La lesión del delantero suizo fue lo más triste del estreno.

Foto: EMPICS

El drama de Frei fue el de todos los helvéticos (Foto: EMPICS)La pierna de Grygera sobre el tobillo. La propia pierna impulsada en el aire. La rodilla que se dobla. Crac. Después, la cámara que enfoca un rostro. Lágrimas. Cojera. Pánico. Mala vibra.

Treinta y cinco goles con el seleccionado suizo. Reciente goleador histórico: el último 30 de mayo fue su día. Contra Liechtenstein, en partido amistoso, el actual delantero del Borussia Dortmund superaba la marca que ostentaba Kubilay Türkylmaz (34 tantos). Pasaba a la historia con un reto mayor a cuestas: la Euro en propia casa. Tanta felicidad siempre es sospechosa. Mala señal.

Si se confirma el diagnóstico inicial (rotura de ligamentos de la rodilla de derecha), Alexander Frei ya no estará más en la Eurocopa. En el momento menos oportuno: el arranque de la Eurocopa y de sus sueños personales como capitán y referente goleador del dueño de casa. En el lugar menos propicio: Basilea, la ciudad que lo vio nacer, convirtiendo la tragedia personal en tristeza colectiva. Mala pata.

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