Chile - Ecuador: Ilusión rota
La frecuencia: Te veo y te escucho
Ante la imposibilidad de seguir el partido en directo por los canales locales (el Uruguay - Argentina y el Brasil - Venezuela acapararon la programación), optamos por captar la señal en internet del Canal 13 de Chile. Lastimosamente, la emisión tuvo varias caídas, por lo que nos inclinamos en escuchar las incidencias del compromiso por Radio Agricultura de Chile paralelamente con una transmisión de Canal + desde España.
La pizarra: Con el ‘Loco’ no hay relajo
El partido tuvo una tendencia similar en los dos periodos. Chile avasalló a Ecuador durante los primeros 30’ gracias al nexo que conformaron Jorge Valdivia y Rodrigo Millar en el terreno de juego. Además, Marcelo Bielsa, en un intentó arriesgado, envió -sobre el papel- a Arturo Vidal como stopper por derecha, pero el jugador del Bayer Leverkusen se sumó constantemente al ataque y envió pases gol a un Humberto Suazo que, pese al tanto triunfal, anduvo errático en la definición. Sixto Vizuete, en cambio, dejó de lado el 4-cuadrado-1-1 que utilizó ante Uruguay para dar paso a un mesurado 4-2-3-1, donde se sintió la ausencia de Antonio Valencia por acumulación de amarillas, pero en el que destacó nítidamente Christian Lara como enganche.
Los cambiazos: No alteraron el destino
Marcelo Bielsa (presumiblemente por lesión) retiró del terreno de juego muy temprano a Jean Beausejour por Esteban Paredes. Con la presencia del colocolino en la ofensiva mapochina, el tridente de ataque trastocó funciones o, mejor dicho, Humberto Suazo intercambió roles con el recién ingresado. Así, Paredes pasó a ser el puntero neto, mientras el ‘Chupete’ se tiró por la franja izquierda. En Ecuador, Sixto Vizuete, ante la prontitud por conseguir los tres puntos, sacó progresivamente a Christian Lara y Edison Méndez por Joao Ramírez y Edmundo Zura. El ingreso de este último permitió que su escuadra ataque con dos delanteros en el tramo final; pese a ello, siempre se toparon con un atento Claudio Bravo.
El capo: Jorge Valdivia
El jugador del Al-Ain de los Emiratos Árabes Unidos, como ante Colombia, se puso nuevamente el overol (esta vez desde el arranque del partido) y se convirtió en el principal repartidor de balones para sus atacantes, quienes hicieron de las suyas con los zagueros norteños, pero no estuvieron finos en el mano a mano ante Marcelo Elizaga.
El extraviado: Jorge Guagua
Los ecuatorianos extrañaron una barbaridad a Giovanni Espinoza, su zaguero titular: su reemplazante, Jorge Guagua, fue el punto más flojo de su bloque posterior. Por su sector, tanto Alexis Sánchez, Humberto Suazo y hasta el mismísimo Arturo Vidal, encontraron una puerta abierta para ultrajar el área contraria.
Jailaits
‘Chupete’ salado: Humberto Suazo tuvo tres opciones claras de vulnerar el pórtico de Marcelo Elizaga. En la primera, a los 6’, desperdició un milimétrico servicio de Arturo Vidal: su remate salió muy elevado. Luego, sobre los 15’, desaprovechó un rebote que otorgó el meta ecuatoriano. Finalmente, a los 26’, le ganó el vivo a Iván Hurtado tras un rebote, pero, para variar, su remate se fue desviado.
¿A qué Benítez? Sixto Vizuete, además de trastocar su sistema ofensivo, relegó de la lista de viajeros a Felipe Caicedo, quien actuó como titular en Quito. En su lugar decidió ubicar a Christian Benítez, delantero que en la jornada anterior alternó como mediapunta. Lo hecho por el ‘11’ ecuatoriano fue grotesco: se excedió en la individual y jamás se desprendió del balón cuando la tuvo en su poder, pese a tener a otros compañeros mejor perfilados para la definición.
Chúpate esa: Chile asimiló todo lo positivo de la primera etapa y decidió repetir el mismo repertorio, aunque con mayor eficacia. A los 52’, Arturo Vidal habilitó a Humberto Suazo con un centro desde la derecha. Tras un rebote en Rodrigo Millar, el ‘Chupete’ enfiló un derechazo que fue inatajable para el portero Marcelo Elizaga. Era el 1-0 y los ecuatorianos empezaban a enterrar sus opciones de clasificación.
Fotos: Reuters
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En el 2006 con puros monses clasificaron. En el 2002 ni que hablar, tremendos malazos que eran...
