Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl contundente 6-1 de Inglaterra sobre Panamá dejó consigo alegrías en ambos seleccionados, por contradictorio que pueda sonar. Mientras que el equipo de Gareth Southgate se llenó de confianza para encarar los octavos (desde 1966 afronta decepción tras decepción), en el cuadro canalero se celebró rudiosamente el descuento, su primer tanto en un Mundial.

    Alonso Cantuarias | @alonso_cantu
    Columnista editorial

En los días previos a la inauguración del Mundial, Martín Caparrós escribió en su columna en The New York Times un texto titulado La fábrica de ficciones en el que señala que el fútbol es la mejor máquina de ilusiones que se ha inventado, incluso por encima de la literatura y el cine.  Aquí puso en debate la frase “en la cancha son once contra once y todo puede pasar” y es inevitable pensar en gestas como el triunfo de Costa Rica sobre Italia en 2014, la victoria de Senegal sobre Francia en 2002 o la de Corea del Norte sobre Italia en 1966. Pero una mirada  más profunda evidencia que a lo largo de los mundiales solo ocho selecciones se han alzado con el título de campeonas.

Si se ahonda en quiénes conforman este selecto grupo se cae en la cuenta que cinco de ellos provienen del “primer mundo” (Francia, Inglaterra, España, Italia y Alemania) y el resto es sudamericano. ¡Y desde 2002 un país de esta región no grita campeón! Así, es posible dar cuenta que las brechas en este deporte van en aumento con el riesgo de continuar creciendo.

En este contexto, en el Nizhny Novgorod Arena se enfrentaron los polos apuestos del fútbol. Una campeona del mundo y un país debutante en este certamen. Las diferencias en el valor de las plantillas (8.23 millones de euros de Panamá frente a los 87.4 millones de euros de Inglaterra, según Transfermarkt) y los antecedentes deportivos de ambos a lo largo de las Eliminatorias hacían más previsible una victoria inglesa, por más que los muchachos de La Media Inglesa recuerden de tanto en tanto que los inventores del fútbol tienen más bluffs que los imaginables. Y al término de los 90 minutos se cumplió la lógica.

Jordan Henderson celebra uno de los tantos ingleses. (Foto: FIFA) 

Inglaterra solo necesitó un tiempo para aplastar a su rival al propinarle un inapelable vale gracias a los dobletes de Harry Kane y John Stones (que se estrenó como goleador en su selección) y a un tanto de Jesse Lingard. Solo hubo un equipo en el campo que tradujo su posesión del balón (más del 70 %) en goles.

Para la segunda mitad, el récord de Hungría 10-1 sobre El Salvador en España 1982 parecía más cercano que nunca, considerando que aquel cotejo terminó en su primera parte 3-0. Pero el trámite del complemento trajo consigo un trotón juego de los dirigidos por Gareth Southgate, que solo lograron el sexto luego de un accidental taco de Harry Kane tras un remate de Ruben Loftus-Cheek.

El hecho que marcó un hito en el partido y que puso en vigencia lo expuesto por Caparrós sobre que el fútbol es la mejor fábrica de ficciones se dio en el minuto 78 cuando Felipe Baloy, el jugador más veterano del elenco centroamericano, aprovechó un tiro libre para estirarse y anotar con su pierna derecha el descuento para su selección. Aunque inútil en términos de resultado, el valor de su tanto se dio en lo histórico al ser el primer tanto de Panamá en los mundiales. Aunque su rendimiento se cerrara con una nota de 10 -por el autor de la ficha del partido el señor Aldo Ramírez-, lo que dirán los textos de su país y del mundo será que Baloy es un hombre que quedará en la historia que le permitió vivir a sus compatriotas un momento de felicidad.

Jesse Lingard marca un bonito gol y establece diferencias. (Foto: FIFA) 

Las tomas de los hinchas panameños bailando y celebrando el gol no se pueden analizar desde el resultado (fue una derrota estrepitosa) sino que tienen que hacerse desde lo emocional y sobre el hecho de la gran brecha en la que se vive en el fútbol y el mundo. Poco les importaba a esas personas caer derrotadas y saber que ya estaban eliminadas. Ese gol les pagó el pasaje a Rusia y sirvió para una suerte de catarsis por tantos años de relego en el deporte que los apasiona.

Con el pitazo final y el marcador de 6-1, la satisfacción inglesa se instaló en el gramado de juego al mismo tiempo que se vio la alegría de los panameños por su hito histórico; uno que seguramente para algunos resultará insignificante pero para otros, como el mismo Baloy, es similar acaso a una gesta de clase mundial. La fábrica de ficciones hizo posible que una goleada terminara en realidad con dos equipos celebrando distintos logros y que incluso el perdedor quedara con una sensación más trascendente que el ganador. Es fútbol.

After Party

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El Resumen

 

Los Goles

Fotos: FIFA


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La ficha del Inglaterra 6 - Panamá 1

 

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