No sé por qué, solo sé que es cierto
Kenny Nagahama | @Kenny_Nagahama Redactor |
“Vonder Pütten. Comienza a picar Céliz. No se animó Vonder Pütten. Trauco. Vonder Pütten. García por el medio, García para Céliz, Céliz para darle, Céliz, Céliz, pasó García, García, Garcíaaa, ¡Golazo! Gooooolazo, de Unión Comercio. Apareció Luis García armando una pared fue buena la devolución de Céliz; premio para Unión Comercio, premio para Unión Comercio para empatarlo a falta de quince, pero también castigo para Alianza que perdonó, que sobró por momentos el partido; apareció Luis García -se tomó su tiempo Céliz- y definió cruzado imposible para Manuel Heredia…tenía que aparecer él, el ‘10’ en el equipo local…”.
Estas líneas que relatan aquel gol que anotó Luis García ante Alianza, en el cada vez más lejano 31 de marzo de 2013, se mantienen grabadas en mi cabeza con la voz de Daniel Peredo. ¿Qué tiene este de especial, y por qué me lo aprendí de memoria? Realmente no lo sé, simplemente me gustó el gol, sentí que la narración conjugaba tan bien con las imágenes que prácticamente se volvía parte de la propia jugada, y solo porque sí guardé el video en mi celular. A cada rato se lo mostraba a mis amigos y les causaba gracia; por un tiempo se les pegó el andar repitiendo ocasionalmente “García ¡golazo!”, “Trauco”, “Ya picó Céliz”, sin siquiera saber quiénes eran aquellos jugadores o cómo fue realmente el gol. Suena sin sentido, pero entiendo que simplemente resultaba pegajoso.
Yo empecé a ver fútbol un poco tarde, y escuché por primera vez a Peredo –sin saber quién era y sin importarme siquiera- cuando en 2010 vi el amistoso en el que Perú venció 2-0 a Costa Rica, en el inicio de la era Sergio Markarián. Vi algunos partidos más y me enganché con la selección peruana, pues antes de eso lo único de fútbol que había visto era el Mundial de Sudáfrica 2010. Cuando llegó la Copa América 2011, noté que la voz de las transmisiones era distinta a la de los amistosos, y a partir de eso me di cuenta que solo América TV transmitía los partidos del certamen continental. Para el inicio de las Eliminatorias 2014, con el partido ante Paraguay, la voz original había vuelto y comencé a sintonizar CMD más seguido, conociendo, por fin, que el que narraba “más chévere” los partidos se llamaba Daniel Peredo.
Al año siguiente, un amigo me dijo que la ‘U’ era el mejor equipo del mundo y que mirara ese día en la noche el Cristal - Universitario, así que con eso empecé a ver el Descentralizado y me envicié con el torneo. Coincidentemente, Peredo narró aquel empate 1-1 en el Nacional, y me alegró saber que él también transmitía los partidos del torneo local: ya no tenía que esperar a que Perú juegue para escucharlo. Siempre estaba esperanzado en que a él le toque cubrir los partidos de Cristal, pues en ese entonces eran los que más me interesaban. Prontamente me acostumbré a ver los resúmenes de Versus todos los domingos, y más adelante a grabar algunas partes de los partidos tratando de atinar algún gol.
Para 2013, ya conocía bien el fútbol peruano y a los que lo transmitían por CMD, además de contar con el equipo necesario para capturar los partidos del campeonato completos con el fin de tener todos los goles con la narración en vivo, pues no era lo mismo ver el resumen con los comentarios al final, menos aún cuando Peredo había narrado el encuentro. Se había vuelto mi periodista -de los pocos que conocía de nombre- favorito porque me gustaba mucho cuando él era parte de la transmisión. En ese entonces no me ponía a comparar su estilo con el de los demás: simplemente sentía que los goles, sean del equipo que fueran, se disfrutaban mejor y daban ganas de verlos una y otra vez acompañados de su voz. También era interesante escucharlo hablar en su programa Partido Aparte de las diez de la noche. Sin darme cuenta, su opinión en el fútbol era casi ley para mí, y respondía “Daniel Peredo” cuando alguien me preguntaba quién me parecía el mejor periodista deportivo.
Ese mismo año tenía que hacer un proyecto para el colegio y yo elegí hacerlo de la campaña de Cristal 2011-2013. Era necesario entrevistar a alguien experto en el tema, y un tío que trabaja en El Comercio me dijo que era amigo de Peredo y que podía decirle que yo quería hablar con él. Fue una oportunidad increíble, no solo para tener un mejor trabajo en el colegio, sino también en cuanto a lo personal. Hablamos en el local de Movistar y lo primero que noté fue que era exactamente la misma persona detrás de cámaras: sencilla, humilde y conversadora; era auténtico. Luego de obtener lo que necesitaba, conversamos acerca del fútbol peruano e incluso un poco de la Segunda. Era realmente interesante hablar con él, pues noté que así como yo -incluso más-, era un auténtico fanático del campeonato local, con todas las cosas buenas y malas que este implica. Él tenía que ir al Nacional en un par de horas para cubrir el Alianza Lima - Cristal a las ocho de la noche, pero en ningún momento me apuró o dio señales de que me quería cortar la conversación. Es más, el solo hecho de haber aceptado darle tiempo a alguien de mi edad por un simple favor en un día de trabajo hablaba de su calidad como persona.
Ese gol de García es el que mejor recuerdo, pues es el primero de muchos que recorté, grabé y vi una y otra vez, porque jamás me cansó de ver algunos de estos goles acompañados de su narración y sobre todo con un grito de gol nada fingido y que salía por naturaleza: el zurdazo al ángulo de Felipe Sipirán en el Alianza 2 - Cobresol 2 de 2012, los goles de Miguel Ximénez y de Ángelo Cruzado en el Universitario 2 - Huancayo 3 de 2013, el golazo de Bosco Frontán en el Melgar 3 - Cristal 0 de 2013, la chalaca del ‘Cachete’ Zúñiga y el empate sobre el final de Raúl Penalillo en el Melgar 2 - Inti Gas 2 de 2014, el cabezazo de Juan Pablo Vergara en el Cristal 2 - Loreto 1 de 2015 y el gol del campeonato de Bernardo Cuesta en la final de 2015 son los primeros que se me vienen a la mente mientras escribo esto.
Recuerdo que algunos hinchas de Cristal le increparon por haber gritado más el gol de Loreto que los dos posteriores de su equipo, y él respondió en Twitter que no tuvieron nada que ver los equipos en esto: simplemente se emocionó por la calidad de la anotación de Vergara. Y basta escuchar la narración para darse cuenta de que Peredo era, sobre todas las cosas, hincha del fútbol, y que ese grito le salió del fondo del alma.
Me fastidió bastante que CMD deje de transmitir los partidos del torneo local, pues ya no podría escuchar a Peredo los fines de semana, y tendría que esperar a que juegue la selección –aunque esto aumentaba mis ansias de cara a estos encuentros-, por lo que empecé a ver aún con más frecuencia los resúmenes con su narración de los partidos de Perú. Cada amistoso y partido de Eliminatorias en los que estuvo desde 2010, e incluso algunos del proceso anterior a Markarián, los debo haber visto mínimo unas veinte veces, en promedio. La mayoría son videos que superan los diez minutos, pero se sienten cortos, ayudan a pasar el rato y a sacarte una sonrisa -sobre todo en los que la selección no perdía-.
Tuve que explayarme de esta manera, contar con detalles y en orden cronológico lo que significó Daniel Peredo en mi relación con el fútbol y el fútbol peruano en general, porque sinceramente nunca me había puesto a pensar en palabras que justifiquen por qué él es para mí y para mi generación el máximo referente entre los periodistas deportivos, y me cuesta plasmarlo en una explicación bien sustentada. Mi respuesta, sin darle muchas vueltas al asunto, sería que era diferente, realmente transmitía emociones con sus relatos, tenía un don para elegir las palabras precisas de manera improvista, realmente amaba y era hincha del fútbol, del fútbol peruano y de la selección, y era un periodista y una persona honrada, sencilla y humilde, tanto frente a las cámaras como fuera de ellas. Mi mamá siempre me contaba que cada vez que cruzaba miradas con él en el Tenis del AELU –donde él acostumbraba ir a comer-, Peredo siempre le hacía un gesto de saludo, a pesar de nunca haber tratado con ella. Yo también lo vi caminar por las instalaciones del club unas cuantas veces, pero me daba roche saludarlo de la nada, o por distraído me daba cuenta que había pasado cerca a él recién porque un amigo me lo decía.
Solamente -y sin querer-, tuve la oportunidad de hablar una vez más con él, cuando hace dos años, saliendo del AELU, quería saber qué micro iba por toda la Bolívar, y le pregunté a un señor que estaba parado al lado mío. Recién cuando me respondió es que reconocí que era la voz que tanto admiraba -reitero, soy volado y malo con las caras de las personas- y me quedé sin saber que decirle aparte de “Ah, Daniel, no te había reconocido”. Me vio con mi uniforme y me preguntó con quién habíamos jugado en Federación, para luego despedirse cuando llegó el carro que él tenía que tomar. De ahí me puse a pensar en qué otra cosa más inteligente le pude haber dicho o preguntado en ese breve momento, pero no le di muchas vueltas pues supuse que algún otro día me lo volvería a encontrar.
Además de querer escucharlo relatar a Perú en el Mundial como todos, yo tenía fe en que algún día volvería a oírlo narrar los partidos de su querido Descentralizado por televisión (dado también que nunca me enteré que a través de mi celular podía escuchar sus transmisiones de RPP en vez de intentar encontrarlas por internet sin éxito). Ahora espero que algún día aparezca un periodista, no necesariamente con algo de su estilo o chispa -pues creo que son únicos-, pero si con su profesionalismo, dedicación, autenticidad y calidad de persona, en medio de una profesión en la que son escasos aquellos tan aclamados y recordados principalmente por sus virtudes como lo es y será siempre Daniel Peredo Menchola.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com