2007: Un rayito de sol (naciente)

A veces me pregunto por qué todos somos hinchas de ‘Muni’. Algunos podrían tomar prestado el argumento de Raúl y creer que es influencia de nuestros abuelos. Yo les respondería que a mi abuelo no le gustaba el fútbol porque, como buen ingeniero calculador y recto, no le cabía la idea de dejar a rienda suelta la pasión y entregarse con soltura a un deporte tan energúmeno. Podríamos discutir mil y un razones y creo que no llegaríamos a un acuerdo; yo voy a jugármela y afirmar que depende de la experiencia personal de cada uno.
Hoy, a mis casi 20 años, me pregunto qué experiencias me convirtieron en un hincha de reojo del Deportivo Municipal. Para el 2005 y 2006, con la pelea por el ascenso del ‘Muni’, yo era un hincha (virtual) más de la Banda del Basurero. Y hasta ahí no contaba con ninguna atadura emocional con los ediles. Quizá sea por su historia, por sus hinchas o probablemente por mi afán de identificarme con equipos en momentos críticos (seamos sinceros, la década del 2000 no fue la mejor de la historia de la Franja). Cualesquiera que fueran los motivos, para el año 2007 -del cual proviene mi anécdota- el cariño que le tenía al ‘Muni’ ya era bastante grande.
Era el mes de diciembre. Habían pasado casi cinco meses desde la primera vez que me senté con Roberto Castro a discutir su idea de creación de una página web que rescatara la historia y las tradiciones del fútbol peruano y mi incursión en el proyecto. La página había avanzado a pasos agigantados y con el crecimiento del staff y el permiso de la ADFP veníamos realizando una tarea de asistencia a los estadios bastante correcta desde hacía ya casi dos meses. El Clausura se encontraba en su etapa final y mientras San Martín, Universitario, Alianza Lima y Cienciano peleaban la punta; el descenso era disputado por Cristal, Municipal, Total Clean y Alianza Atlético.
Aquel domingo 2 me levanté bien temprano. Pedro -nuestro colaborador en cuestiones de movilidad- pasó por mí y nos dirigimos al San Martín a presenciar un Cristal-Municipal que prometía bastante y terminó cumpliendo las expectativas del más reticente. El estadio rimense lucía un lleno debido a la coordinación de los bajopontinos al ver que su equipo se encontraba peligrosamente amistado con el fantasma de la baja. Tres cuartas partes del recinto eran celestes, pero aquel 25% edil pegado a la tribuna Sur hacía ruido como si estuviera multiplicado por el sufrimiento. Creo que nunca volví a ver una batalla de tribunas tan bonita y eso que he presenciado Monumentales, Matutes y Nacionales repletos a más no poder.
La nota del partido estaba a mi cargo. Ubicado perpendicularmente a la barra del 'Muni' -pero en Occidente-, con un papel Bond A4 y un lapicero tomaba notas de las estadísticas del encuentros mientras mi cerebro intentaba procesar todo lo que estaba viendo. Uno a uno fueron transcurriendo los goles: Sawa con una genial “palomita” ponía el primero para 'Muni', el ‘Chorri’ y el ‘Gabo’ García desnivelaban la balanza a favor de Cristal, pero Sheput – y en parte Delgado- imponían la paridad en el marcador. Las emociones estaban al límite y creí que no llegarían a más, pero me equivocaba.
El incansable Raúl Vera encaró por la banda izquierda. Entre tropezones y amagues pasó de sus marcadores encontrando el pase en Masakastu Sawa. El hábil japonés se salió de Ramiro Fassi - no era una epopeya, tampoco- y sacó un zurdazo que se coló en el primer palo de Erick Delgado. Fue ahí cuando perdí los papeles –literalmente- lanzando mi hoja de apuntes y gritando el gol como aquel centenar de hinchas que se encontraban a casi 100 metros de mí. Lo grité por la emoción del partido y por lo que significaba aquel gol. Con esa victoria, el querido 'Muni' aumentaba drásticamente sus opciones de quedarse en Primera: era un golpe moral.
Luego llegaría el empate de Gabriel García, la sinvergüencería de Silvestri, la humillación con juveniles contra Alianza y un adiós que todos queríamos -querríamos- convertir en hasta luego. Pero, realmente, esa es otra historia (que no queremos recordar). Lo significativo aquí fue ese gol de Sawa que grité como mío y que les dio a todos los hinchas ediles la ilusión que su equipo del alma mantendría la categoría.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
