Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEn el año en del retorno a los mundiales, las tres coronas locales estuvieron muy cerca de confluir solo en clubes tradicionales. Alianza Lima y Sport Boys, sin embargo, acabaron siendo acompañados por la Escuela Municipal Binacional, que merced a las imperfecciones del sistema consagró un proyecto empresarial sostenido en el tiempo desde el sur del país.

    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

Será inevitable que 2017 quede inscrito como un año memorable para una generación de aficionados peruanos. En especial los últimos meses del calendario, que han asistido a una catarata de emociones que se habían hecho esperar por largo tiempo.

A saber: Primero, la selección peruana se demoró 36 años en volver a la Copa del Mundo. Luego, Alianza Lima tardó once temporadas en volver a dar una vuelta olímpica. Por su parte, Sport Boys demoró cinco años en volver a la máxima categoría. Y la Escuela Municipal Binacional consolidó un proyecto que con ese nombre puede llevar solo un bienio, pero en realidad data de siete campañas de inversión sostenida en búsqueda de darle al sur andino un representante nuevo en la élite profesional.

El dónde

Los matices tienen que ver con las extracciones. Tanto Alianza como Boys comparten la similitud de arrastrar inmensas masas de aficionados y estar arraigados en la cultura popular, con identificaciones fortísimas con sus lugares de origen -La Victoria y el Callao, respectivamente-. Una situación en la que estaban acaso mucho más emparentados con Atlético Grau, candidato de fuerza a ganar la Copa Perú hasta la última jornada disputada este domingo 10 de diciembre.

Alianza Lima esperó mucho tiempo para volver a ser campeón. La enorme hinchada que se hizo presente en el Alejandro Villanueva para el decisivo duelo ante Comerciantes Unidos lo vivió con emoción. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

La Escuela Municipal Binacional, en cambio, significa otro tipo de expresión. Se trata del segundo club fundado por un mismo grupo empresarial, encabezado por Juan Carlos Aquino, que desde 2010 impulsó en Desaguadero al original Deportivo Binacional Fútbol Club; y que en 2016, vistas las dificultades estructurales para que un club puneño progrese en la Copa Perú, que van desde lo climatológico hasta la baja población de futbolistas Sub-18 de nivel competitivo, decidió establecer en Paucarpata -distrito arequipeño con fuerte migración puneña- al Escuela Municipal Binacional, como vía alternativa a la que reorientó la mayor inversión posible para fortalecerlo como candidato al ascenso.

En esa línea, lejos de ser un equipo sin identidad o sede definida, en realidad el nuevo inquilino de la Primera División es el reflejo de un fenómeno demográfico muy marcado en el país: la diáspora puneña a lo largo del Sur Andino, con distritos establecidos por migrantes en muchas ciudades de departamentos como Arequipa, Cusco o Tacna, principalmente. Binacional, en realidad, acaba siendo un equipo birregional, que saca provecho de los vacíos del sistema que permiten crear equipos nuevos con relativa facilidad y, ante la escasa institucionalidad del medio, logran que un mismo grupo empresarial pueda contar con más de un club.

El cómo

Pero en lo que sí se parece el proyecto de Binacional a otros es en la sostenibilidad de la apuesta económica. El 'Poderoso del Sur' ha tenido, con una u otra identidad, un respaldo constante, no condicionado a los habituales ánimos golondrinos que predominan en Copa Perú.

Boys arriesgó en un plantel para la Segunda División y tuvo frutos: logró el ascenso en un partido extra ante la César Vallejo. (Foto: prensa ADFP-SD) 

En eso, acaso y sin hablar de largos horizontes, se parece más a un Alianza que se ocupó, en 2017, primero que nada de poner en orden la caja antes de la casa. Sin gastos suntuosos, el equipo íntimo consiguió reducir su nivel de deudas y hasta generar algunos ingresos por transferencias -Hansell Riojas al Belgrano argentino-, para terminar el año más fortalecido en un aspecto especialmente sensible para los equipos tradicionales del país desde la intervención del Estado en 2012.

Boys, otro club grande con administración temporal, denotó más bien un trabajo con alto nivel de riesgo pero que acabó siendo bien tomado. Se sabe de denodados esfuerzos individuales de parte del grupo que encabeza Johan Vásquez para sacar adelante cargas económicas fuertes, y que ahora se ven recompensados con un ascenso que garantiza el colchón necesario para seguir rescatando a la nave rosada del marasmo en que se encontró por un largo periodo. Podría decirse que la 'Misilera' priorizó la inversión en un proyecto basado en intenso marketing para rentabilizar mañana, y el tiempo, con algo de angustia, le acabó pagando.

El quién

Por último, entre los campeones de 2017 es pertinente establecer una línea entre los estilos de conducción. De entrenadores serios, trabajadores y con personalidades sinceras, caracterizadas por la importante virtud de no robar protagonismo a los futbolistas.

Luis 'Puchito' Flores con el pulgar arriba y la alegría de haber logrado una nueva Copa Perú. En 2013 lo hizo con San Simón y este 2017 con la Escuela Municipal Binacional. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

Pablo Bengoechea y Mario Viera comparten la similitud de ser uruguayos. Pero el 'Profesor', más bien, se parece a Luis 'Puchito' Flores en el hecho de haber sido ambos volantes cerebrales e ídolos en clubes populares -salvando las obvias dimensiones que erigen a Bengoechea como un astro del fútbol sudamericano-. Y en general, todos han logrado ratificar credenciales que como técnicos ya los habían perfilado como ganadores: Bengoechea fue campeón en Uruguay con Peñarol, Viera había sido esencial protagonista en el comando técnico campeón justamente con Alianza en 2006 y Flores ya tenía una Copa Perú alzada, en 2013 con San Simón.

En suma, este 2017 que para muchos llevó a Perú a la Copa del Mundo por una serie de felices casualidades pero, troncalmente, por una fuerte causalidad derivada de acertadas decisiones de un comando técnico compertente, fue una temporada que en el fútbol local consagró a campeones con proyectos claros y, por tanto también causales. Acaso imperfectos y con bastante por corregir; pero sí bien pensados e intencionados y, por tanto, merecedores de los finales felices que han protagonizado.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Pedro Monteverde / DeChalaca.com, prensa ADFP-SD


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