La gloria hecha bigote
Escudriñando a Vicente del Bosque, el silencioso artífice del éxito español en Sudáfrica.
Vicente del Bosque González (Salamanca, 23 de diciembre de 1950) acaba de llevar a España al logro más grande en su historia futbolística, pero ha mantenido la ecuanimidad y sencillez que lo caracteriza. En sus declaraciones se puede apreciar al porqué del éxito de esta selección y por qué esta vez no se quedó como favorita afuera del Mundial una vez más.
La influencia de Del Bosque en esta selección española va más allá de lo táctico y estratégico. El ‘Bigotón’ ha sabido hacer un grupo sólido, sin problemas mediáticos con jugadores o colegas, ni declaraciones fuera de tono faltando el respeto a los rivales y teniendo un trato horizontal con cualquiera. Además, se ha sacado el peso de esa grandísima mochila que llevaba España sobre su espalda de ser la máxima favorita en la antesala.
En el certamen, después de la derrota ante Suiza, no llenó de fantasmas a sus dirigidos. Pasó la Fase de Grupos blindando al equipo de todas las dudas que comenzaban a nacer respecto de si sería capaces de llenar las expectativas o nuevamente sucumbirían en el intento. Y nadie parecía contar con que en el timón de este elenco estaba alguien que le daría al equipo ese toque ganador propio del técnico español más acostumbrado a alzar copas en los últimos años. Porque sabe asumir el rol de favorito: con él, España ganó esa estirpe copera que tanto le faltaba.
Un detalle adicional es que esta selección roja no se parece a los típicos equipos del ‘Bigotón’, y eso es un gran mérito. Su sapiencia y humildad lo llevaron a seguir la filosofía de juego que viene mostrando la ‘Furia Roja’ hace algo más de un lustro, antes que ganar protagonismo con cambios radicales que puedan hacer mediática la mano del técnico.
Sucede que a él no le interesa salir en la foto del póster en los siguientes cuatro años, ni tampoco cargando la Copa -no hemos visto una imagen de él haciéndolo en solitario-. Solo quiere, por lo visto, darle una alegría a su país, de un hombre logrado y que ha alcanzado el pico más alto en su vasta carrera con una selección que ha tardado en ganarse la chapa de grande en la historia del fútbol como él, que a los 59 años recién tuvo la confianza para comandar un proyecto grande y campeonar al instante.
Del Bosque, por último, no ha minimizado nunca el trabajo de sus oponentes. Después de la final le preguntaron sobre la opinión que tenía de las arteras faltas de los jugadores holandeses y, mostrando que es un señor técnico, hizo caso omiso y felicitó al equipo holandés, pues reconoció que hasta el primer mano a mano errado de Arjen Robben, España estaba siendo anulada y Holanda era superior. Estas declaraciones muestran la simpleza que puede tener un capo del fútbol, la humildad de uno de los técnicos más grandes en la historia. Alguien que no se la cree, que vive feliz sin tener aires de divo o de santo y tampoco cree estar a la par de algún dios. ¿Se imaginan algún otro, con más barba que bigote, dando una declaración ecuánime después de ganar un Mundial?
Foto: AP
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El y el Maestro Tabárez han sido los mejores técnicos del Mundial.
Gran humildad de este señor.