Eliminación prematura de Alemania: Adelanto de pasajes
Manolo Núñez | @Manolonf Columnista Editorial |
Desde Rusia
El nivel de preparación de la selección alemana puede que sea la mejor de cualquier equipo nacional a nivel mundial. Desde su sistema de captación de talento, la coordinación con los clubes y el uso de la tecnología para brindar información directamente al jugador sobre sus estadísticas, pareciera que Alemania es el alumno que hace la tarea y le da valor agregado para mantenerse permanentemente en el primer lugar.
Hace un año y en el mismo país en donde está jugando el Mundial, los teutones obtuvieron su primera Copa Confederaciones jugando con lo que se denominó un equipo B, mientras que su sub-21 derrotaba a España en la final del Europeo de la categoría. Parecía que era imposible no pensar en ellos como los primeros candidatos a obtener el título en la tierra de los zares.
Muñeca política
Existe en Alemania cierto rechazo por parte de la afición futbolera al plantel que convocó Joachim Löw a Rusia. La fuerte presencia de jugadores del Bayern es algo que muchos rechazan y es algo que no debería sorprender. En un país en que se promueve la igualidad al máximo, que aparezca un equipo que domine totalmente los campeonatos nacionales es exactamente algo que hasta hace unos años los aficionados alemanes criticaban de la liga española o italiana.
Si a eso se suma el recelo que despierta Baviera como región al ser la que económicamente más destaca en el país, se entiende el desinterés y hasta rechazo hacia esta selección 'Bayernizada'. A eso se pueden sumar polémicas como en la que estuvieron envueltos Ilkay Gundogan y Mesut Özil por tomarse una foto con el cuestionado presidente turco Recep Tayyip Erdogan. De hecho, el jugador del Arsenal es quien más está siendo atacado por el ala de extrema derecha, aunque eso sin dudas tiene relación con sus orígenes turcos.
Ante todo este escenario, Löw no supo generar la calma que siempre quiso manifestar, incluso luego de perder ante México en el debut mundialista. Está claro que por la poca actitud y hasta parsimonia que mostraron varios jugadores durante su participación mundialista, más de uno andaba con la cabeza en otro lado.
Código descubierto
Antes de que Alemania tuviera su debut, se percibió en este Mundial que el juego de posesión y dominio a partir de controlar la pelota, no estaba siendo del todo efectivo. Equipos como España y Perú, que promueven un juego de toque y de anulación del rival a partir de manejar la pelota, tuvieron malos resultados. Eso sucedió con el equipo de Löw, que pese a tener una formación ultra ofensiva, no logró encontrar espacios para vencer a México y quedó desprotegido para los contragolpes hasta que Hirving Lozano anotó el único tanto de ese partido.
Alemania generó, pero con mala puntería terminó complicando sus opciones dentro del grupo. Löw también tuvo problemas para descrifrar superar a un equipo ordenado como Suecia. El DT alemán hizo varios cambios en el XI durante los tres partidos que disputó -utilizó a 20 jugadores de su plantel, siendo el único jugador de campo en no tener minutos Matthias Ginter- lo que demuestra una falta de claridad al momento de presentar una idea.
El milagroso golazo de Toni Kroos mantuvo viva a Alemania para la última fecha, pero terminó cayendo ante una Corea del Sur que de haber sido más precisa, podría haber liquidado el partido mucho antes del añadido. Löw no pudo hacer reaccionar a su equipo con su estilo, y sin plan B o C, los jugadores se ahogaron en su falta de ideas y en su desgano para sacar ese partido adelante.
Proyecto aparte
Las críticas no son pocas y en muchos casos son válidas dado que la eliminación alemana es un desastre histórico para su selección. Algunos jugadores ya han salido a pedir que Löw se mantenga en el cargo, aunque es probable que la vergüenza lo haga renunciar. Ante ello, la Federación Alemana carece de momento con un reemplazo indicado. Vale recordar que el DT tiene contrato hasta el 2022.
Pero más que un cambio de timón, lo que Alemania necesita es volver a un pragmatismo que lo llevó a ganar el Mundial en Brasil. Sin dudas su estilo principal es el juego de posesión, pero no hay que olvidar que en más de una ocasión recurrieron sin problemas al juego aéreo con Miroslav Klose y Thomas Müller para sacar adelante partidos como el de Ghana en Fortaleza.
Quizás el tema vaya más por jugadores. Manuel Neuer, Jerome Boateng, Mats Hummels, Sami Khedira, Thomas Müller, Mario Gómez y Mesut Özil pareciera que han cumplido un ciclo en la selección. Uno que Löw no se animó terminar para la máxima competencia. Con jugadores como Leroy Sané y Nils Petersen afuera del Mundial, muchos piden que aquellos nombres que se lanzaban cuando se decía que Alemania contaba hasta con cuatro equipos de primer nivel efectivamente tomen la posta.
Si algo es cierto es que a fuerza, Alemania necesitará un cambio y quizás lo comencemos a ver tanto ante Francia por la novel Liga de las Naciones de la UEFA y en el amistoso con Perú del 9 de setiembre. Si hay una selección que siempre vuelve es la alemana, que la última vez que consumó un fracaso similar fue en la Euro 2000. Aquello gatilló un proyecto que 14 años después los hizo campeones del mundo.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com