El manual del Turco
La llegada de Daniel Ahmed fue complicada por un medio que no le daba crédito por su inexperiencia con planteles de Primera División. Pese a haber demostrado su capacidad como director técnico de la Sub-20, el argentino tenía que combatir viejos mitos peruanos que relacionan directamente a la capacidad con los años que tienes dirigiendo. Además, enfrentó una crítica sin fondo que lo descalificaba solo por tener pasaporté extranjero. No obstante, Ahmed demostraba su personalidad en esas primeras fechas. Sin respuestas altisonantes procuraba tranquilidad para trabajar una propuesta que costaría -y costará- implementar por completo en su plantel.
Jugar a la dinámica que propuso Cristal desde la primera fecha del Torneo del Inca le costó a Ahmed, sobre todo en sus primeros partidos, muchos horrores de coordinación. Como un tico a 100 km/h en la Panamericana Sur, Cristal perdía el control y parecía irresponsable, pero su intención era noble y saludable; por tanto, el tiempo pasaba a ser una necesidad para que el equipo juegue mejor.
Los resultados no ayudaron a calmar la avalancha de críticas e insultos de sus hinchas. Este equipo "jugaba a nada". La paciencia se acabó con Ahmed tan rápido como la alegría volvió al Gallardo cuando Cristal empezó a andar con buena circulación entre sus lineas y figuras que pasaban a acompañar a Lobatón. Es así que unos resultados pasaban a acreditar el trabajo que hacía Ahmed.
La llegada del 'Turco' ha sido saludable desde un inicio para el fútbol peruano. Supo llevar a un grupo complicado y variado en la selección Sub-20 con Benavente, Gómez, Guarderas, Deza y Chávez. Hizo que jugadores de distintas personalidades encuentren coincidencias y busquen un objetivo. Ahmed también lo logró en Cristal y da esperanza de que sí podemos conseguir líderes positivos dentro del sistema. Sin aspavientos ni comentarios altisonantes, Ahmed era sincero, frontal y cuidadoso de las formas. Un turco de recursos nobles.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Andina