Minuto 82: El héroe discreto

10 de junio de 2006. En Abiyán, capital de Costa de Marfil, se está gestando un hecho inédito. Los hombres que hacía apenas un año se habían enfrentado en una guerra civil, ahora yacen alrededor de un televisor, atentos a lo que pueda hacer su selección en el mundial que se disputa en Alemania. El hombre que fue capaz de ponerle cese al conflicto lleva la camiseta número 11, se llama Didier Drogba y está por marcar otro hito más en la historia de su país.
Un año atrás, apenas conseguida la clasificación, Drogba se había puesto de rodillas, tomado un micrófono y pedido por favor el cese al fuego, llamando así a nuevas elecciones. Los grupos beligerantes habían aceptado la petición y ahora, reunidos, le veían masticar la derrota. Costa de Marfil caía 2-0 ante Argentina en su debut absoluto en copas del mundo. Drogba sabía que los marfileños, como pocos, tenían el privilegio de ver a sus héroes nacionales en alta definición y parecía adivinar cuando las cámaras lo enfocaban; fruncía el ceño, daba la apariencia de ser una bestia herida, alguien que tomaba el 2-0 en contra como una afrenta mayor a la que podría soportar cualquier mortal.
Los argentinos dominan el juego hasta que llega el minuto 82. Koné desborda por el flanco izquierdo y lanza un misil que Abbondanzieri ataja en primera instancia. El rebote le queda a Touré, que ve a Drogba libre. La pelota va como en paracaídas, precisa para que Didier eche el frentazo. Abbondanzieri, inconscientemente, sabe que está en un bombardeo sin tregua y apaga el incendio rechazando otra vez. El balón se niega a salir del campo, quiere ser protagonista de esta historia y pica otra vez hacia la izquierda. Casi desde la línea del área chica, aparece Koné que tira un pase al ras del suelo. Drogba, con furia, empuja el balón hacia el primer palo. Locura en Abiyán, delirio en el Hamburg Stadion, incertidumbre en Bueno Aires. La diferencia se reduce a un gol y todo puede pasar.
Quizá Drogba todavía no sea consciente, pero acaba de escribir otro capítulo más en la historia de Costa de Marfil: su primer gol es también el primero de su país en un mundial.A Drogba ahora se le recordará como el hombre que detuvo una guerra civil y que puso a Costa Marfil en boca de todo el mundo gracias a una anotación. Pese a ello, Didier solo recoge la pelota adentro del arco. No celebra. Pone el esférico en la mitad y espera que se reanude el juego. El resultado se mantendría hasta el final.
Costa de Marfil sería derrotado ante Holanda en la siguiente fecha por el mismo marcador y se despediría del mundial con Drogba en las tribunas, suspendido por doble amarilla. La suerte del héroe no cambiaría en Sudáfrica 2010. Llegaría con un brazo roto, curado casi de emergencia y pese a anotar contra Brasil, se iría de la cita también en primera ronda.
Una prueba más de que los verdaderos héroes, muchas veces, terminan perdiendo.
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El otro minuto 82: el gol de Silvio Piola (Italia) a Hungría en 1938
Foto: AFP; Video: Youtube / Usuario neass
