10 años del gol de Johan Fano con relato de Daniel Peredo: Los huevos eternos
Se discute en la teoría del relato deportivo si los goles se gritan siempre, o solo si favorecen al equipo que se defiende, o solo si tienen alguna relevancia. Se discute cuánta emoción debería despertar una narración si, por ejemplo, corresponde a un partido de escasa relevancia; sobre cuánto se puede celebrar un gol si no permite dejar un puesto bajo en una tabla de posiciones.
Todo eso es, justamente, teoría. La práctica enseña que cuando se trata de la selección de tu país, quienes quieren a este vivirán intensamente cada momento, cada alegría en el tiempo por mínima que sea.
Un 10 de setiembre de hace 10 años, Perú llevaba ya más de dos décadas sin ir a mundiales. No tenía chances de clasificación y su mayor aspiración en aquel partido ante Argentina en el estadio Monumental era amargar un poco a la albiceleste, envuelta en discusiones entre su DT Alfio Basile y el plantel. Para la blanquirroja, en realidad, era casi irrelevante perder o empatar aquella noche.
Ese 10 de setiembre de hace 10 años, Daniel Peredo no era aún el narrador de la selección. Su relato para el entonces CMD acompañaba una transmisión en pantalla dividida en una cuadrícula que mostraba otros ángulos de la cancha menos la acción de juego en sí, que iba en vivo por dos canales de señal abierta.
Ha pasado una década de la noche cuando Daniel nos enseñó que los goles se gritan siempre. De la noche que lo graduó como el relator de la blanquirroja. De la noche que hizo que Johan Fano tuviera, por años, que recordarle a medio mundo que el gol fue de su autoría y no Juan Vargas.
Las personas pueden irse físicamente. Las voces quedan. Las lecciones, como la de entregar toda la pasión posible a un relato de gol de la selección peruana, se enmarcan. En el corazón de todos.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com