Brasil - Colombia: Arrastrando la cola de burro
Dunga parece haber perdido la brújula para encontrar ese conjunto verdeamarelho que era prácticamente invencible en casa. El ex campeón del mundo está solo y extraviado mostrando una careta completamente errónea de un Brasil que no sabe a qué juega. Su público está hambriento de gol, y preocupa que su equipo de toda la vida no sea capaz de repetir en casa los festines que se da fuera. En ello contribuyó que al frente tenía una Colombia que fue inteligente tanto defensivamente como ofensivamente y se llevó un punto que pudieron ser tres.
Los once de Lara
Qué se puede decir de Colombia. La derrota en casa contra los guaraníes dolió; entonces vieron que a la esquina estaba la 'Canarinha' y su ego aumentó. Equipo ordenado, que hostigó hasta el más no poder a los publicitados "monstruos" que hoy dieron risa más que susto. La escena se repetía: Kaká la agarra, se la da a Robinho y de repente dos cafeteros se le prenden de la camiseta hasta hostigarlo. La línea de volantes conformada por Toja, Vargas, Guarín y Bedoya ayudó mucho para que persista el orden y se lleven un punto de oro.
Flo-Jó
Un Brasil pálido que no metió miedo en los noventa minutos. Lo más claro que tuvo en la primera mitad fue una que se la perdió el joven delantero del Manchester City, que lucía rígido y estorbado al no tener la posibilidad de zafar de la férrea marca cafetera. Una verdadera lástima que Dunga siga sin tener un delantero neto como el que este Brasil reclama. Sí que le hace falta el gol. Kaká se debe estar cansando al no tener arriba a un gordito llamado Ronaldo, porque al novel Jó el partido le quedó grande.
En los pies de Robinho
Kaká estaba completamente marcado y el otro punto clave para la visita era Robinho. También en el juego, lo más lúcido que tuvo Brasil: sus recorridos por la bandas fueron los más desequilibrantes en el segundo tiempo, pero en general a sus compañeros les faltó más llegada y puntería de cara al arco de Julio.
Wason: ni villano, ni héroe
Algo le faltó a está Colombia faltosa y eso fue gol. No hubo nadie quién la metiera en el arco de Julio César que yacía tranquilo por momentos. Quinteros era el más correlón, pero Lucio tenía mas maña en hacer los piques y utilizar el hombro en descolocarlo. El otro que tuvo las posibilidades de hacer historia fue Rentería: Wason entraba al choque y ganaba, pero las pocas que tuvo las desperdició mandándolas a las tribunas.
La cruz de Dunga
La gente en las tribunas le gritaba de todo a su técnico, desde el filho da…hasta la popular palabra de ‘burro’. Pero Dunga tiene bastante culpa, se demoró prácticamente más de la cuenta para hacer los cambios porque su equipo ya no podía avanzar más. La vitalidad de Alexandre Pato fue buena hasta que se topó con los muros llamados Perea y Yepes. Le quedaba Mancini que desapareció completamente, y se jugó su última carta sacando a Juan para meter a otro central como Tiago Silva. Todo eso no sumó más que cero.
Fotos: FIFA.com / AFP