Minuto 43: Torpedo clave
No hubo mejor marco para que Gerd Müller superara el récord de Just Fontaine y se convirtiera en el máximo goleador de los Mundiales hasta aquel momento. Fue a dos minutos del descanso, frente a la Holanda de Cruyff y en la final que le dio a Alemania el título de 1974.
Holanda llegaba a la final de Alemania 1974 con números casi perfectos: cinco partidos ganados de seis jugados, 14 goles a favor y solo uno en contra (autogol de Rudi Krol ante Bulgaria). A su vez, Alemania Occidental, el anfitrión, llegaba sin mucho brillo, después de una tibia primera fase y una agónica clasificación ante Polonia en la segunda fase.
El equipo de Helmut Schön había sido salvado por un tanto de su goleador: Gerd ‘El Torpedo’ Müller, quien con su tanto ante los polacos -y dados los 10 que había anotado cuatro años antes en México, certamen del cual fue máximo goleador- igualaba el récord absoluto del francés Just Fontaine: 13 tantos en mundiales. Por tanto, si alguien tenía un reto especialmente personal para la final en el Olímpico de Münich, ese era el 'Bombardero'. Y claro, también once holandeses ávidos de consagrar su fútbol total y reivindicar el orgullo de su nación ante una Alemania con la que tenían resquemores geopolíticos de data entonces reciente.
Minuto 43
Domingo 7 de julio de 1974. Ante alrededor de 75,000 espectadores, se daba inicio a la gran final de la décima edición de la Copa del Mundo. El preferido de la gente, Alemania, ante el mejor equipo de la Copa hasta ese momento, Holanda. El juez inglés John Taylor pitó el comienzo del juego y, después de 17 toques de la 'Naranja Mecánica', Johan Cruyff tomó el esférico, entró al área y Uli Hoeness lo derribó. El penal fue bien ejecutado por Johan Neeskens a los 2’ y la máquina de Rinus Michels comenzaba a andar. Sin embargo, a los 26’ Taylor cobraría el segundo penal del encuentro, esta vez para Alemania. Breitner marcaría el tanto del empate y se notaba algo de displicencia en los holandeses, algo que Johnny Rep reconoció más tarde: "Queríamos exhibirnos ante los alemanes. No nos dábamos cuenta, pero lo hacíamos. Y nos pasábamos el balón de aquí para allá. Así es que se nos olvidó marcar el segundo gol".
A dos minutos de que ambos seleccionados se fueran al descanso, en aquel minuto 43, llegaría el gol que le daría su segunda Copa del Mundo al combinado alemán. Sepp Maier sacó rápido con los pies para Uli Hoeness; este le dejó el balón a Jürgen Grabowski, quien avanzó, paró y dio el pase con toda la comodidad que le ofrecía Holanda; el esférico llegó para Rainer Bonhof, quien se sacó a su marcador con un amague hacia la derecha y centró atrás para Gerd Müller. El ‘Torpedo’ controló, y cuando parecía que la bola se le iba, de media vuelta, con un derechazo dejó parado al ‘8’ holandés, el arquero Jan Jongbloed.
El ‘13’ alemán marcaba su gol número 14 y se convertía en el máximo anotador en la historia de los mundiales. Los festejaba a su manera, muy singular, levantando los brazos y estirando las palmas. Otro gordo rompería su récord años más tarde, en la propia Alemania, pero nadie le quitará ese sabor especial a Müller de pasar una valla tan importante y en una final, levantando la Copa del Mundo. Johan Cruyff elogiaría al artillero alemán posteriormente: "Por primera vez jugamos contra un equipo que había planeado un sistema perfectamente definido y que además supo ponerlo en práctica. Aparte de eso, nos faltó un hombre como Gerd Müller".
Foto: spiegel.de
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y si otro gordo es ahora el max goleador, aunque en el 2002 un par de goles fueron autogoles e igual se los contaron a favor...
