Bolivia - Argentina: Pateadura con botas
Su pase no vale 11 millones de euros, sino apenas 600 mil. No tiene un stud de caballos ni juega en la Bundesliga, sino que viste la camiseta del Correcaminos de la Primera A (segunda categoría) del fútbol mexicano. El máximo hito de su trayectoria no es haber sido suplente de Didier Drogba en el Chelsea, sino suplente del 'Malingas' Jiménez en San Lorenzo de Almagro. Pero cuando Joaquín Botero se pone la camiseta de su selección, a diferencia de otros delanteros, la suda. Se mata por ella. Y hace goles. Y por eso es el máximo anotador de las Eliminatorias Sudamericanas. Y por eso es el símbolo de cómo a estas horas Bolivia celebra el que acaso es su día futbolísticamente más glorioso desde aquella clasificación a Estados Unidos '94. Y por eso, aunque su afición sepa que muy probablemente no vaya al Mundial, puede sentirse orgullosa de tener un equipo que, a despecho de sus limitaciones, se entrega en la cancha para no ser el último de esta parte del continente.
El diez es 'Platiní'
Así como Botero respecto de algún centodelantero peruano, a 'Platiní' Sánchez lo distancian algunos aspectos de Diego Armando Maradona. Aunque en el plano táctico, le haya ganado también por goleada al 'Diez'. Al mejor estilo del Cienciano de Carlos Daniel Jurado, fue buen pobre -consciente de sus limitaciones- y salió con un único libreto: ahogar al rival a los pelotazos durante los primeros 20 minutos. Reventó a Carrizo una, dos, tres veces, hasta que Martins quedó a boca de jarro para poner la pierna y hacer pasar el balón por entre las piernas de Demichelis. En la altura, estar arriba a los 11' es un plus invaluable.
Por ponerse en cuatro
A Maradona le acabó costando cara la apuesta de pasar a jugar con cuatro al fondo. Al centro, Demichelis estuvo desconocido y rindió la peor actuación que se le recuerde. Zanetti sufrió como un principiante con Didí Torrico y, sobre todo, a Emiliano Papa -apuesta maradoniana- le quedó grandísimo el carril izquierdo con las consabidas subidas de Luis Gatti Ribeiro. Pero el partido lo perdió, sobre todo, al medio, donde Mascherano sigue buscando el pasaporte brasileño del nacionalizado Da Rosa, Maxi Rodríguez fue totalmente anulado por el inmenso Ronald García y, sobre todo, nadie pudo rebasar el cerco natural llamado Leonel Reyes, que respiró todo el aire de La Paz en sus ocho pulmones.
Botín de Botero
Argentina se encontró el empate en un tiro de Lucho González cuyo pique mató al portero Arias, pero rápidamente devolvió la ventaja con un tonto penal cometido por Zanetti que Botero capitalizó con sobriedad, disparando suave al medio. El goleador boliviano volvió a mostrar su sangre fría cuando le puso un balón en la cabeza -parándose con la mayor serenidad posible en el área- a Da Rosa, quien decretó el tercero antes de ir a vestuarios. Y volviendo, el 'Chacal' se despachó con dos tantos más, uno de cabeza y otro de zurda, ratificando su olfato e instalando el clímax de la euforia en el Hernando Siles.
Estoy verde (para bien)
Párrafo aparte merece la otra gran figura de la tarde, Didí Torrico, quien se comió el campo por la izquierda y se terminó de descubrir como un volante mixto dúctil y que sabe con el balón en los pies. También le ganó el duelo aparte a Gago y rubricó su actuación con un golazo que, con humildad, aparentemente no quiso celebrar por no hacer escarnio del vencido. Porque esta Bolivia fue la lección práctica de cómo en la precariedad se puede rendir una actuación para el recuerdo: lo poco que tiene (capacidad para rematar de media distancia y toque corto certero) lo maximizó y por eso se llevó con merecimiento seis mil dólares por cabeza de acuerdo con la oferta hecha por el canal de cable IST, según la cantidad de goles marcados.
Estoy verde (para mal)
La prensa argentina deberá volver a recurrir a una canción de Charly García para describir su paso por el Hernando Siles. Cuarenta y un años después del 6-1 ante Checoslovaquia de Suecia '58, repitió el marcador cuando nadie lo presagiaba. ¿Se buscarán culpabilidades en Maradona? Difícil, incluso cuando lo de hoy no tenga precedente. Pero si el análisis se ciñe a los movimientos de piezas sobre el campo, al 'Pelusa' no le funcionó siquiera el ingreso de Di María, que apenas duró 7 minutos en campo antes de hacerse expulsar por una patada alevosa sobre Ronald García. Los otros cambios que metió (Angeleri cuando te están goleando solo se explica si se quería cortar el juego como fuera) procuraron, visiblemente, evitar que el marcador creciera. Messi intentó en algunas, pero no fue más que ganas.
Historia e histeria
Bolivia bajó tanto las revoluciones ante lo destruido que estaba el rival que el juez uruguayo Vázquez acabó condoliéndose y no dio más de cinco segundos de tiempo adicional. Una vez más queda clarísimo el mito: la altura existió siempre y Bolivia jamás le dio una pateadura de este tipo a un equipo como Argentina. Con el agravante de estar este equipo de Sánchez muy, pero muy lejos de la pléyade que acompañaba al hoy técnico cuando este vestía de corto -Etcheverry, Valdivieso, Rimba...-. Como demostrando que el honor y el orgullo sí funcionan en el fútbol cuando se está dispuesto a entregarlos y -sobre todo- a combinarlos con un poco de inteligencia estratégica.
Foto: FIFA.com / AFP
Leer más...
escrito por fran , April 02, 2009
escrito por Gonzalo , April 02, 2009
escrito por fran , April 02, 2009
argentina no necesita un diez con 3 arriba estan mas que bien
escrito por Roberto Castro , April 03, 2009
Puede que el esquema que planteó Maradona ayer, con Lucho González cerrando su rombo en la volante, haya requerido otro conductor más adecuado al puesto. Pero ese quizá no era el mejor sistema para jugar en La Paz: en la altura, la doble lÃnea resulta muchas veces una mejor apuesta porque se fuerza a los jugadores a trajinar parejamente en la volante y repartir el oxÃgeno, además de que el espacio por recorrer respecto de la defensa se hace más reducido. Si, por ejemplo, hubiera estado allà Riquelme, es muy probable que el trámite del partido no hubiera variado demasiado -al menos en lo eminentemente táctico-, aunque ello jamás lo sabremos con certeza.
Más allá del desastroso paso por Bolivia, habrá que ver si la vuelta al tridente ofensivo le da resultados a Maradona en lo sucesivo.