Perú - Colombia: Cuando todos empujan el carro
Roberto Castro | @rcastrolizarbe Director General |
¿La clasificación peruana al repechaje se consumó más por méritos propios o por ajenos?
Sería mezquino retacearle al equipo de Ricardo Gareca los múltiples argumentos que acreditan su excelente rush final en Eliminatorias, y que no estuvieron ausentes en este último partido ante Colombia, acaso en el top-3 de los más difíciles que le tocó afrontar a la blanquirroja en este proceso de dieciocho partidos. Cuéntense en ese repaso:
1. La agresividad con que se encaró la situación adversa tras el gol de James Rodríguez, reflejada en el cabezazo suicida de Aldo Corzo que forzó el tiro libre que devino en el gol de Paolo Guerrero.
2. El aplomo para resolver problemas como la lesión de Alberto Rodríguez, suplida por un Miguel Araujo nuevamente impecable.
3. La decisión de ir al frente con todo el arsenal posible y acabar jugando con triple punta, aun cuando el ingreso de Yordy Reyna -por su poco rodaje con el grupo- haya sorprendido y parecido apresurado.
4. La sintonía con un estadio entregado a sus colores, que también hizo su parte con gargantas inquebrantables aún con el score en contra.
Pero fuera de esos puntos altos, el partido vivió un limbo claro en el que Perú se vio envuelto a partir del predominio del aspecto físico de parte de Colombia, que no solo neutralizó el típico envión local del arranque sino que determinó un partido jugado más al choque que a la habilidad. Sabedor de que su punto flaco estaba en una zaga central endeble al ras, José Néstor Pékerman apostó por evitar que los habilidosos peruanos de la segunda línea se junten para hacer el uno-dos, y así la visita se dio maña para desarticular lo mejor de Perú: los desbordes de André Carrillo y Édison Flores, y hasta la inventiva de Christian Cueva.
Entonces, en esos casos, la realidad recuerda que mirarse al ombligo es mala práctica y que las Eliminatorias dependen más que de uno mismo, de lo que los demás hagan. Y a Perú se le cruzaron los astros una vez más en esta Eliminatoria de felices coincidencias, porque:
1. Brasil hizo los goles que se necesitaban para que Chile quedara out por diferencia de goles, aun con el empate peruano.
2. Venezuela dio un golpazo (más) en Asunción e impidió así que Paraguay fuera un obstáculo para asegurar el repechaje.
3. Especialmente, David Ospina prolongó su mala racha reciente y tocó un balón condenado al saque de meta pues Paolo Guerrero había disparado directamente a su arco el que era, de acuerdo con el brazo levantado de Sandro Ricci, un tiro indirecto.
El descarado camotito del final, equivalentemente atiborrado de pases al precio en dólares del pasaje a Nueva Zelanda, solo decoró un final feliz para una Eliminatoria en la que Perú acabó llegando más lejos que lo supuesto. Y en la que esperar un mes más después de 36 años suena a tan poca cosa que guardar ánimos, gargantas y cotillón para noviembre -previo análisis de un rival muy respetable- resulta empresa digerible aun para la mayor ansiedad.
Fotos: Andina
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La ficha del Perú 1 - Colombia 1