Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comSe cumplen 25 años de un histórico Alianza Lima - Sport Boys, un partido que no solo fue testigo del primer gol de Waldir Sáenz con los íntimos, sino además el último partido disputado por Juan Reynoso, quien también anotó.
Mariano Elías | @marianoeliasfut
Redactor

13 de diciembre de 1992. Alianza Lima había tenido un año irregular en el que quedaba sin clasificar a torneos internacionales, pero cuando Miguel Ángel Arrué asumió sorpresivamente el cargo de director técnico –anteriormente peleaba la baja con Hijos de Yurimaguas– el equipo levantó y culminó la fase regular del Descentralizado en el quinto puesto, por lo que se ganó un lugar en la liguilla que definía a los clasificados a la Libertadores y a la Copa Conmebol. Ya para la quinta y última fecha del hexagonal, las posibilidades de los blanquiazules para clasificar a algún torneo internacional eran nulas. Esto motivó a que Arrué tomara una decisión: alinear a algunos jóvenes y así darles minutos.

Aquel día resaltó la juventud del ataque íntimo: por derecha jugó Carlos Basombrío (21 años), de delantero central Darío Muchotrigo (también 21 años) y tirado hacia la izquierda Waldir Sáenz, el más chico de todos (19) y quien, además, había tenido apenas participación en tres partidos, en los que sumó menos de 180 minutos en total.

En la defensa, el equipo no dejaba de ser joven, ya que la zaga central la conformaban Frank Ruiz con 26 años y Juan Reynoso, quien estaba próximo a cumplir 23, pero ya tenía varias temporadas encima y había demostrado un gran nivel durante un tiempo prolongado. Sus condiciones eran innegables y ya era un futbolista consagrado que en cualquier momento podría dar un salto a otra liga.

 

 

 

A los 14’ de juego, fue precisamente Reynoso quien, tras un buen cabezazo, pusó el 1-0 a favor de los blanquiazules. Marquinho, otro posteriormente conocido en tienda íntima, puso el empate con un buen tiro libre a los 45’. Marco Antonio Oro puso el 2-1 a favor de Boys comenzando el segundo tiempo y, si bien ya no le alcanzaba para llegar a un torneo internacional, Alianza fue con todo en busca del empate.

Fue entonces que un centro al área encontró al joven delantero, quien se lanzó y terminó impactando el balón y venciendo la portería de Pablo Fuentes. Fue el primer tanto de otros 177 que llegaron después y que, seguramente, nadie imaginó en aquel 13 de diciembre. Hecho que quizás se haya pensado menos fue que Reynoso, con seis temporadas a cuestas en la defensa aliancista, pudiera haber disputado aquel día su último encuentro para luego irse en el verano al clásico rival.

No deja de ser un hecho anecdótico, pero quedará grabado por siempre en la historia de Alianza Lima que fue el mismo partido el que marcó el inicio goleador de quien luego sería uno de sus delanteros más queridos de toda su historia y, también, el final del ciclo de un gran futbolista que, por una posterior “traición”, se convirtió en una de las personalidades que más insultos recibiría si camina por la explanada de Occidente del Alejandro Villanueva.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recorte: diario El Bocón


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