Bien amarrados
El primer empate a cero de la Euro, protagonizado por Francia y Rumania, dejó en las retinas poco fútbol y mucha marca férrea por parte de los amarillos. Los dirigidos por Victor Piturca, conscientes de su posición de invitado débil en el denominado ‘Grupo de la Muerte’, mostraron un orden táctico enfermizo que terminó por opacar cualquier intento de ataque francés.
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Fotos: EMPICS
La Euro 2008 presenta para los franceses la primera competencia importante post Zinedine Zidane. Aquel jugador que vistió la mítica ‘10’ bleu, y que hoy más de un aficionado al fútbol mágico debió extrañar cuando el ataque de Ribéry y compañía presentó los mismos problemas ofensivos que se vieron al inicio del último Mundial.
Quizá esta
vez solo con un jugador de la talla del también llamado ‘Harry Potter’ y en
compañía de un aliado como David Trézeguet -quien no ha sido llamado por Raymond
Domenech para esta competición- los galos habrían encontrado, como en tantas otras
batallas, la mejor de las salidas.
IMPULSO Y ORDEN
Al término del encuentro el inefable Domenech confió en aplausos al empuje e iniciativa de sus jugadores, que en un juego de ataque y defensa fueron claramente derrotados.
Francia en ofensiva cuenta hoy con los posibles desbordes de Malouda y Ribéry, la alternativa de un socio en Benzema y la esperanza de gol en Nicolas Anelka. Mientras que en el banco de suplentes se hace esperar a un talentoso como Thierry Henry, quien para colmo no ingresó. Y por lo mostrado frente a un muy duro rival defensivo, que no tuvo una tan poderosa capacidad de contragolpe como Rumania, lo de los galos ha dejado únicamente una buena sensación -en términos de calidad de figura de ataque- en ‘Pirata Loco’ Ribéry.
El extremo
del Bayern Munich encaró no solo por derecha, sino que ante los pocos espacios
e ideas del resto tuvo que dar un giro a su rumbo por el frente izquierdo. Aun
así, sin un delantero asesino o talentoso, le faltó el socio ideal y no pudo jamás
vulnerar la última línea de cuatro.
MAREA AMARILLA
Las camisetas amarillas con vivos azules no solo parecían multiplicadas en las tribunas. El despliegue de los extremos rumanos -Mutu y Nicolita- transformaba el dibujo 4-3-3 inicial en un casi constante 4-5-1.
Al medio,
Cocis, Radoi y Chivu corrieron e hicieron de la incomodidad la casa de la
volante francesa, y la obligaron así a jugar por las bandas. Y en esa tarea no
estaban solos: tanto Contra por derecha como Rat por izquierda desataron su
lucha incansable. Este último fue la figura del encuentro, y quien obligó a Ribery
a buscar abandonar su propia banda. Aun así, con una volante poblada para la
defensa, los rumanos en breves momentos buscaron también inquietar el arco de
Coupet.
Sobre el complemento, los de Piturca pudieron salir un poco más, y el ida y vuelta de los laterales privilegió unos cuantos avances que de habérselo propuesto pudo tener mayor recompensa -en algún corner o tiro libre -. En ese aspecto deberán trabajar más si quieren alcanzar el pase a la siguiente ronda.
Descifrar por demás lo que pueda pasar a futuro en un Grupo de fuerzas tan parejas parece complicado. Por lo visto, si los franceses no mejoran su trabajo sobre los últimos metros, podrán tener problemas cuando se vea las caras frente a un rival como Italia, ya que la campeona del mundo -amén de su resultado ante Holanda- no solo espera y defiende muy bien en el fondo, sino que además es experta en liquidar de contraataque.
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