Foto: Tugmug Escate / DeChalaca.comCon esfuerzo pero con solvencia, Inglaterra debutó con triunfo en el 'Grupo de la Muerte’. El 1-0 frente a Rumania, con gol del infalible Hurst, permite al equipo de Sir Alf Ramsey iniciar su defensa del título con el pie derecho.
Miguel Marca | @migueelmarca
Redactor

Aunque para los peruanos la cita estaba en León, el resto de los ojos del mundo se posaba a través de la vía satélite principalmente en un solo punto: el estadio Jalisco, donde le tocaba debutar a la vigente campeona, Inglaterra. Con nueve sobrevivientes de Wembley, los 'Three Lions' tenían al frente a Rumania, que sin ser el patito feo sí es el equipo a priori menos fuerte del Grupo C. Sin embargo, lo hecho en el campo por los de los Cárpatos dejó en asombros a los cerca de 50 mil espectadores que se dieron cita en Guadalajara, donde los asientos que quedaron vacíos se coparon por el fervor de los siempre ruidosos fanáticos ingleses.

Sin duda la hora previa había sido cualquier cosa menos fácil para los ingleses. Como se sabe, el capitán Bobby Moore no estuvo con el equipo sino hasta el último viernes 29: fue detenido en Bogotá bajo la acusación del presunto robo de una joya en una tienda del aeropuerto. Encima, en el vuelo de llegada a México hubo que dopar con licor al delantero Jeffrey Astle, por su miedo a los aviones; cuando la prensa azteca lo vio bajar, lo interpretó como beodez y cierto sector acusó al plantel de ser alcohólico. Encima, se les fueron requisados 38 kilogramos de manteca traídos desde Londres por restricciones sanitarias del Gobierno mexicano.

Pero con todo nada pudo impedir que Moore, emblema del West Ham, se encontrara frente a frente en el gramado del Jalisco con Mircea Lucescu, reconocido delantero del Dinamo de Bucarest. El capitán rumano ganó el sorteo y el pitazo de Vital Loraux que dio inicio a un encuentro lleno de sorpresas. Las aproximaciones inglesas fueron fructíferas: si por derecha estaba Francis Lee, por izquierda se situaba el lateral Keith Newton para poner balones a la cabeza de Peters, quien falló por milímetros. El equipo de Ramsey comenzó al leer a un rival cauteloso y centralmente preocupado de proteger el cero en su arco.

Peters como toda la tarde en Guadalajara: elevándose para cabecear hacia el arco rumano. (Foto: revista Shoot) 

A los 13’ se produjo la primera llegada fallida de los ingleses y no por un desvío propio del juego, sino por una agresión carente de mala intención pero falta a fin de cuentas. Martin Peters le aplicó un codazo a Cornel Dinu y asustó a la banca rumana, que envió de inmediato al personal médico. Todo no pasó de un susto, sin perjuicio de lo cual las faltas se fueron tornando más evidentes y la permisividad de Loraux incentivó a los jugadores a mantener sus estándares de brusquedad.

Las gradas fueron un arma de doble filo para los ingleses, que escuchaban los quejidos de sus fanáticos. Los reclamos de Brian Labone, Alan Ball y Bobby Charlton no se hicieron esperar. Los rumanos, por su parte se replegaron a cuidar su portería y cortaban las jugadas ni bien los rivales pasaban el mediocampo o cuando buscaban atacar por bandas; así acabó una primera mitad sin ocasiones claras pero con mayor optimismo por parte de los de la cortina de hierro.

Empezando el complemento, una falta desleal de Ion Dimitru terminó sacando a Keith Newton del campo para permitir el ingreso de Tommy Wright. Con menos funcionalidad de ataque pero con mayor rigor táctico, el '14' cumplió con su cometido. Del lado rumano, la propuesta pasó por adelantar líneas y así Gheorghe Tataru se animó a pegar un derechazo a la portería de Gordon Banks, quien acabó sorprendido por el remate larga distancia y mostró su consabido potencial en la única ocasión clara de los dirigidos por Angelo Niculescu.

Hurst fue a la carga constantemente hasta que anotó. Aquí es encimado por Satmareanu y Dinu. (Foto: revista Shoot) 

Minutos más tarde, una incursión por centro de Brian Labone rindió con creces: un centro a la cabeza de Peters -recurso repetido en la hora y 3 minutos de juego que corrían- terminó en un pase de este hacia Geoff Hurst, quien apareció por izquierda para dejar morir el balón en su pie más hábil. El verdugo de Wembley buscó el acomodo perfecto y con un latigazo mortal dejó moribundo al portero Stere Adamache. Zurdazo exquisito pero potente que decretó el 1-0 tan anhelado en las tribunas del Jalisco y cruzando el Atlántico, allá donde las pantallas en color le empiezan a ganar terreno al blanco y negro habitual de los televisores.

Tras el gol, las llegadas del campeón del mundo pusieron en aprietos a la doble línea de cuatro rumana, que se vio desmantelada en cuestión de minutos. El final del encuentro deja a una Inglaterra curada del juego brusco y que saca el resultado idóneo para empezar su custodia del título. Rumania, con el marcador en contra, se vio carente de un plan B ejecutable. Y expuesta a los rugidos de un león suelto fuera de su hábitat.

Los Goles

Composición fotográfica: Víctor Sierra / DeChalaca.com
Fotos: revista Shoot


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La ficha del Inglaterra 1 - Rumania 0

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