Rojo sin matador
Manolo Núñez | @Manolonf Columnista Editorial |
A estas alturas de la vida, es difícil que en el fútbol algo sorprenda. De hecho, que un equipo juegue sin delanteros es algo habitual en este fútbol del siglo XXI. Lo vaticinó Bilardo hace más de 25 años. Pero uno puede esperar una propuesta así de otro tipo de DT y otro tipo de equipo, porque si algo se puede destacar de este Huancayo es que en el Descentralizado siempre propone en ataque. Hoy no hubo Meza Cuadra, Perea o Ferreira (aunque este último está lesionado).
El 4-2-3-1 del Rojo Matador tuvo una propuesta de doble lateral con Cord Cleque y Willy Rivas por derecha. Por el otro lado, Iván Chumpitaz y Manuel Corrales. La propuesta era salir por la banda, desbordar y ¿asistir? No hubo nadie en posición de ataque.
Sobre el papel tenía que ser César Ruiz, lo cual ya es inédito, pero se dedicó más a dar una mano en la marca en tres cuartos de cancha que a ayudar a Víctor Peña en generar jugadas de ataque. Cayó en las bandas pero siempre lejos del área. Nunca se sintió cómodo, pero Umaña antes de darle ingreso a Meza Cuadra prefirió meter a Marcos Lliuya, alguien que pudiera tener la pelota y desequilibrar con su talento. Lo hizo en los primeros 15' del segundo tiempo, luego se apagó.
Las cosas fueron así. Sin un 'matador' arriba, Huancayo priorizó, incluso cuando tuvo la pelota, en rotarla en cancha de Sol de América sin encarar o desbordar. ¿Fue la apuesta adecuada? Ante un equipo que se vio frágil en todas las zonas del campo, el ser un poquito más ambicioso podría haber resultado mejor para el Rojo Matador. Pero es inevitable pensar que el recuerdo de esa terrible noche en Montevideo hace seis años, sigue estando presente.
Fotos: prensa Sol de América
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La crónica del Sol de América 1 - Huancayo 0