: a la antipatía chauvinista, y al retiro de estrellas como Karpin y Mostovoi, se sumaba la proliferación de jóvenes jugadores que no tenían el más mínimo compromiso con su selección, con soberbia exacerbaba y sueldos exorbitantes. Dos años después, eliminaba a Inglaterra y metía a Rusia en la máxima competición europea.

Por cierto, habla cuatro idiomas y uno de ellos es el castellano. Al menos para curiosear, no estaría de más que algún peruano se consiga su teléfono.

Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy