Colombia - Paraguay: Paraguay pintó de nuevo
Ya sin Pinto, Colombia esperaba reencontrar la senda victoriosa. Pero, al margen del retorno de algunos nombres, el esquema y la tónica cafetera no cambiaron con Eduardo Lara en el banco. Paraguay, con dos líneas bien marcadas, sacó un nuevo triunfo de visitante (0-1) y, al término de la primera rueda, lidera con absoluta tranquilidad el proceso eliminatorio.
Fotos: FIFA.com / AFP
Verlos arrodillados y con los brazos extendidos ya se ha vuelto una postal. La Eliminatoria los tiene como héroes excluyentes y no les pesa. Sí les cuesta (que es distinto), porque si algo regala Paraguay en este torneo es sacrificio puro. Así lo ha hecho en toda la primera rueda.
NO PIERDE LA LÍNEA
Clave 1 del partido: los paredones que puso Martino. Dos líneas claras e impasables. Con poca salida, pero mucho orden. Si alguna foto hubiera de quedar de este triunfo paraguayo, sería uno de los tantos pases, por alto o por bajo, que Colombia hizo y que acabaron estrellándose en las piernas o cabezas rivales.
LE PINTARON LA CARA
La salida de Jorge Luis Pinto no trajo grandes novedades. Eduardo Lara, que probablemente no pase del interinato, cambió nombres, pero no sistemas. Volvieron Mario Yepes (con la capitanía repuesta) y Gerardo Bedoya, por ejemplo. Pero en lo sustancial, la pauta cafetera no varió (4-rombo-2). Apenas se vio más suelto a Guarín, si se quiere incluir eso como gran novedad. En ataque, Rentería y Montero no dieron la talla ni demostraron ser más que Radamel Falcao García (lesionado) o Rodallega.
MURO EN LA CABAÑA
El único gol llegó temprano. Rozaban los nueve minutos y Cabañas se escapó por la banda derecha. Desde unos 25 metros sacó un balonazo que dio una curva perfecta. Agustín Julio, tirado a su derecha, tuvo que volver a su palo, pero fue tarde y terminó metiendo el balón en su portería. No debe descartarse que Julio haya estado viendo últimamente partidos del José Gálvez y que haya aprendido algunas técnicas de su pundonoroso arquero Jaime Muro.
JUEGO DE VILLAR
Justo Villar, en cambio, estuvo insuperable. Tuvo un primer tiempo complicado, en el que Colombia, reparando en el esquema infranqueable de su rival, lo bombardeó con disparos de media y larga distancia. Balonazos de Guarín, Hernández y Bedoya tuvieron que ser despejados o contenidos con gran esfuerzo. En el segundo tiempo tuvo menos trabajo, porque los cafeteros insistieron demasiado en el juego en corto y no inquietaron a profundidad. Aun así, fue el figurón de la noche bogotana.
¿SIGUE EN EL BOLILLO?
Colombia perdió su segundo partido como local ante un rival “directo” (el anterior fue Uruguay) y se viene empantanando en la tabla. Candidatea para el banco Hernán Darío Gómez, que posiblemente haya querido tomarse el tiempo que le dará el receso para asumir un cargo que hoy hierve. Que hierve como el corazón de Paraguay, el mejor del primer año eliminatorio.
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