Ecuador - Paraguay: Con la mesa servida
Ecuador tenía todo controlado, pero se complicó de la manera más absurda. Estaba con los tres puntos en el bolsillo cuando apareció la garra guaraní en todo su esplendor y en el último suspiro decretó el 1-1 que pone a los guaraníes a tiro de Sudáfrica 2010. A los del norte, por el contrario, se les empieza a desdibujar el panorama.
El accionar de los dirigidos por Sixto Vizuete ante el ‘Scratch’, más que generar dudas por las claras falencias de sus atacantes, había sembrado en los aficionados una interrogante en cuanto al verdadero accionar de su seleccionado. Para ellos, este cotejo resultaba vital para intentar reacomodarse en zona de clasificación y no desperdiciar más puntos en el Atahualpa, situación que nunca les fue esquiva en los anteriores procesos y fue clave para acceder a las últimas justas mundialistas. Pero los que estaban en frente jamás serán una perita en dulce al que se le debe subestimar y mucho menos minimizarlo al ritmo del ‘ole’ cuando ya todos se sentían ganadores. Hoy eso le pasó factura a los norteños y el sueño del tercer Mundial consecutivo, parece, les será esquivo.
Toque, toque y cero definición
Comandados por Méndez y Guerrón, los ecuatorianos desde el inicio de las acciones empezaron a hostigar el área Guaraní a punta de pelotazos. Desbordes por las bandas a pedir de boca y el centro casi siempre preciso para los pies o la cabeza de Caicedo y Christian Benítez. Como ya parece ser una costumbre, los atacantes norteños no aprendieron la lección que les dejó el último choque, donde tuvieron para derrotar a los pentacampeones, pero la mala pata de sus principales referentes de área hizo que desperdiciaran opciones reales de peligro, que tranquilamente les pudo costar muy caro. Lo de hoy fue lo mismo: todas la apuntaron hacia la tribuna. Si hay alguien que se hace extrañar una barbaridad en el ataque, ese es el ‘Tin’ Delgado, hecho para esta clase de confrontaciones.
Calladito se empieza mejor
El plantel del ‘Tata’ Martino, probablemente por el cambio radical en su alineación (solo cinco de los que iniciaron ante Uruguay repitieron el plato), fue timorato en los pasajes iniciales del encuentro. Pero ante las constantes embestidas de la ofensiva local, empezaron a destacar los hombres de la última línea y de recuperación que, pese a las falencias antes expuestas por parte de los ecuatorianos, cumplieron a cabalidad su función. En ataque, el único que intentaba penetrar la zaga local era Cabañas, ya fuera sobre la base de su potencia o incluso vía algún intento de pelota parada. Pero casi siempre se perdía en la intrascendencia.
Furia con razón
El reloj seguía su curso y ambos, conforme se acercaba el final de la primera parte, bajaban las revoluciones, incapaces de penetrar las porterías y generar siquiera una pizca de riesgo. El encuentro estaba carente de emociones y necesitaba alguna ofrenda para que se reenganchen al espectáculo. Tuvo que aparecer el capitán Hurtado para, con un empujón, derribar al paraguayo Riveros y armar la hecatombe en el gramado quiteño. Manotazos por doquier. Todos desfogaban su furia por el suceso, pero la real impresión fue que ambos desfogaban su inoperancia en el terreno. A juzgar por lo expuesto entre ambos protagonistas, la etapa inicial tuvo un justo cierre de persiana.
Vuelvo a verte
En la segunda etapa, Ecuador lo intentó siempre bajo la misma fórmula que seguía resultando un fiasco. A Caicedo lo reemplazó en ataque Calderón, pero este último casi nunca estuvo en los instantes precisos. Valencia, el hombre que debe ponerse el equipo al hombro, solo tuvo chispazos. Sin embargo, la tarde le tenía reservado un espacio al protagonista de la semana eliminatoria: Noboa, con tan solo dos minutos en el campo, puso adelante en el marcador a los ecuatorianos y se convertía por partida doble en su salvador. Por el trámite del compromiso, el gol era cuestión de tiempo y de ahí en más todo debería ser tranquilidad. Craso error.
Desenlace fatal y triunfal
Paraguay estaba KO. Los espacios se le habían cerrado y pensar en alguna arremetida podría resultar suicida, más aun si se considera que su defensor Da Silva se había ido expulsado. Pero la casta guaraní tenía que aparecer de alguna manera, más allá de cualquier adversidad. Cuando el Olímpico Atahualpa estaba a punto de explotar en júbilo y celebrar la buena nueva de su selección, cayó el baldazo de agua fría más horrendo que los hinchas quiteños podrían haber esperado: desborde de Cabañas con centro incluido y aparición fantasmal de Édgar Benítez en lo último del compromiso. Igualdad en el marcador y la ilusión que se apaga de golpe. Por el contrario, en Asunción se debe estar incrementando la venta de pasajes con rumbo al continente negro. Hoy, los dirigidos por Martino aprobaron uno de los exámenes de rigor y tienen servido el acceso a Sudáfrica 2010.
Fotos: FIFA.com / AFP
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