Foto: APUruguay y su notable campaña en Sudáfrica, ¿casualidad o labor fríamente calculada? Además, Ghana no se fue de rumba para estar extenuada hasta dentro de seis días, y Corea del Sur y Estados Unidos se despidieron por factores propios de un partido.

“Uruguay está dando que hablar en Sudáfrica por su loable preparación”

ESO ES LO QUE PARECE. Nadie puede ni debe menospreciar el campañón que viene realizando la selección del ‘Maestro’ Tabárez. En la República Oriental, en estos momentos, se debe sentir una sensación única para los amantes del fútbol desde que estuvieron en vigencia los Mazurkiewicz, Maneiro, Espárrago, Cubilla y otros tantos que supieron regalarles una alegría a su país tras haber accedido por última vez -hasta este sábado- a los Cuartos de Final de un Mundial, como ocurrió en la cita mexicana de 1970, hace exactamente 40 años, o como en 1995, cuando se coronaron campeones de América por última vez. El mérito, que duda cabe, ya está ganado. Sin embargo, si se analiza con pinzas (ni tanto) los cuatro partidos de la celeste en Sudáfrica, se podrá dar cuenta que, como nunca (en los últimos tiempos), parecieron haber sido tocados por una varita mágica: no pasaron del cero ante una Francia absorta en sus líos internos y que se fue con vergüenza de territorio africano. Luego, evidenciaron (o le otorgaron) las licencias de un bloque posterior del país anfitrión que, paradójicamente, antes y después se mostró relativamente firme. Acaso, eso sí, su gran partido fue ante México, el mismo que lo sacó adelante por un margen ajustado, pero que lo resolvió con su ingrediente de casa, su característica garra, esa que también se apreció -por momentos- en Port Elizabeth, empapados con la lluvia que azotó el estadio Nelson Mandela y empujando hasta conseguir el tanto de la victoria, ese que finalmente sí llegó. La historia, en cambio, tranquilamente pudo haber sido opuesta, con minutos en que regaló espacios a una Corea del Sur que, si pisaba con más firmeza, los pudo vacunar. Por ello, esta Uruguay, sin duda, le sacó provecho a las casualidades más que a su supuesta calculada preparación mundialista, y si bien no tiene el bagaje histórico de sus campeones en 1930 y 1950, ya esboza un sueño en sus 3.5 millones de habitantes.

“Ghana va a llegar muerto a los Cuartos”

¿QUÉ, JUEGA EL LUNES? Se ha repetido hasta la saciedad que, luego de su descomunal despliegue durante los 120 minutos en el Royal Bafokeng de Rustenburgo, las ‘Estrellas Negras’ van a tener un considerable deterioro físico con relación a Uruguay, su próximo rival, que solo necesitó del tiempo regular para doblegar a los surcoreanos y meterse dentro de los ocho mejores, además de haber jugado mas temprano. Ese argumento, valedero desde cualquier punto de vista, en realidad es aplicable para torneos con otro tipo de formato, tales como la Eurocopa, Copa América, o los Mundiales Sub-17 y Sub-20, competiciones con otro tipo de rigor y donde el calendario, indefectiblemente, sí juega contra los intereses de los planteles extenuados (un partido cada dos o tres días, al menos en la Fase Regular). Acá, en cambio, esa llamada desventaja resulta contradictoria si se considera que la próxima actividad recién será dentro de seis días. Puntos flacos para los ghaneses, a decir verdad, son las bajas de Jonathan Mensah y André Ayew, aunque este último, es de suponer, será reemplazado por Sulley Muntari.  

“Corea del Sur y Estados Unidos pierden porque son inocentes”

ESTAMOS EN 2010, POR SI ACASO. Exacto. Solo alguien ajeno al mundo fútbol o que se engancha cual ave de rapiña cada cuatro años para vivir el Mundial puede lanzar un calificativo indiferente para cualquiera de estas selecciones. Como también se ha señalado hasta el cansancio, la Corea del Sur actual, incluso por encima de la misma Japón, se encuentra sumergida en un proceso serio, cuya estantería la terminó de amalgamar Guus Hiddink en 2002 y, a partir de allí, se fue haciendo altamente competitiva. Caso bastante similar ocurre con Estados Unidos, que se relanzó a la órbita futbolera con un equipo bastante liviano en Italia 1990, pero que en las posteriores justas mundialistas que tomó parte le añadió un valor agregado, la misma que desde hace una década le sacó la etiqueta de “Patito Feo”. Si los asiáticos quedaron al margen a manos de los charrúas, se debió única y exclusivamente a la tarde de inspiración de Luis Suárez. De hecho, los dirigidos por Jung-Moo Huh no pueden quejarse de las oportunidades desperdiciadas en el pórtico de Fernando Muslera. El caso de los estadounidenses, en cambio, fue producto de errores que, a cualquier selección de mediano nivel, le va a costar una barbaridad remontar: recibir goles en el arranque de la brega, como ocurrió con los de Bob Bradley en el primer tiempo regular y en el suplementario. Frases como la citada en el encabezado este párrafo, púes, son dignas de quienes piensan que Venezuela sigue siendo el convidado de piedra en Sudamérica.

Foto: AP

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