Ecuador - Paraguay: Otro Jefferson salvador
Ecuador, de la mano de Jefferson Montero, remontó un 0-1 en contra para transformarlo en 4-1 y cada vez está más cerca de Brasil 2014. Paraguay no supo defenderlo y prácticamente le dijo adiós al Mundial luego de cuatro asistencias seguidas.
El capo: Un ‘Tri’ en producción
Lo mejor de Ecuador sigue estando en la parte ofensiva. Jefferson Montero, quien esta tarde en el Atahualpa se recostó por la banda, fue una pesadilla para la zaga paraguaya, sobre todo para Iván Piris, quien seguramente todavía debe estar estar buscándolo El hombre del Morelia intervino en tres de los cuatro goles que anotó el ‘Tri’: anotó dos goles y, luego de una soberbia jugada, le permitió a Benítez marcar el 3-1 de cabeza. Pese a que jaló más marca de la necesaria, Montero se las arregló para poder llevar peligro al pórtico de Barreto.
La clave: Apagando el fuego
Ambos equipos se plantaron con un 4-cuadrado-2 en el campo. Paraguay logró sacarle provecho a la táctica luego de un error de Jefferson Montero junto con la zaga local, lo que produjo una confusión en las últimas líneas de Ecuador. No obstante, los 35’, Iván Piris -de terrible partido- cometió una falta al borde del lado derecho del área. El lanzamiento por parte de Walter Ayoví fue conectado por Felipe Caicedo, quien así logró la igualdad. Si el equipo de Rueda no alcanzó la paridad en la primera hora de juego, quizá hubiera visto con otra cara el segundo periodo. Lo propio debería haber pasado con Paraguay que, con más confianza, habría hecho lo suficiente como para ponerse 0-2 arriba, aunque eso no llegó a ocurrir.
La joyita: Este Chucho tiene raza
Y tenía que ser de Montero. A los 55', ‘Jeff’ recibió un pase largo de Christian Noboa, superó hábilmente a Piris y Ayala y, ante la mirada de estos, sacó un mágico centro que encontró a Christian Benítez, quien se elevó para cabecear el balón ante un inmóvil Diego Barreto. El gol significó el 3-1 parcial a favor de los ecuatorianos.
La calamidad: Iván, el Terrible
Aunque estaba previsto que la defensa paraguaya no la tendría fácil en una plaza complicada como Quito, se esperaba más de Iván Piris. El lateral derecho, quien tuvo un paso por Sao Paulo y ahora milita en la Roma, tuvo un desastroso partido ya que fue responsable directo en tres goles ecuatorianos. El primero por una irresponsable falta y los otros dos por una lentitud y falta de picardía que le terminó costando el partido a su equipo. Fue relegado a los 64’ por el delantero Nelson Haedo.
El duelo: Lo dejo sin Libertad
Miguel Samudio, al contrario de Piris en la banda derecha, y pese a los cuatro goles, supo hacer respetar su banda izquierda, en la que aguantó el asedio de Luis Antonio Valencia. No obstante, apareció la figura de Montero para llevar a la victoria a Ecuador. Con esto, la moral y el espíritu guaraní se vino abajo, lo cual propició la libertad de juego del mediocampista del Manchester United. Samudio, pese a la derrota, fue de lo mejor que tuvo Paraguay.
El cambiazo: Haedo al rescate… por otro motivo
Aunque fue importante el cambio de Saritama por Quiñónez, debido a que Ecuador siguió haciendo prevalecer su dominio en el mediocampo, el ingreso de Nelson Haedo Valdez en Paraguay fue vital, no porque el delantero nacido en Caaguazú cumplió arriba, sino por su relevo por Piris. Si el lateral derecho se quedaba en el terreno de juego, Montero habría propiciado un marcador más abultado para Ecuador. Paraguay, de hecho, pasó a formar un 3-4-3 que por momentos se tornó en un 4-3-3, con Riveros ocupando el lugar de Piris.
La cancha: Disfruto… dentro de mí
Unos 35 mil hinchas se hicieron presentes en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito para ver a su selección preservar el invicto en condición de local. Quizá se le podría criticar a la afición norteña la poca efusividad en los goles, ya que en el momento de los tantos las cámaras enfocaban las tribunas populares (conocidas allá como Generales) y no se veía a los hinchas rebosando de alegría. Al fin y al cabo, cada uno tiene su manera de disfrutar el fútbol.
Kazuki Ito: Muito Obrigado
Fue un partido correcto para el cuarteto arbitral brasileño encabezado por Sandro Ricci: no hubo jugadas polémicas, anuló un gol a Ecuador por un evidente fuera de juego, mostró seis tarjetas amarillas (tres para cada equipo) y no detuvo innecesariamente el juego, dado de que fue fluido, sobre todo en el segundo tiempo. Sería absurdo culpar al juez mineiro por la derrota guaraní.
Fotos: AFP, AP
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